Entretenimiento

Germán Robles deja huella

El actor se muestra orgulloso de la vigencia que tiene su trabajo en el medio artístico

GUADALAJARA, JALISCO.- La primera impresión al ver a Germán Robles es que se está ante una leyenda entrada en años. Llega a su charla con los jóvenes organizada por Creanimax (encuentro dedicado a la tecnología de animación y videojuegos, que terminó ayer y que se llevó cabo en la Expo Guadalajara) sobre una silla de ruedas y sube al estrado caminando lentamente. Mira con severidad a los asistentes y se acomoda en el sillón mientras se coloca el micrófono. “Qué poquitos”, afirma Robles cuando ve a la gente reunida. Siente que su trayectoria da para congregar a muchos más, pero afirma que los que fueron se divertirán, pues “van a ver al gran Germán Robles”. Y entonces, ya frente al público, se transforma. El hombre frágil que llegó gesticula con las manos.

Arma una idea tras otra y aunque originalmente hablaría sobre la evolución del doblaje, Don Germán comienza a tocar e hilar un tema tras otro. Del cine mudo pasa a mencionar su obra de teatro, La dama de negro. Luego regresa al doblaje mexicano. Se dice afortunado por haber trabajado junto a leyendas como David Reynoso, Arturo de Córdoba, Claudio Brook, “El tata”, en un largo etcétera.

Germán Robles segura que el doblaje en México es, todavía, el mejor del mundo. “Es plano en su color pero rico en cadencia”. La consideración por el buen trabajo en el doblaje no es solamente una idea del señor Robles; Disney-Pixar lo considera uno de sus principales baluartes, un talento por el que pasan los años sin que su voz sea afectada. “Ya no soy un chamaco”, acepta, pero inmediatamente comienza a imitar voces de personajes conocidos y arranca sonrisas y aplausos de los presentes.
 
Prefiere el trabajo artesanal
Germán Robles comenzó en el mundo de la actuación, por accidente o sugerencia, hace medio siglo. Es un icono del cine de terror mexicano gracias a su papel de el Conde Duval en El vampiro en 1957. Pero a pesar de su éxito en el cine y la televisión, jamás olvida que su verdadera raíz está en el teatro (donde debutó haciendo a Cristo en Monte Calvario).

Es justamente el teatro donde Robles aprendió que los recursos de un actor residen en su cuerpo y alma, por lo que rechaza en uso de tecnología, al menos cuando se trata de una puesta en escena. En el doblaje, también aboga por métodos de la “vieja escuela” cuando la tecnología falla. “Cuando me pidieron doblar a Kitt (en el Auto increíble) todos los filtros de sonido fallaron. Tratábamos de darle un sonido metálico a la voz, pero no funcionaba, entonces, yo sugerí usar un vaso de cristal, como se hacía antes para aparentar una voz hueca y fría, y eso funcionó”.

Cuando se le pregunta qué es lo que sigue para el, siempre contesta que mucho trabajo. “Voy a estar en La llorona, que será la continuación de La leyenda de la Nahuala (película animada mexicana), además, estaré haciendo el doblaje de David Jones para Piratas del Caribe 4 y una cinta de Pixar que involucra a la mitología griega”.

Vampiro, Cristo, Auto, fantasma y monstruo. Todo eso y mucho más ha sido Germán Robles a lo largo de su carrera, pero, ¿y si nadie le hubiera sugerido ser actor en lugar de antropólogo, que es su carrera, donde estaría ahora?. “No lo sé. Supongo que hubiera acabado actuando después, en 1960 ó 1970. El destino me puso en este camino, tarde o temprano, habría caído en el”.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando