Entretenimiento
Futbol, ''telonero'' del ''Potrillo'' en la Arena VFG
Alejandro Fernández comienza el concierto con más de una hora de retraso; con los primeros acordes los silbidos cambiaron por aplausos
Las gradas fueron luciendo cada vez más llenas. Las dos pantallas que transmitían el partido se tornaron negras y los presentes lo aseveraban: ahí viene Alejandro. Pero no. Jóvenes, adultos, amigos, parejas y familias esperaron por 20 minutos más.
Doña Cuca, esposa de don Vicente, aguardaba en su palco, esperando que su hijo tomara el micrófono. Y las luces se atenuaron rápidamente. La venta de alcohol y botanas cesó por un momento y los gritos ansiosos de las fanáticas sacudieron tímpanos. De mariachero azabache con detalles en blanco salió ante los que lo pedían a gritos. Alejandro Fernández tomó su sombrero de charro e hizo una reverencia.
Entró con un popurrí: Ojo por ojo, La mitad que me faltaba, A pesar de todo y Loco fueron las primeras en sonar. Seis violines, tres guitarrones y dos trompetas lo acompañaron durante los temas con un toque más vernáculo.
“Muy buenas noches, Guadalajara. ¿Cómo está la ciudad más bella de la República Mexicana?”. Saludó a todos los que estaban coreando sus canciones, pero para ellas encontró un saludo más original: “Aquí es donde se da la mejor carne del Occidente y que no se come; ésta camina”. Y así comenzó a cantar Mátalas.
Pequeñas gotas de sudor comenzaban a surcar su frente, pero su característico peinado hacia atrás continuaba intacto mientras interpretaba Cascos ligeros. Pedía aplausos entre tema y tema. Luego los primeros acordes de Estuve se escucharon y el público lo siguió, cantando junto a él. Fue entonces cuando las aproximadamente 10 mil 200 personas cambiaron los silbidos y la desesperación por los aplausos y el júbilo.
EL INFORMADOR / RUBÉN GIL
Síguenos en