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Guillermo Arriaga, de los pies a la cabeza
El también escritor de cine deja su huella impresa en la película protagonizada por Charlize Theron y José María Yazpik
¿El más grande?, demostrarle al medio cinematográfico algo que él jamás dudó: Que podía ser un buen director de cine y replicar las habilidades que ya había desplegado siendo escritor de guiones.
Fuego cuenta con las actuaciones de José María Yazpik y Charlize Theron. Fue rodada en Estados Unidos y ha logrado una buena acogida entre los críticos, aunque para Arriaga serán fundamentales las impresiones que obtenga en este país. “Los mexicanos que han visto la película hasta ahora son quienes mejor han respondido a la historia. Se conmueven y se ríen en los momentos donde yo pensé que lo harían. La historia que cuenta Fuego se conecta a la perfección con la cultura latina”.
El realizador visitó la Ciudad de México con la firme misión de “meter a la mayor cantidad de gente al cine. Quiero que la película sea vista por muchas personas. Es probable que viaje por varias ciudades del país y me presente por sorpresa en alguna que otra función para obtener opiniones”.
Arriaga derrumba mitos. Parece molesto con algunos (como aquellos que lo tachan de arrogante) y contento con otros (como quienes lo consideran perseverante). Por encima de todo lo que se dice de él, lo único cierto ahora es que es un hombre que vive feliz.
— ¿Como se siente Guillermo Arriaga tras el estreno de “Fuego” en el país?
— Me siento muy contento, orgulloso de presentar la película al público mexicano. Me siento orgulloso de mi país y me gusta compartir mis logros con la nación que me dio la cultura que tengo. Y me da más gusto presentar una película que nos costó mucho trabajo y que se realizó con toda la pasión y entrega posible.
— Varios cineastas en México dicen que para trabajar en el Séptimo Arte se necesitan las dos “p”: paciencia y persistencia. ¿Aplica también en Estados Unidos?
— Creo que sí. Hay que ser paciente y persistente. Pero también ser muy seguros de nosotros mismos. Lo más importante cuando llegas a estos niveles es sentir que tu trabajo tiene valor, que te mereces respeto y no achicarse. Si ya llegaste para trabajar en Estados Unidos es por una razón y no decir “¡ay, estoy en Hollywood!”. Siempre debemos sentirnos en una relación de pares, de iguales, no importa en qué parte del mundo nos encontremos.
— Algunos de tus colegas sufren para soltar un proyecto. Sienten que pueden editar un poco más o afinar ciertas tomas, ¿eres de ese grupo?
— No. En el momento en que la película ya contaba la historia con el ritmo, la fuerza, y emotividad que buscábamos; dijimos “va”. Eso sí, hubo un largo proceso de edición, de alrededor de seis o siete meses, pero cuando dijimos que estaba lista es porque así era. Ya no se podía limpiar ni pulir nada más.
— ¿Sufres viendo tus películas?
— (Risas) Por lo menos puedo decir que con el trabajo que he hecho como director siempre he estado contento. Cuando he entregado mi trabajo como escritor también. La verdad no me arrepiento. Creo que siempre me he desempeñado con rigor y procurando ser lo más duro con la obra posible.
— Eres un escritor prolífico, ¿no sufres cuando la musa de la inspiración se queda en silencio?
— ¡A veces sí que se queda callada! (risas). Pero después la correteo por todos lados, me siento con ella y logro convencerla de que me diga algo. Soy exigente con mi trabajo, me siento de ocho a 10 horas diarias a escribir, y quien lo dude, que vea mi Twitter, donde por lo regular actualizo en las madrugadas.
— ¿Cómo te sientes en las redes sociales?
— Cómodo. Me han permitido comunicarme con la gente como nunca antes. Por ejemplo, existía una percepción muy equivocada sobre mi persona, se me creó la fama de ser arrogante, cosa que no soy en lo absoluto. Trato de contestar personalmente todos los comentarios que me mandan, aunque es difícil porque me llegan más de 200 diarios y no tengo internet en mi casa, aunque procuro hacerlo.
— Imagina que lanzan una película sobre tu vida, ¿cómo se titularía?
— Hombre feliz (risas). Ésa seria la forma en que titularia ahora mi vida. He sido muy afortunado, hago las cosas que quiero y encima tengo una vida feliz al lado de mis hijos y mi mujer.
— ¿Qué tan fácil fue llegar a este punto de tu vida donde puedes decir “soy feliz”?
— Aprendí de muchas experiencias. De la persona que más he aprendido en mi vida sobre la felicidad es de Lucio Estrada, mi compadre que es ejidatario en Tamaulipas y quien de verdad vive con muy poco dinero, en situaciones donde se las ve económicamente muy apretado. Y no hay día donde no veas a Lucio, a mi comadre y a mis ahijados. Ellos me han demostrado que no importa qué tan adversas sean las circuntancias, la felicidad siempre se encuentra con amor. Y de eso se trata Fuego: En las situaciones más terribles de la vida, el amor te puede abrir la puerta a la esperanza.
EL INFORMADOR / Juan Francisco González Rodríguez
"En las situaciones más terribles de la vida, el amor te puede abrir la puerta a la esperanza "
Guillermo Arriaga, cineasta.
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