Entretenimiento
Gabriela Rosete, la mujer que forjó a una Miss Universo
El ascenso de la jalisciense tiene su raíz en una familia unida que supo inculcarle valores durante su crecimiento
Hija de dos dentistas y estudiante de nutrición, la vida de Jimena es definida por sus padres como la de una joven que siempre tuvo muy claro a dónde quería llegar. “Fue muy adulta desde niña -afirma Gabriela Rosete con una sonrisa, mientras narra los recuerdos que comienzan a dibujarse en su mente- y comenzó a hablar muy rápido. Al año y medio de edad ya se sabía El Padre nuestro y el Credo al derecho y al revés. Estuvo envuelta en un mundo de adultos desde pequeña, rodeada por sus tíos y sus abuelos”.
Siendo la hija mayor, Jimena fue la “chiqueada” de casa. La señora Gabriela la recuerda como una niña curiosa y sobre todo decidida, a quien un casual paseo por un centro comercial le iba a cambiar la vida.
“Llevé a mi hija a un centro comercial de zapatos y ella se quedó mirando un catálogo de calzado. Estaba fascinada y quería saber qué tenía que hacer para poder salir en él. Entonces la animé a que le preguntara al dueño de la tienda. Al poco rato ella salió decepcionada y me dijo que las modelos del catálogo eran las hijas del dueño. Pero desde allí le quedó el gusanito”.
Aquel catálogo abrió en la mente de Jimena una nueva meta: Figurar en el mundo de la moda. Fotogénica, responsable y decidida, la vida iba a premiar pronto el tesón de la tapatía.
Un golpe de suerte
Siendo una adolescente, la vida le dio a Jimena una oportunidad para, ahora sí, salir en un catálogo. “Una prima política de Colima que se dedica al diseño de modas vio a Jimena y me pidió permiso para tomarle fotos para un catálogo y yo no le vi problema. A partir de esto, comenzaron a invitar a mi hija a las pasarelas y de esa forma comenzó su carrera en el mundo de la moda”.
Siempre al pendiente de sus hijas, Gabriela afirma que jamás le puso barreras a Jimena para que ésta cumpliera sus sueños.
Mientras fue menor de edad, acompañó a su hija a varias pasarelas y así conoció y comprendió mejor el mundo del modelaje, mismo del que confiesa tenía una idea equivocada. “Yo en esa época la acompañaba a todos lados porque tenía dudas sobre el medio del modelaje. Luego me di cuenta que no había nada que temer, es un trabajo tan duro como cualquier otro donde una mujer se tiene que dar su lugar”, apunta Rosete.
Jimena Navarrete no tardó en despuntar como una de las mejores modelos de Jalisco, aunque curiosamente la idea de participar en concursos de belleza no se le atravesó por la mente. “Eso cambió -explica su madre- cuando ganó una amiga suya el concurso de Nuestra Belleza Jalisco, luego México y al final fue a Miss Universo (Karla Carrillo). Allí Jimena decidió que iba a participar en 2009”.
El resto ahora es historia de película con final feliz incluido. Jimena ganó el concurso estatal, luego el nacional y apenas el lunes se colocó la corona que la acredita como la mujer más hermosa sobre la Tierra.
Los cambios
“Ahora la veo como una mujer que maneja a la perfección su entorno”, afirma Gabriela, entre alegre y resignada de que su Jimena abrió sus alas y ya vuela lejos del terruño. La tapatía ahora vivirá en Nueva York y se dedicará a las actividades propias de una Miss Universo, algo con lo que ni la ganadora, ni su familia, soñaron jamás. “Ella nos decía a mí y a su papá: Yo ya gané estando en Miss Universo”.
Dueña de un aplomo que no es común en las participantes mexicanas en este concurso, Jimena superó el “estar” y se levantó con el título.¿Qué sigue? Ni Gabriela lo sabe. “Espero que lo que quiera hacer, de ahora en adelante, sea algo que le guste y que siga en la línea que se ha ido marcando, haciendo sentir orgullosos a todos en México”.
Aunque la extraña, Gabriela Rosete sabe que hay quienes suspiran todavía más por su hija, comenzando por el novio de la joven y Mía, su perrita, que se quedó esperando en Guadalajara el regresó de su dueña.
Sobre si ella ya se acostumbró a ser la mamá de una Miss Universo, Rosete confiesa con un poco de rubor que no del todo, aunque no niega el orgullo de la familia ante lo que hace ahora Jimena: Escribir historia.
EL INFORMADOR/ Juan Francisco González Rodríguez
Síguenos en