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François Ozon, Sergi López y la familia feliz de Ricky, el bebé volador

La fábula alredor de un recién nacido “diferente” que llega a una familia apenas formada y en la que cada uno busca su lugar se presentó en la Berlinale

BERLÍN, ALEMANIA.- El director francés François Ozon desembarcó hoy en la Berlinale con una tropa de actores formada por Sergi López, Alexandra Lamy y Mélusine Mayance, de nueve años, pero sin el más delicioso miembro de la familia que da nombre a su film, "Ricky", el bebé volador.

"Lástima, es el mejor y más profesional de todos", bromeó Ozon, tras la proyección, en la sección a concurso, de su fábula alrededor del recién nacido "diferente", que llega a una familia apenas formada y en la que cada uno busca su lugar.

Se trata de la pareja formada por Paco, emigrante español algo torpe cambiando pañales pero bienintencionado, y Katie, trabajadora en una fábrica, como él, madre soltera de una niña, Mélusine.

Al primer encuentro en los servicios de la planta con el sexy Sergi sigue un fugaz noviazgo y luego el segundo embarazo. Ricky, el delicioso bebé, irrita primero por sus atronadores llantos. Luego, el protagonismo pasará a las prodigiosas alitas que le surgen de la espalda.

"Primero parece una película social, luego surrealista. En realidad refleja mi gusto por cambiar registros, empezar con los (hermanos Jean-Pierre y Luc) Dardenne y acabar con Ken Loach. O al revés", explicó el director.

"Sigo la consigna de (Luis) Buñuel: filmar la realidad como si fuera un sueño y el sueño como si fuera realidad", dijo.

Ozon, realizador habitual en la Berlinale, de quien el año pasado se proyectó "Angel" y en 2002 "8 Femmes", acudió al festival consciente de que lo suyo no es precisamente una historia corriente.

"Es una familia que busca primero formarse, luego aparentemente se disgrega y luego empieza a estructurarse de nuevo, en torno precisamente a ese elemento diferente", explicó.

Más que diferente, "Ricky" es un fenómeno: un bebé al que de pronto le surgen unas alas, no de aspecto angelical, sino de ave de corral. No es el camino más fácil para la armonía. Ni en casa, ni en el hipermercado, convertido en el primer gran cielo abierto para Ricky, el primer día que sale de su habitación de bebé".

"No hay que quedarse únicamente en lo de las alas. Lo que se pretende destacar es la importancia del ser diferente", dijo López, feliz papá de la criatura.

Ozon, López y Lamy se deshicieron en atenciones con Mélusine, la niña.

La Berlinale se quedó sin embargo con las ganas de tener en directo a Arthur Peyret, nombre "civil" de Ricky, con el que dio el realizador francés tras un voluntarioso cásting fundamentado en un criterio: "que no tuviera el menor sentido del vértigo, que llorase de forma estridente en la cama y soltara sonrisas de ángel y algún pío-pío balanceándose a tres metros de altura".
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