Entretenimiento
Facundo Cabral ofreció un concierto en teatro Blanquita
El artista argentino ofrece su música, pensamiento y corazón al público mexicano
Facundo Cabral por fin se diplomó en el teatro Blanquita de esta ciudad como intérprete popular.
En el primero de dos conciertos, el poeta salió al escenario unos minutos tarde de lo previsto, auxiliado por su inseparable bastón de cedro y un colaborador que lo guió hasta una silla en la que se sentó para ofrecer su música, pensamiento y corazón a sus seguidores.
Sin importar que la mayoría de sus lecciones y experiencias de vida fueron las mismas que las de su concierto del año pasado, Facundo Cabral deleitó al público que difícilmente llenó el legendario teatro.
"Llegué tarde, pero llegué", fue lo primero que dijo ante el micrófono, para luego recibir el aplauso de pie de algunos asistentes, así como gritos halagadores como "-te quiero!" y "-te amo!".
"Si me lo hubieran dicho hace 10 años estaríamos haciendo un relajo en Tepito", indicó el hombre de cabello blanco, quien dio las gracias por el apoyo que los mexicanos siempre le han dado.
El primer recital de Facundo en el Blanquita estuvo impregnado de nostalgia y mucha gratitud.
"Les quiero decir gracias como lo hizo un entrañable amigo al que conocí, José Alfredo Jiménez. Dios no me ha privado de nada, ni de la miseria, que eso es poco para los argentinos", señaló.
Señaló que la vida es un juego y que la mejor manera de jugarlo es amando al prójimo. "Les recuerdo que esto es una antología", volvió a decir, al tiempo de hacer una pausa que el público aprovechó para aplaudirle de nuevo.
Durante todo el recital Facundo Cabral permaneció sentado y quizá molesto pues no recordó algunas de las canciones que el público le pedía.
A diferencia de su concierto anterior, en el que se le vio más completo, Facundo Cabral cantó 10 temas muy personales, de los cuales no compartió el título. Pero para cerrar entonó "No soy de aquí, ni soy de allá".
"Con este tema cierro el ciclo desde que hice esta letra en 1970, la canté siempre, pero no hubo resultados como los que arrojaron Alberto Cortez y Julio Iglesias, este último me la grabó en varios idiomas, abriéndome las puertas del mundo".
Recordó con esta letra el haber nacido en la calle y externó su amor por las calles de todo el orbe, ya que dijo, es en éstas donde se aprende la vida.
El artista no pudo evitar platicar sus temas, ya que hizo una interpretación muy pausada. "En verdad me pesa mucho olvidar las canciones".
Antes de abandonar el escenario, Cabral agradeció de nuevo al público que se hubiera puesto de pie, tal como son despedidos los grandes de la música.
CIUDAD DE MÉXICO.- Cargado de vivencias, añoranzas y pesar porque se le han olvidado algunos de sus temas, el cantautor argentino
En el primero de dos conciertos, el poeta salió al escenario unos minutos tarde de lo previsto, auxiliado por su inseparable bastón de cedro y un colaborador que lo guió hasta una silla en la que se sentó para ofrecer su música, pensamiento y corazón a sus seguidores.
Sin importar que la mayoría de sus lecciones y experiencias de vida fueron las mismas que las de su concierto del año pasado, Facundo Cabral deleitó al público que difícilmente llenó el legendario teatro.
"Llegué tarde, pero llegué", fue lo primero que dijo ante el micrófono, para luego recibir el aplauso de pie de algunos asistentes, así como gritos halagadores como "-te quiero!" y "-te amo!".
"Si me lo hubieran dicho hace 10 años estaríamos haciendo un relajo en Tepito", indicó el hombre de cabello blanco, quien dio las gracias por el apoyo que los mexicanos siempre le han dado.
El primer recital de Facundo en el Blanquita estuvo impregnado de nostalgia y mucha gratitud.
"Les quiero decir gracias como lo hizo un entrañable amigo al que conocí, José Alfredo Jiménez. Dios no me ha privado de nada, ni de la miseria, que eso es poco para los argentinos", señaló.
Señaló que la vida es un juego y que la mejor manera de jugarlo es amando al prójimo. "Les recuerdo que esto es una antología", volvió a decir, al tiempo de hacer una pausa que el público aprovechó para aplaudirle de nuevo.
Durante todo el recital Facundo Cabral permaneció sentado y quizá molesto pues no recordó algunas de las canciones que el público le pedía.
A diferencia de su concierto anterior, en el que se le vio más completo, Facundo Cabral cantó 10 temas muy personales, de los cuales no compartió el título. Pero para cerrar entonó "No soy de aquí, ni soy de allá".
"Con este tema cierro el ciclo desde que hice esta letra en 1970, la canté siempre, pero no hubo resultados como los que arrojaron Alberto Cortez y Julio Iglesias, este último me la grabó en varios idiomas, abriéndome las puertas del mundo".
Recordó con esta letra el haber nacido en la calle y externó su amor por las calles de todo el orbe, ya que dijo, es en éstas donde se aprende la vida.
El artista no pudo evitar platicar sus temas, ya que hizo una interpretación muy pausada. "En verdad me pesa mucho olvidar las canciones".
Antes de abandonar el escenario, Cabral agradeció de nuevo al público que se hubiera puesto de pie, tal como son despedidos los grandes de la música.
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