Entretenimiento
Filmes mexicanos compiten en Cuba
La edición número 31 del Festival de Cine de La Habana presume variedad de propuestas fílmicas; 21 obras representan a nuestro país
Crónicas chilangas, de Carlos Enderle; Cinco días sin Nora, de Mariana Chenillo; Norteado, de Rigoberto Perezcano; El árbol, de Carlos Serrano Azcona, y Daniel y Ana, de Michel Franco, son los filmes que se disputarán el Coral de Oro, máximo premio del festival cubano.
La sección oficial la integran 110 filmes, de los cuales 105 competirán por los premios Coral en las categorías de largometraje de ficción (21), opera prima (21), cortometraje de ficción (15), documental (24) y animado (24). Otras cinco cintas se exhibirán en el apartado Fuera de Concurso; de ellos, tres son largometrajes de ficción y dos son documentales, informó el encuentro en su sitio web.
En títulos por países sobresalen Brasil, con 23, así como Argentina y México, con 21 filmes cada uno, seguidos por Chile y Cuba con nueve en ambos casos, Perú con siete y Colombia, Uruguay y Venezuela con cuatro cada uno. Nicaragua, Puerto Rico, Paraguay, Bolivia, Sudáfrica, Canadá, Reino Unido y España, que aportan un filme cada uno, completan la selección.
Presencia mexicana
Por lo que respecta a México, sus producciones abarcan una gama de temas que van desde ficción y comedia hasta migración y humor negro. En Crónicas chilangas, Enderle aborda las aventuras de tres personajes: El Jairo (Rodrigo Ostap), un joven esquizofrénico que piensa en presencias extraterrestres y se siente llamado a combatirlas. Claudia (Regina Orozco) es una mujer con sobrepeso y un gran gusto por la pornografía, hecho que le acarrea una serie de conflictos. Mientras que Juvencio (Patricio Castillo) es un viejo maestro jubilado cuya mayor preocupación es el futuro de su hija cuadrapléjica cuando él o su esposa Anita no estén.
Mientras que Cinco días sin Nora, el filme que más reconocimientos ha obtenido desde su primer festival, narra la última voluntad de Nora (Silvia Mariscal), una mujer de unos 60 años que vive sola y se quita la vida poco antes de la pascua judía. La responsabilidad de sepultarla se la deja a José (Fernando Luján), su ex marido, quien es ateo y lleva años cultivando un profundo resentimiento hacia su esposa. Él descubrirá rápidamente que ella planificó al detalle su muerte.
En cambio, Perezcano lleva al espectador por un entretenido y divertido viaje en Norteado, en el que describe las experiencias de Andrés (Harold Torres), un joven oaxaqueño que llega a Tijuana con la esperanza de cruzar hacia Estados Unidos para reunirse con sus primos y obtener un mejor nivel de vida. Luego de algunos intentos fallidos por cruzar al otro lado, y en la incertidumbre de cómo hacerlo, descubre no sólo la ciudad que lo adopta, sino otros conceptos de migración, como el que tiene que ver con los sentimientos.
Por su parte, Serrano Azcona da una lección sobre la complejidad de las relaciones humanas en El árbol, filme que narra la historia de Santiago, un hombre solitario y abandonado por su mujer. Sin poder ver a sus hijos y recién desempleado, este individuo se dedica a vagabundear por la ciudad en busca de hacer de cada segundo de su existencia algo lo menos penoso posible, dejando casi siempre que el tiempo pase.
Por último, Daniel y Ana, la opera prima de Michel Franco, parte de un hecho real mediante el cual desglosa la historia de dos hermanos que serán víctimas de un secuestro que les deja una experiencia traumática que provocará un profundo e inesperado cambio en su relación.
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