Entretenimiento
Festival de Cannes
Por Carlos Cortés
Cannes fue el primer festival en los ya lejanos días de 1946 y desde entonces ha ganado el sitio indiscutible por su organización, haciendo que productores, exhibidores y actores disputen espacio en sus carteleras; estar en Cannes es juego de primera categoría. México estuvo presente y merece reconocimiento: Raul Antonio Caballero Carreto, director de su realización titulada El horno ganó el premio de corto metraje que además del reconocimiento abre las puertas a exhibición en Europa.
El horno se presentó antes en el Festival Internacional de Guadalajara, donde se ha establecido la costumbre de estimular los esfuerzos de cineastas mexicanos. Este activo, con la particularidad de su extensa difusión, cobra importancia actual por la necesidad de mostrar atractivos atributos nacionales con la seguridad de ser un país radiante y dispuesto a recibir y atender viajeros ávidos de descanso y esparcimiento.
El turismo, como el cine, el comercio y las empresas en general son aportantes al erario en cuyas entrañas está el sustento de la prosperidad. El Cine tiene mucho qué hacer en el combate a la riada de problemas. Las soluciones serán a través de la difusión de la cara bonita en: playas, sierras, arquitectura, sonrisas, ciudades, comida y muchas virtudes existentes para compartir ahora que impone la necesidad de recuperar imagen, economía y empleo con exhaustivo de capacidades.
El ejemplo de tomar la ruta a la prosperidad a través del esfuerzo propio está repitiéndose en diferentes sitios y el Cine es el instrumento más dúctil y dinámico para sembrar confianza y recuperar a credibilidad ante el mundo. Ya se habló de México, lo que sigue es reposicionar su imagen.
Dios nos guarde de la discordia.
Comentarios: sicpm@informador.com.mx
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