Entretenimiento
Fernando de La Mora, pasión a flor de piel
Sensibilidad, potencia vocal y amor por su tierra definen al tenor que hoy canta temas de José Alfredo Jiménez en el Degollado
Sin duda, una oportundidad para testificar lo dicho será su presentación en la XV edición del Encuentro Internacional del Mariachi y la Charrería, donde el cantante ofrecerá dos conciertos en las llamadas Galas del Mariachi, momentos en los que compartirá escena con la Orquesta Filarmónica de Jalisco así como con los mariachis Vargas de Tecalitán, El América y Los Camperos de Naty Cano.
A punto de cumplir 50 años de edad y 28 de carrera artística, y después de haber pisado escenarios como el Teatro de Bellas Artes en la Ciudad de México, así como recintos en Moscú, Italia, Japón, Argentina, Estados Unidos, España, Colombia y París, por mencionar algunos, De La Mora tiene claro que para convencer al público de su talento es necesario mantener la disciplina, las bases, más todavía cuando presta su voz a géneros tan disímiles como la ópera y la música ranchera. Por ello es que el intérprete admite que al cantar música clásica es necesario emplear la potencia, no así con la canción popular, donde la emoción es el detonador. “Hay una técnica que hay que seguir para interpretar música popular, y esa es la atención, la concentración, tengo que respetar lo que el público quiere escuchar, porque tengo que transmitir, a través de mi voz, la emoción, esa es la diferencia entre la ópera y la música popular, la primera es potencia y la segunda es emoción, y ambas facetas me llenan de orgullo”.
Horas antes de su primera cita en el Teatro Degollado, es que Fernando de La Mora platica en exclusiva con EL INFORMADOR sobre su sentir tras 28 años de carrera, en donde confiesa todavía experimenta los nervios propios de un artista, al tiempo que reafirma el amor hacia el género ranchero y su pasión por haber elegido a la ópera como medio de expresión.
¿Cómo define Fernando de La Mora el momento que vive?
“Fernando de La Mora tiene 28 años de carrera, y me defino como una persona inquieta, como alguien que está buscando siempre reencontrarse y mantenerse siempre en la línea que marqué desde hace mucho, la de interpretar buena música”.
¿Cómo es que convive un intérprete entre géneros tan distintos como la ópera y la música popular?
“La idea es buscar buena música, no importa qué. Tengo el privilegio de haber aprendido a cantar música ranchera antes que ópera, y ésta última se convirtió en mi pasión, por ello no me gustaría abandonar ninguno de los géneros que he abarcado porque me llenan todos, me identifico con ellos. La música ranchera es mi patria, mi vida, y la ópera es un lenguaje que adquirí, me fascina”.
¿Tras 28 años de carrera, de haber cantado en algunos de los escenarios más importantes del mundo, qué pasa por su mente momentos antes de salir a un escenario?
“Mucha felicidad. Porque hago lo me gusta, me siento privilegiado al dedicarme a lo que amo. Tengo el privilegio de emocionar a la gente al pisar un escenario, aunque también existe el nerviosismo de hacer las cosas bien y eso me llena de responsabilidad, de adrenalina, todo se conjunta para darle sabor a mis interpretaciones”.
En voz de un tenor
Tenor: Potencia
Canto popular: Emoción
Un escenario nacional: Teatro de las Bellas Artes
Un escenario internacional: La Escala de Milán
José Alfredo Jiménez: Amor
Agustín Lara: Caricia
Éxito: Responsabilidad
Fracaso: Aprendizaje
Emoción: Vida
Indiferencia: Pecado
De la Mora le canta a José Alfredo Jiménez
En su más reciente producción discográfica De La Mora da voz a 16 temas de José Alfredo Jiménez, compositor al que el tenor considera como un contador de historias “transparente y directo, capaz de enamorar a una mujer con sus palabras”.
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