Entretenimiento

Fanáticos ''cercan'' a Paul

Grupos de seguidores aguardan desde anoche en las salidas del hotel donde se hospeda McCartney

GUADALAJARA, JALISCO (05/MAY/2012).- "¿Ya? ¿Ya viene?", "¿por dónde va a salir, señor?", preguntan los fans de Paul McCartney al primero que ven cada vez que se abre la puerta trasera del estacionamiento del hotel Quinta Real, donde el británico pasó la noche.

La emoción de los seguidores aumenta con transcurso de los minutos y se acercan cada vez más a la puerta donde ya les dijeron que saldrá. Cualquier información que abone algo sobre el Sir -de quien sea que provenga- es un detonante de adrenalina.

Madres con sus hijos, chavos que madrugaron, adultos que se dieron un "breake" en el trabajo para no dejar pasar la oportunidad de ver de cerca a la estrella británica, son quienes hacen guardia afuera del hotel.

Por la mañana eran unos cuantos, conforme avanza la mañana se unen más fans a la espera. Al mediodía ya eran más 30.

"Estamos viendo si le traemos mariachi otra vez en la noche, ¿verdad?", comentan entre ellos, pues cuentan que esta madrugada una mujer le regaló un poco de música local en vivo a su ídolo desde la calle, y según los fans que desde ayer le dieron la bienvenida, hasta salió "alguien del balcón" de un cuarto. Se ilusionan.

"¿Ya mero?", siguen preguntando a quienes aguardan en el estacionamiento, pero no obtienen respuesta. Los valet parking son una tumba.

"Sí hay mucha seguridad, guaruras, hay mucho carro lujoso también, más de lo normal", dice sorprendido un proveedor de lácteos que entró a las instalaciones a dejar un pedido.

Nadie sale, ni un rasto de McCartney, pero el ánimo no decae: "Na na na na na na, ¡hey you! ¡Hey Paul!" Entona a capella el séquito de fanáticos. "Ahora Let it be", mejor optan por "Yesterday".

"Ya me quiero ir" le dice Salvador, de cuatro años, a su mamá "no, hijo, vamos a ver a Paul McCartney, hay que esperarnos un ratito más. Te voy a comprar una nieve y un juguete por estar esperando aquí conmigo", le dice, sin convencerlo del todo.

Las falsas alarmas abundan y la energía se desborda entre gritos, canciones y pancartas, además de CD's, acetatos, posters y más listos para ser autografiados.

Paul no sale, pero ellos esperarán hasta que se dirija en su camioneta al Estadio Omnilife, donde tocará por primera vez para Guadalajara.

EL INFORMADOR / VIOLETA MELÉNDEZ
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