Entretenimiento
Empleados de AIG temen ante indignación por bonificaciones
En marco de la crisis, ejecutivos residentes de un barrio exclusivo temen por su seguridad por el pago de bonificaciones
La gigante aseguradora está en el centro de un huracán de indignación provocado por el pago de bonificaciones a sus altos ejecutivos en un momento en que la empresa sobrevive gracias al dinero de un rescate proporcionado por el gobierno federal.
Los pagos a ejecutivos han provocado una ira pública que muchos empleados de AIG pueden sentir. Algunos han recibido amenazas de muerte desde que estalló el escándalo, informó la compañía, y sus trabajadores no quieren correr riesgos.
“Tenemos miedo”, dijo un ejecutivo, quien solicitó permanecer en el anonimato por temor a represalias. “La gente está muy nerviosa por su seguridad”.
La división de productos financieros está en Wilton, en el condado de Fairfield, y muchos líderes de la compañía viven en grandes residencias en la llamada “Costa Dorada”, una zona conocida más por los campos de golf y los paisajes espectaculares del Estuario de Long Island que por los autos de la policía que patrullan ahora periódicamente las calles.
En un memorándum, publicado en Gawker.com, los directivos de la compañía recomendaron a los empleados que evitaran usar prendas con el logotipo de la aseguradora, a fin de pasar desapercibidos. También se instó a los trabajadores a viajar sólo acompañados por la noche y a aparcar sus vehículos en áreas bien iluminadas.
Y en un hecho que destaca la indignación por las bonificaciones en AIG, un autobús lleno de activistas llegaría el sábado cerca de las casas de los ejecutivos, en un intento por distribuir cartas en las que se relatan las tribulaciones de las familias en la recesión.
AIG informó el viernes que al menos tres ejecutivos que recibieron las bonificaciones tenían previsto devolver el dinero, incluidos James Haas y Doug Poling, ambos residentes en el condado de Fairfield.
“Sin importar cómo se sienta alguien sobre si el retener estos pagos es una decisión correcta, no hay nada correcto en las amenazas que la gente ha hecho a nuestros empleados”, dijo Mark Herr, portavoz de la compañía, en un comunicado. Haas y Poling no han emitido declaración alguna.
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