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Héctor Suárez acepta el reto de 'Roast'

El comediante, admite, que su humor no está hecho para hacer burla a una persona en especial

CIUDAD DE MÉXICO (18/MAY/ 2013).- La trayectoria de Héctor Suárez le confiere una gran solidez como actor y eso es algo que muy pocos artistas pueden ostentar. Enorme paciencia requirió el señor Suárez para permitir que su hijo y otras personas que viven del espectáculo, le faltaran al respeto en un programa de televisión, pero lo hizo por su gran amor de padre y porque él mismo reconoce su valía.

"Yo no soy muy partidario de este tipo de humor estadounidense. Mi humor no está basado en hacerle pedazos la vida a alguien, ni de hacer reír a costillas de burlarme de ninguna persona", comentó sinceramente Héctor Suárez, sobre su experiencia en el Roast que saldrá mañana domingo al aire, a las 20:00 horas, por Comedy Central.

"Hice una excepción porque me parece catártico, porque era un ejercicio confrontativo, analítico y porque soy innovador. Creo que soy el primero en Latinoamérica, sin ser anglosajón, que acepta este tipo de programa porque los latinos no somos muy dados a recibir este tipo de comentarios mordaces e incisivos", argumentó Suárez.

Y reconoció: "Aquí el que se enoja pierde. Hay que mantenerse con un temple de acero para no terminar liados a golpes. Tuve mucho aguante por mi peso actoral que me ha dado los años en el medio artístico, la experiencia conseguida y la sabiduría que tengo a mis casi 76 años de edad", reconoció Héctor Suárez y definió nuestro humor.

"Los latinos somos muy 'mecha corta', nos enojamos demasiado rápido, sin embargo, el anglosajón lo maneja muy bien por medio del ingenio. Antes de empezar a grabar yo les advertí a todos que tuvieran cuidado, que no empezáramos a ofendernos porque entonces el programa no tendría chiste; el chiste era venir a divertirnos", recordó el intérprete de "¿Qué nos pasa?".

La producción del programa del Roast que Comedy Central preparó con Héctor Suárez no fue tarea fácil. "Nosotros tuvimos tres meses de problemas para que participaran los que lo hicieron en el Roast. Pero es que la gente le saca (tiene miedo) y los que no le sacan, pues entonces sus televisoras no los dejan hacerlo por culebras", aseguró el creador de "El Milusos" y agregó.

"Difícilmente podrán encontrar a otras personas que quieran hacer este tipo de programas de comedia, la gente no acepta ser insultada o insultar tan fácilmente", reconoció Suárez.

El formato de humor que se maneja en los Roast permitió que Héctor Suárez Gomís, hijo del actor y comediante, junto con una palomilla de personas que viven del espectáculo, no tuvieran compasión y le tiraran a matar a don Héctor Suárez.

Obviamente después Mauricio Barrientos alias "El Diablito", Anabel Ferreira, José María de Tavira, Martha Figueroa, Alexis de Anda, Hugo Pérez "El Cojo Feliz", Daniel Tovar, Arturo Hernández y hasta Héctor Suárez Gomís recibieron una sopa de su propio chocolate.

"Fue hasta cuando me paré y se las reviré a todos, y yo les dije: "Pues intentaron quemarme, pero no me llegó porque las cenizas no arden chavos, para empezar, y ahí empezó su debacle", recuerda divertido Héctor Suárez y hasta a su hijo llamó al orden.

"Por eso lo regañé a Héctor y le dije: ¡Ya estuvo campeón!. Deberías hacer comedia a mano limpia. No difamando más a tu madre y a mí con esas cosas que dices que hicimos y que nunca dijimos. No son ciertas. ¿Por qué dices que pasábamos las navidades en la cárcel cuando era nuestra época más hermosa?", asevera don Héctor y se declara a sí mismo como un hombre un tanto cursi con la Navidad, ya que él siempre su casa la arregla muy bonita en dicha época.

"A ver, ¿Por qué le dice a la gente que yo le pegaba y que no le daba dinero?. Ojalá no le editen esa parte al Roast, ése es mi mayor miedo", reconoció Suárez y contó una anécdota de la infancia de Héctor Suárez Gomís.

"A ese campeón de mi hijo ya se le olvidó que una vez yo tuve que trabajar de payaso en un circo, y lo hice para que él se fuera a un campamento de verano en Estados Unidos", relató don Héctor algo conmovido, debido a que en ese año, él no tenía el dinero suficiente para mandarlo al curso de verano, y como su hijo había sacado buenas calificaciones, pues tuvo que aceptar irse a trabajar al Bajío.

"Me fui a actuar de payaso al circo de un señor amigo mío, quien fue el que me ofreció ese trabajo para que yo pudiera juntar la lana para que se pudiera ir mi hijo en avioncito a Texas. Ése es uno de los panes más amargos que me gané, hace muchos años. A ver, ¿Por qué no cuenta eso en su monólogo?", puntualizó.
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