Entretenimiento

Gente como uno

Por Guillermo Valdovits

La visita de la banda tiene la sensibilidad y el ritmo de una poesía. Con absoluta sencillez esta producción israelí reduce al absurdo el conflicto de Medio Oriente. Y esa misma ingenuidad de la buena le sirve al director para construir, en lo dramático y lo narrativo, un grupo de personajes comprensibles por cualquier nacionalidad. La anécdota cabe en pocas palabras: una banda musical de la policía egipcia llega a Israel para una presentación.

En esa situación, su realizador Eran Kolirin descubre por vía natural y empleando un humor noble, una aventura exuberante de matices humanos. Hasta los personajes más insignificantes proyectan seriedad, dulzura o melancolía. Hay por ejemplo un hombre que todas las noches aguarda en un teléfono público la llamada de su amada. Como espectadores lo vemos escasamente durante la trama, y por otra parte la historia completa dura poco más de una noche, pero la certeza con la que nos comunican su estado hace entender a fondo la extraña belleza de su actitud ansiosa.

La película está dotada escrupulosamente de hallazgos figurativos en donde Kolirin trata de concentrar al máximo los valores dramático, narrativo y plástico de las imágenes. Muchas veces esto significa confiar el efecto de la escena al peso expresivo de un plano estático, o al movimiento interno de la toma, o a la composición visual. El mero inicio ilustra perfectamente este método. Lo primero que se ve tras los títulos es el perfil de una camioneta blanca estacionada que parece sola y abarca la mayor parte de la pantalla. Nos deja esperar unos segundos a que, como de costumbre, confiemos que alguien entrará a cuadro, y viene la primera sorpresa. En vez de irrumpir en escena, ya esta dentro. Se abre la puerta del chofer, éste baja tranquilamente del vehículo, camina hacia la cajuela, la abre, y saca una gran pelota amarilla. Regresa con ella a su asiento, cierra la puerta, enciende el motor y se va.

 Cuando se mueve descubrimos detrás a los ocho músicos en uniforme de gala azul cielo y desplegados en línea horizontal en posición de firmes. Por obra de esa parsimoniosa coreografía de elementos un objeto aparentemente trivial como la camioneta transmuta en telón teatral que revela la presencia dentro del escenario de los protagonistas que darán vida al libreto. Es una introducción narrativamente eficiente, original, y divertida. Más adelante el director elabora también en un solo plano una situación dramática mucha más complicada. Ubica de frente a tres personajes, una mujer y dos hombres, y sostiene esa imagen durante varios minutos, para mostrar de modo ameno y sin palabras cómo uno de los varones se convierte en tutor erótico del otro. Es una escena cargada de buen humor y de una ternura muy sofisticada.

Como los mencionados, la película tiene suficientes pasajes graciosos y verdaderos, para entretener la vista y el entendimiento.

La visita de la banda (Bikur Ha-Tzimoret), Francia/ Israel, 2007
Dirección y Guión: Eran Kolirin
Actuación: Sasson Gabai, Ronit Elkabetz, Saleh Bakri, Imad Jabarin.
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