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Habla Alí Chumacero de la forma como quiere que se le recuerde

A sus casi 90 años, habla de sus planes de aquí hasta los 500

MÉXICO.- Para el poeta Alí Chumacero, la vida es un privilegio que solamente algunos millones han podido disfrutar, conocer, experimentar y compartir, pues es éste el único camino para llegar a formarse como persona.

"Vivir humanamente es de verdad saber conocer el mundo y si a esa experiencia constante se une la preparación intelectual, pues al final uno tiene esa forma distinta de ver la vida, muy diferente al del común de los hombres", expresó.

Refirió que el mundo "si no se hace más hermoso, se hace más intenso; si no se hace más intenso, se hace más interesante; y si no más interesante se presenta como un poema para entrar en él, para verlo, para trabajarlo y para gozarlo".

"Voy a morir satisfecho precisamente porque alcancé esa rivera. He dicho siempre que mi vida ha sido la de dar al mundo lo que yo quise dar y tomé del mundo lo que yo quise tomar", expresó el escritor y poeta nayarita, al hacer un balance de sus 90 años próximos a cumplir.

Vivir muchos años, agregó Chumacero, es estar de verdad en una forma de relación, que si bien es cierto se pierde, por lo menos, mientras se tiene, se goza.

"Se siente que está uno presente en convivencia con los demás y eso es para mi la vida, es decir, una forma suprema de compartir y una forma común de estar juntos", expresó.

Así inició la entrevista exclusiva para Notimex, en la víspera de su cumpleaños número 90, de los cuales ha brindado 78 de ellos a la escritura y a la poesía.

Alí Chumacero, nacido en Acaponeta, Nayarit, el 9 de julio de 1918, habló con motivo del Homenaje Nacional que se le rendirá este año en reconocimiento a su obra.

Franco al hablar, pero con una gran profundidad en sus palabras, el poeta recordó su infancia, sus poemas, su estancia en el Fondo de Cultura Económica (FCE), sus planes de aquí a los 500 años, su vida cotidiana y la forma como no quiere morir, pero sí la manera en como quiere que se le recuerde.

Mi padre, explicó, fue un hombre que tenía una posición económica bastante cómoda, pero no éramos una familia rica. Desde muy niño me envió felizmente a una ciudad que yo amo: Guadalajara. Más tarde, por una circunstancia que no me importa recordar, vine a dar a México en 1938.

"Aquí seguí estudiando sin entrar a la universidad porque no pude, también por una circunstancia que no quiero recordar; pero me dediqué, como ya venía haciéndolo desde mucho antes, a la literatura", añadió.

Desde los 12 años, Alí Chumacero decidió ser escritor, sin importarle si sería bueno o malo, lo que buscaba era serlo y lo logró, pues, a decir de él mismo, en la vida no le ha importado nada, profesionalmente hablando, más que ser escritor.

"Lo he logrado y voy a morir satisfecho precisamente porque alcancé esa rivera. He dicho siempre que mi vida ha sido la de dar al mundo lo que yo quise dar y tomé del mundo lo que yo quise tomar. Viví como me dio la gana y voy a morir como no quisiera morir".

Tras advertir que no quisiera fallecer de manera violenta, sino de vejez, vaticinó, no obstante, que no va a morir ni de un piquete de pulga o de mosca, sino asesinado por un marido celoso, que será "un hombre fuerte, decidido y valiente".

Siempre de buen humor, con su traje gris oscuro, decorado sólo por unas discretas y finísimas rayas de color blanco, Alí Chumacero aseguró que está en plena juventud, pues 90 años no son nada para quien quiere vivir 500.

Pero su obra, aunque pequeña pero no menos importante, sí quisiera que traspasara esos 500 años y quedara sobre todo en el pensamiento de su pueblo: Acaponeta, al que "el país ha hecho caer en el olvido y no se le ha hecho justicia".

"Cuando se habla de Nayarit, se habla si acaso de Amado Nervo (poeta) y yo quisiera que un día se acordaran también de que yo existí. Yo hablo siempre de Amado Nervo también y no se hablar fácilmente de otra persona que no sea Amado Nervo", comentó.

Pese a que reconoce las influencias de Xavier Villaurrutia y José Gorostiza en su obra, explicó que Nervo fue el camino inicial para que él se dedicara a la poesía.

El fue un poeta sencillo capaz de atraer a la primera juventud, aquella que empieza a ver el mundo porque no tiene complicaciones, pues toca los sentimientos que empiezan a nacer, cuando empieza ya a relacionarse con el mundo, con el ímpetu, con ganas de vivir.

No obstante, reconoció la importancia de la obra de otros autores como: Salvador Díaz Mirón, Manuel José Othón, Enrique González Martínez y Ramón López Velarde, aunque manifestó su respeto por Octavio Paz, "por ser el espejo del gran escritor" y de Carlos Fuentes al que calificó como "el escritor más profesional de México".

De "los contemporáneos" dijo que José Gorostiza lo había impresionado; mientras que de Xavier Villaurrutia aprendió la forma como enfrentó el mundo, cómo lo sintió y cómo lo escribió, por todo ello, fue que hizo una poesía muy parecida a la de él.
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