Entretenimiento
Fabuloso encanto argentino
La legendaria banda se presentó en la Arena VFG
Los Fabulosos Cadillacs no pisaban tierras tapatías hasta la noche de ayer, cuando cerca de 12 mil personas se unieron al canto de su vocalista Vicentico, quien con esa voz nasal que parece siempre lamentarse resonó en la fría acústica de la Arena VFG.
El concierto empezó con una hora de retraso, la cita era a las 20:00 horas y pasadas las 21:00 subieron al escenario Los Straitjackets, banda norteamericana de culto y de surf rock instrumental que llegó uniformada con máscaras de luchador, trajes y corbata. El vocalista, Danny Amis sedujo a los asistentes con un español en un extraño acento por un viaje de funk cósmico y psicodelia sesentera.
Una hora y media más tarde, el contagioso ska salpicado de acentos de reggae, cumbia, punk y rock duro de los Cadillacs llegó para contentar a los impacientes. Seis pantallas desplegaban a los seis integrantes del grupo, y entre la audiencia había un uniforme en su honor: playeras albicelestes de la Selección Argentina de futbol, algunas con el número 10, el de Diego Armando Maradona.
"Buenas noches. Es un enorme placer volver a tocar para todos ustedes", dijo Vicentico. Las canas, las calvas y hasta los kilos de más mostraban el paso del tiempo de lo que alguna vez fue una jugarreta argentina en 1983, cuando un grupo de muchachos se juntaron para decir que estaban en una banda aunque no supieran tocar. Ahora tenían a un auditorio repleto coreando "Yo no me sentaría en tu mesa", "La luz del ritmo" y "Demasiada presión".
En escena había saxofón, trompeta, bajo, guitarra, teclados y distintos tipos de percusiones que transitaban de suaves ritmos de reggae a explosivos brotes de ska y ciertos coqueteos con el metal.
La cumbia chirriante de "Padre Nuestro" infectó las caderas de Vicentico, quien bailó un poco antes de volver a empuñar con fuerza el micrófono para cantar. En el repertorio también se incluyó "Siguiendo la luna" con su trompeta tristona y un solo de guitarra bluesera, mientras que durante "El león" se elevaron brisas de cerveza que como centellazos mojaron los cabellos de quienes bailaban al paso de las percusiones.
Los Fabulosos podrán tener treinta años de historia y una copiosa discografía, pero los éxitos son los éxitos. Por eso "Malbicho", "Matador" y "Vasos Vacíos" sonaron eventualmente.
Después de una pausa, los hijos de Vicentico y del bajista Sr. Flavio, Florián Fernández y Astor Cianciarulo, se montaron para acompañar a sus padres en guitarra y batería -respectivamente-- y así mostrar que son portadores del gen del encanto argentino.
EL INFORMADOR / BRENDA RAMOS
GUADALAJARA, JALISCO (22/NOV/2013).- Se tomaron una pausa, se tardaron un poco, pero regresaron y cumplieron. Desde 2009,
El concierto empezó con una hora de retraso, la cita era a las 20:00 horas y pasadas las 21:00 subieron al escenario Los Straitjackets, banda norteamericana de culto y de surf rock instrumental que llegó uniformada con máscaras de luchador, trajes y corbata. El vocalista, Danny Amis sedujo a los asistentes con un español en un extraño acento por un viaje de funk cósmico y psicodelia sesentera.
Una hora y media más tarde, el contagioso ska salpicado de acentos de reggae, cumbia, punk y rock duro de los Cadillacs llegó para contentar a los impacientes. Seis pantallas desplegaban a los seis integrantes del grupo, y entre la audiencia había un uniforme en su honor: playeras albicelestes de la Selección Argentina de futbol, algunas con el número 10, el de Diego Armando Maradona.
"Buenas noches. Es un enorme placer volver a tocar para todos ustedes", dijo Vicentico. Las canas, las calvas y hasta los kilos de más mostraban el paso del tiempo de lo que alguna vez fue una jugarreta argentina en 1983, cuando un grupo de muchachos se juntaron para decir que estaban en una banda aunque no supieran tocar. Ahora tenían a un auditorio repleto coreando "Yo no me sentaría en tu mesa", "La luz del ritmo" y "Demasiada presión".
En escena había saxofón, trompeta, bajo, guitarra, teclados y distintos tipos de percusiones que transitaban de suaves ritmos de reggae a explosivos brotes de ska y ciertos coqueteos con el metal.
La cumbia chirriante de "Padre Nuestro" infectó las caderas de Vicentico, quien bailó un poco antes de volver a empuñar con fuerza el micrófono para cantar. En el repertorio también se incluyó "Siguiendo la luna" con su trompeta tristona y un solo de guitarra bluesera, mientras que durante "El león" se elevaron brisas de cerveza que como centellazos mojaron los cabellos de quienes bailaban al paso de las percusiones.
Los Fabulosos podrán tener treinta años de historia y una copiosa discografía, pero los éxitos son los éxitos. Por eso "Malbicho", "Matador" y "Vasos Vacíos" sonaron eventualmente.
Después de una pausa, los hijos de Vicentico y del bajista Sr. Flavio, Florián Fernández y Astor Cianciarulo, se montaron para acompañar a sus padres en guitarra y batería -respectivamente-- y así mostrar que son portadores del gen del encanto argentino.
EL INFORMADOR / BRENDA RAMOS
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