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El rebelde del cine, Peter Greenaway

El cineasta visitó el FICM para dar una master class y presentar la cinta “Eisenstein en Guanajuato”

MORELIA, MICHOACÁN (26/OCT/2015).- Si algo sabe Peter Greenaway sobre el cine, es que las apariencias engañan, además de que bajo una buena lente, nada es lo que parece. Quien observa a este director británico y nada más se guía por su aspecto, puede llegar a pensar que es un hombre bonachón de carácter afable y amante de la tranquilidad. Pero eso es un error tremendo, pues quien lo ha tratado, escuchado y sobre todo visto sus películas sabe que no tiene nada de eso. Greenaway es rebelde, le gusta romper los moldes de lo establecido y lo suyo jamás ha sido seguir las reglas.

Así lo demostró ayer, a lo largo de la master class que ofreció en el Teatro Rubén Romero, ante una emocionada audiencia en el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia, donde es uno de los invitados especiales.

De traje negro y con una eterna sonrisa socarrona, el director se presentó en la charla para hablar de todos los temas que le pasaran por la cabeza. Y vaya que lo hizo. Desde sus primeros años tras las cámaras, donde se ganó una reputación como rebelde y “contestón”, hasta su experiencia en diversos festivales de cine, donde asegura siempre encuentra historias interesantes.

Y otro tema del que le gusta hablar es México. Nuestro país le ha infundido nuevas energías al realizador de 73 años, quien recién presentó la película “Eisenstein en Guanajuato”, cinta que relata las rocambolescas experiencias del legendario realizador ruso Serguéi Einsestein en nuestro país, a donde llegó en la década de los años treinta para rodar la malograda “¡Que viva México!”.

A romper el mito

Cuando a Grenaway se le metió en la cabeza rodar una película sobre Einsestein, sabía que se estaba metiendo con uno de los grandes iconos del cine ruso, y de paso mundial. Pero le importó poco: “Recibí mucho correo de odio, amenazas y nulo apoyo de gente de Rusia, pues en la película retrato un aspecto de la vida de Einsestein que jamás ha sido muy popular en su país”, expresó en la charla.

Y es que el británico expuso abiertamente en la cinta la homosexualidad del director, un aspecto que ha sido “omitido” de la historia, especialmente rusa, donde esta preferencia sexual sigue siendo objeto de enorme censura. “Pero el cine de Einsestein y sus historias no se pueden entender sin el elemento homosexual, que está presente en su nararrativa”, comparte.

En la charla, donde proyectó algunos extractos de su película e incluso bromeó con el público, el director adelantó que no ha terminado de trabajar con la figura del director ruso, a quien tiene planeado dedicarle toda una trilogía.

La muerte de un tipo de cine

Para Peter Greenaway el cine no se entiende sin un buen guión y una buena imagen. El uno sin el otro termina por ofrecer una película incompleta, o peor aún, del montón. Afirma que vez es más difícil encontrar una cinta que logre explotar en su totalidad los recursos del Séptimo Arte.

“Nos hemos vuelto dependientes de repetir planos, de las pantallas verdes, de los efectos especiales para sustituir lo físico. A este paso, pronto todo el cine tal y como lo conocemos será animado. No me emociona lo que veo en general”.

El director animó a los jóvenes estudiantes de cine a contar historias sin miedo y desde su perspectiva. A planear cuidadosamente el aspecto visual de sus películas y no dejarse llevar por opiniones de terceros, y mucho menos por tendencias.
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