Entretenimiento
Facundo Cabral comparte su testimonio en emotivo recital con tapatíos
El público tapatío mostró respeto, cariño, aplausos sin parar durante las dos horas del recital
GUADALAJARA, JALISCO (05/SEP/2010).- Anécdotas, reflexiones, consejos, mensajes divinos y su gran amor por Dios fueron los ingredientes que envolvieron el recital que ofreció aquí el cantautor argentino Facundo Cabral.
El Teatro Diana de esta ciudad lució repleto de admiradores del intérprete que ha dedicado a compartir su vida como un testigo del amor que existe y debe perdurar en el mundo, lo que lo llevó a conseguir el título de 'Mensajero de la paz" por parte de la ONU.
El público tapatío mostró respeto, cariño, aplausos sin parar durante las dos horas del recital y al final una ovación de pie con sinceras muestras de amor a este ser transparente que con su testimonio se convierte en un ejemplo de vida.
Facundo Cabral ingresa al escenario apoyado de un bastón, vestido de mezclilla, se sienta y toma su guitarra, para luego decir con el humor que le caracteriza: 'Llegó la tercera edad', es así como arranca esta velada que él mismo llamó 'encuentro con la vida'.
El silencio imperó siempre, todos atentos a los mensajes que traía el argentino, dispuestos a escuchar sus anécdotas y muchos quizá, como el mismo Cabral lo sugirió, procurar salir con una actitud diferente del recinto teatral. "Estoy feliz porque me animó a vivir el sueño de la vida.
Al universo le conviene nuestra felicidad porque somos parte de él', dijo el cantautor, quien mostraba el paso de los años con su voz cansada y su deterioro físico tras enfrentar cáncer.
Facundo Cabral cumple ahora con su gira del adiós y logra, sin la menor duda, reconquistar a su público mexicano, en cada lugar que ha visitado, interpretando temas como "Vuele bajo" y "Dios va conmigo a todas partes".
Recordó sus inicios en México, en 1972, su fructífero encuentro con Jacobo Zabludovsky al darle su primera oportunidad en televisión, de la Madre Teresa de Calcuta, de su gran encuentro con Los Perón, en su país, cuando él tenía apenas nueve años.
Asimismo, compartió el abrazo liberador que tuvo con su padre, al conocerlo cuando él tenía 46 años y que pese a que lo abandonó junto con sus hermanos y madre lo recibió con un gran afecto, perdonándolo de corazón.
Entre canciones como "Yo no vendo. Yo no compro", "Este es un nuevo día" y "Me dijeron por ahí", así como "Cielito lindo" en honor a México; Cabral no paró de hablar y agradecer al público esa vibra que le alimenta tanto a sus 73 años.
El cantante se despidió con "Los ejes de mi carreta", uno de sus más grandes éxitos, que el público coreó, para luego levantarse de sus asientos y aplaudir con mayor fuerza.
El Teatro Diana de esta ciudad lució repleto de admiradores del intérprete que ha dedicado a compartir su vida como un testigo del amor que existe y debe perdurar en el mundo, lo que lo llevó a conseguir el título de 'Mensajero de la paz" por parte de la ONU.
El público tapatío mostró respeto, cariño, aplausos sin parar durante las dos horas del recital y al final una ovación de pie con sinceras muestras de amor a este ser transparente que con su testimonio se convierte en un ejemplo de vida.
Facundo Cabral ingresa al escenario apoyado de un bastón, vestido de mezclilla, se sienta y toma su guitarra, para luego decir con el humor que le caracteriza: 'Llegó la tercera edad', es así como arranca esta velada que él mismo llamó 'encuentro con la vida'.
El silencio imperó siempre, todos atentos a los mensajes que traía el argentino, dispuestos a escuchar sus anécdotas y muchos quizá, como el mismo Cabral lo sugirió, procurar salir con una actitud diferente del recinto teatral. "Estoy feliz porque me animó a vivir el sueño de la vida.
Al universo le conviene nuestra felicidad porque somos parte de él', dijo el cantautor, quien mostraba el paso de los años con su voz cansada y su deterioro físico tras enfrentar cáncer.
Facundo Cabral cumple ahora con su gira del adiós y logra, sin la menor duda, reconquistar a su público mexicano, en cada lugar que ha visitado, interpretando temas como "Vuele bajo" y "Dios va conmigo a todas partes".
Recordó sus inicios en México, en 1972, su fructífero encuentro con Jacobo Zabludovsky al darle su primera oportunidad en televisión, de la Madre Teresa de Calcuta, de su gran encuentro con Los Perón, en su país, cuando él tenía apenas nueve años.
Asimismo, compartió el abrazo liberador que tuvo con su padre, al conocerlo cuando él tenía 46 años y que pese a que lo abandonó junto con sus hermanos y madre lo recibió con un gran afecto, perdonándolo de corazón.
Entre canciones como "Yo no vendo. Yo no compro", "Este es un nuevo día" y "Me dijeron por ahí", así como "Cielito lindo" en honor a México; Cabral no paró de hablar y agradecer al público esa vibra que le alimenta tanto a sus 73 años.
El cantante se despidió con "Los ejes de mi carreta", uno de sus más grandes éxitos, que el público coreó, para luego levantarse de sus asientos y aplaudir con mayor fuerza.
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