Entretenimiento
Héctor Suárez roba aplausos con “La señora de su casa”
Drama y comedia con una fuerte crítica al maltrato femenino lograron que los espectadores despidieran con un sonoro aplauso al actor
GUADALAJARA, JALISCO.- Héctor Suárez dejó la voz grave y los trajes masculinos para lucir vestido y lápiz labial en escena. Su personaje en el monólogo La señora de su casa, María Inmaculada, logró la delicia y reflexión de los asistentes al
Teatro Diana ya que expone la problemática de una mujer como muchas que ha sido víctima de abuso físico, emocional y discriminación.
El público del Teatro Diana recibió con aplausos al actor la noche del miércoles, en la primera de cuatro funciones que ofreció en Guadalajara; en el monólogo con el que Suárez festeja sus 50 años de carrera. Una mujer de mediana edad sometida por su marido, ultrajada por su cuñado y humillada por otros tantos hombres que pasaron por su vida logró identificación inmediata por los asistentes, más allá de sus finos modales o sus arranques de furia fue la rutina de una mujer en casa lo que alcanzó el click con los presentes.
Con una premisa complicada, Héctor Suárez subió a una “montaña rusa de emociones” al espectador, haciéndolo adentrarse en el silencio compasivo mientras María Inmaculada cuenta sus dramas y en un segundo pasar a la carcajada abierta con una sola expresión.
Estableciendo una fuerte complicidad con el espectador, Suárez presentó una ágil secuencia de pasajes en la vida del personaje que interpreta, mismos que podrían asociarse con una ruda tragicomedia. “¿Ya viste?”, le decía una señora a su marido; una mueca burlona fue la respuesta al cuestionamiento.
¿Hasta dónde puede llegar una mujer maltratada? Es la respuesta que la historia original de Darío Fo ofrece a lo largo de hora y media de anécdotas que denuncian el humillante proceso que viven las mujeres para interponer una denuncia por abuso, lo común que puede ser la humillación por los propios familiares, el relegar la vida propia por entregarla a las tareas en casa y cómo sin darse cuenta se pueden convertir en prisioneras en su propio techo.
Satisfecho y dedicando la actuación a todas las mujeres, Suárez se despidió de Guadalajara para continuar con la gira de la obra que pretende llevar posteriormente a reclusorios femeniles.
El público del Teatro Diana recibió con aplausos al actor la noche del miércoles, en la primera de cuatro funciones que ofreció en Guadalajara; en el monólogo con el que Suárez festeja sus 50 años de carrera. Una mujer de mediana edad sometida por su marido, ultrajada por su cuñado y humillada por otros tantos hombres que pasaron por su vida logró identificación inmediata por los asistentes, más allá de sus finos modales o sus arranques de furia fue la rutina de una mujer en casa lo que alcanzó el click con los presentes.
Con una premisa complicada, Héctor Suárez subió a una “montaña rusa de emociones” al espectador, haciéndolo adentrarse en el silencio compasivo mientras María Inmaculada cuenta sus dramas y en un segundo pasar a la carcajada abierta con una sola expresión.
Estableciendo una fuerte complicidad con el espectador, Suárez presentó una ágil secuencia de pasajes en la vida del personaje que interpreta, mismos que podrían asociarse con una ruda tragicomedia. “¿Ya viste?”, le decía una señora a su marido; una mueca burlona fue la respuesta al cuestionamiento.
¿Hasta dónde puede llegar una mujer maltratada? Es la respuesta que la historia original de Darío Fo ofrece a lo largo de hora y media de anécdotas que denuncian el humillante proceso que viven las mujeres para interponer una denuncia por abuso, lo común que puede ser la humillación por los propios familiares, el relegar la vida propia por entregarla a las tareas en casa y cómo sin darse cuenta se pueden convertir en prisioneras en su propio techo.
Satisfecho y dedicando la actuación a todas las mujeres, Suárez se despidió de Guadalajara para continuar con la gira de la obra que pretende llevar posteriormente a reclusorios femeniles.
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