Entretenimiento
Fans esperan horas; ven a Paul segundos
Cerca de 30 personas, arribaron desde temprano al hotel y posteriormente unos 120 seguidores esperaron fuera para ver a Sir Paul unos segundos, cuando se dirigió hacia el Estadio Omnilife
GUADALAJARA, JALISCO (05/MAY/2012).- La espera fue en algunos casos de hasta 10 horas, y cuando la Suburban blanca en la que viajaba Paul McCartney salió del hotel con las ventanillas abajo, en un instante los más de 120 fans que lo esperaban estallaron en frenesí... Pero sólo duró unos pocos segundos.
Desde una hora antes de su partida (que fue a las 16:10 horas), elementos de seguridad cercaron la calle por donde saldría el inglés para mantener a los fanáticos al margen y no impidieran su paso.
Cuando el ex beatle salió a la luz de la calle saludó con la mano, asomó la cabeza y después sacó el torso de la ventanilla para que lo vieran también quienes esperaban del lado opuesto. Su esposa, Nancy, saludó también con una gran sonrisa y la ventana abajo. Ambos portando lentes oscuros.
Como los fans le gritaban desde el otro lado de las vallas, el vehículo avanzó sin impedimentos y rápidamente se incorporó a Avenida López Mateos resguardados por patrullas, motocicletas de vialidad y Policía del Estado. Inmediatamente los seguidores corrieron hacia ellos para alcanzarlos, pero no fue posible por la velocidad con la que siguieron.
"Sí me decepcioné un poco, uno ya sabe que esto es de esperar mucho rato, pero sí se fue muy rápido, ¿qué le costaba irse más despacito y saludarnos? Sólo queríamos verlo", lamentó Luis Palomo, quien hizo guardia en el hotel desde las nueve de la mañana.
Como él, cerca de 30 personas, principalmente adolescentes, arribaron desde temprano para verlo sólo unos segundos cuando McCartney se dirigió hacia el Estadio Omnilife. A esa hora, el número de seguidores ya era de unos 120, entre ellos una anciana que aguantó sentada en una banca con su libreta y pluma en mano esperando una firma del ex beatle, que no se pudo lograr.
Sin embargo, los aguerridos tapatíos que aguantaron el calor y el hambre para ver al compositor se pueden sentir recompensados, pues un británico, miembro del staff de McCartney, salió cuatro veces con ellos para filmarlos como parte de las memorias captadas en la gira On the run, de Sir Paul.
EL INFORMADOR / VIOLETA MELÉNDEZ
Desde una hora antes de su partida (que fue a las 16:10 horas), elementos de seguridad cercaron la calle por donde saldría el inglés para mantener a los fanáticos al margen y no impidieran su paso.
Cuando el ex beatle salió a la luz de la calle saludó con la mano, asomó la cabeza y después sacó el torso de la ventanilla para que lo vieran también quienes esperaban del lado opuesto. Su esposa, Nancy, saludó también con una gran sonrisa y la ventana abajo. Ambos portando lentes oscuros.
Como los fans le gritaban desde el otro lado de las vallas, el vehículo avanzó sin impedimentos y rápidamente se incorporó a Avenida López Mateos resguardados por patrullas, motocicletas de vialidad y Policía del Estado. Inmediatamente los seguidores corrieron hacia ellos para alcanzarlos, pero no fue posible por la velocidad con la que siguieron.
"Sí me decepcioné un poco, uno ya sabe que esto es de esperar mucho rato, pero sí se fue muy rápido, ¿qué le costaba irse más despacito y saludarnos? Sólo queríamos verlo", lamentó Luis Palomo, quien hizo guardia en el hotel desde las nueve de la mañana.
Como él, cerca de 30 personas, principalmente adolescentes, arribaron desde temprano para verlo sólo unos segundos cuando McCartney se dirigió hacia el Estadio Omnilife. A esa hora, el número de seguidores ya era de unos 120, entre ellos una anciana que aguantó sentada en una banca con su libreta y pluma en mano esperando una firma del ex beatle, que no se pudo lograr.
Sin embargo, los aguerridos tapatíos que aguantaron el calor y el hambre para ver al compositor se pueden sentir recompensados, pues un británico, miembro del staff de McCartney, salió cuatro veces con ellos para filmarlos como parte de las memorias captadas en la gira On the run, de Sir Paul.
EL INFORMADOR / VIOLETA MELÉNDEZ
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