Entretenimiento
Feliz cumpleaños, Cuca
El grupo no defraudó a sus seguidores durante la potente celebración de las dos décadas de vida de la banda
GUADALAJARA, JALISCO.- Para sus fanáticos no hay medias tintas. Cuca es más que “una baladita roquera de antro”. Más que un grupo ruidoso. Más que un ejemplo de cómo romper las reglas. Es la banda que ha definido a una generación de roqueros, quienes emulan la actitud desafiante de José Fors para cuestionarlo todo. Este fin de semana, fanáticos, banda y curiosos se reunieron para celebrar a una voz el “cumpleaños” de la Cucaracha.
La elección del lugar para “montar la fiesta” fue polémica desde un principio. El Auditorio Telmex se veía grande y poco cómodo para un grupo de fanáticos que prefieren estar de pie y practicando el slam que observar todo sentados y “bien portados”. Pero a los pocos segundos de iniciado el concierto, quedó claro que esto no iba a ser una limitante. Primero se paró uno, luego cuatro, luego 20, y al final todos los asistentes estaban de pie, ante la no muy alegre mirada del equipo de seguridad del recinto, que se conformó con que no hubiera slam o un baile demasiado violento que pusiera en peligro físico la integridad de las butacas.
Hasta la afonía
Una ventaja del recinto elegido para celebrar el onomástico de la banda fue la calidad del audio. Cuca disfrutó el sábado por la noche de un sonido limpio, que no podía presumir en otros lugares como la clásica casa de la banda, la Concha Acústica.
Con más edad y kilos, pero la misma potencia y más colmillo, Fors, Galo Ochoa, Carlos Avilés y Nacho “El implacable” González comenzaron a recorrer los éxitos de la banda: Mátame antes, Electroshock, Metrosexual y Tu flor sirvieron, entre otras, para ir carburando los ánimos.
El escenario fue relativamente austero, con un juego de luces bien aplicado y una enorme pantalla detrás de la banda, donde se montaron animaciones que variaban de acuerdo a la canción en turno, siempre con la presencia de una “cucaracha” estilizada.
José Fors interactuó bastante con el público, y éste jamás lo dejó abajo. Saltos, sudor e irreverencia fueron las constantes en la fiesta de Cuca, donde La balada, El son del dolor y Cara de pizza fueron los platos fuertes, y los temas más coreados en una noche de puro rock.
La elección del lugar para “montar la fiesta” fue polémica desde un principio. El Auditorio Telmex se veía grande y poco cómodo para un grupo de fanáticos que prefieren estar de pie y practicando el slam que observar todo sentados y “bien portados”. Pero a los pocos segundos de iniciado el concierto, quedó claro que esto no iba a ser una limitante. Primero se paró uno, luego cuatro, luego 20, y al final todos los asistentes estaban de pie, ante la no muy alegre mirada del equipo de seguridad del recinto, que se conformó con que no hubiera slam o un baile demasiado violento que pusiera en peligro físico la integridad de las butacas.
Hasta la afonía
Una ventaja del recinto elegido para celebrar el onomástico de la banda fue la calidad del audio. Cuca disfrutó el sábado por la noche de un sonido limpio, que no podía presumir en otros lugares como la clásica casa de la banda, la Concha Acústica.
Con más edad y kilos, pero la misma potencia y más colmillo, Fors, Galo Ochoa, Carlos Avilés y Nacho “El implacable” González comenzaron a recorrer los éxitos de la banda: Mátame antes, Electroshock, Metrosexual y Tu flor sirvieron, entre otras, para ir carburando los ánimos.
El escenario fue relativamente austero, con un juego de luces bien aplicado y una enorme pantalla detrás de la banda, donde se montaron animaciones que variaban de acuerdo a la canción en turno, siempre con la presencia de una “cucaracha” estilizada.
José Fors interactuó bastante con el público, y éste jamás lo dejó abajo. Saltos, sudor e irreverencia fueron las constantes en la fiesta de Cuca, donde La balada, El son del dolor y Cara de pizza fueron los platos fuertes, y los temas más coreados en una noche de puro rock.
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