Entretenimiento
El patio de mi casa
El actor tiene claro que en el arte y la cultura está la solución para restaurar el tejido social en México
Se dice de él que es el mejor actor de México, el histrión español más importante en el globo terráqueo, un activista, un brillante creativo, un disciplinado, un parrandero, miembro del top ten de nuestro Séptimo Arte. Y un exagerado con su modestia.
Anda por la calle como si nada, como si dentro de su filmografía no estuvieran los títulos de las películas más destacadas en la historia del cine nacional, luego de que el mexican-system dejara de achicarse ante figuras como Pedro Infante y a través de Sólo con tu pareja de Alfonso Cuarón o El Callejón de los Milagros de Ripstein, apostara por otros tiempos, otras historias y otros actores. Y hablábamos de la esperanza, Giménez Cacho se ha sumado (y ha provocado que otros se sumen) a causas como las de Javier Sicilia, con quien se organizó el colectivo El Grito más fuerte (enero 2012), junto con otros miembros de la comunidad artística (Ilse Salas, Gael García, Sophie Alexander) en un afán de detener con arte y creatividad, las balas que tan impunemente nos atravesaban como país. Giménez Cacho, ganador del Ariel en cuatro ocasiones se sumó al movimiento YoSoy#132 con toda la intención de apoyar la abolición de “la telecracia mexicana”.
Cerró el año con el estreno de El Santos vs la Tetona Mendoza, un trabajo animado dirigido por Alejandro Lozano, basado en las legendarias historietas de Jis y Trino. Así como con la decisión de la Academia de Cine Española de candidatear la película Blancanieves de Pablo Berger, en la que él interpreta al torero Antonio Villalta, a la selección de filmes en lengua extranjera perfiladas al Oscar. Lo vimos en la pantalla grande este año, dando vida a un villanazo que se sugiere como Córdoba Montoya en el filme Colosio, el asesinato, así como en Atrapen al gringo dirigida por Adrian Grunberg y producida por Mel Gibson.
Giménez Cacho es para el público el inolvidable y pérfido “mi general” Andrés Ascencio de Arráncame la Vida la tercera película más costosa en la historia del cine mexicano (La primera es Cristiadade Dean Wright y la segunda es 5 de Mayo de Rafael Lara). Estrenará en el 2013 Criósfera, un trabajo dirigido por Hugo Félix Mercado. En julio de este año recibió un homenaje en Guanajuato por –entre otras cosas– sus 25 años de carrera artística. Una trayectoria que incluye La mala educación, de Pedro Almodóvar, allá por 2004, El coronel no tiene quien le escriba (1999), Voces Inocentes (2004), La zona (2007), El Infierno (2012). Premios actorales por su trabajo en Cronos (1993), Profundo Carmesí (1997) y Aro Tolbukhin, en la mente del asesino (2002), sólo por mencionar algunos.
Este año que inicia filmará película con Lucrecia Martel y conducirá programa para Canal Once, titulado Crónica de Castas.
—¿Cómo terminas este 2012?
—Escaso de dinero pero satisfecho profesionalmente. Pensando también en todo el tiempo que me faltó para realizar más trabajo en las causas que participo.
—Un año que se aseguraba como lleno de transformaciones ¿tú te transformaste en algo?, ¿emocional, laboral, socialmente?
—Las transformaciones son lentas pero lo traumático es cuando ni siquiera empiezan. Dos sexenios del PAN en que la no transformación de México (Fox y Calderón dejaron intactos los intereses de los poderes fácticos que nos gobiernan) produjo inmovilidad, mediocridad, sordera, miseria y muerte. Las transformaciones deberán iniciar este 2013 o seguiremos acumulando tensión y violencia. Yo, personalmente, procuré luchar y lo seguiré haciendo, contra la amargura. Mis hijos crecen y nos van dejando, la relación con mi esposa entra en una nueva y apasionante etapa.
—Eres -quizá te guste, quizá no- uno de los rostros más emblemático no sólo del cine, si no del arte actoral mexicano, ¿cómo asumes eso?
—Pues es algo en lo que no pienso. Agradezco, eso sí, las muestras de aprecio que recibo.
—Arte, ¿para qué?
—Ya es un consenso incluso entre los funcionarios de gobierno: El arte y la cultura deben servir para restaurar el destruido tejido social, para ampliar la vida comunitaria, para ampliar los horizontes de realización individual, para reforzar nuestra identidad y para ser escuchados en la sociedad. La violencia, la cultura del narco y la pésima televisión estrangulan la diversidad cultural. Nuestra vida en comunidad no mejorará sin la inclusión de la gran diversidad de todo lo que es México.
—Has incursionado en el mundo de la dirección; por supuesto, en la actuación cuentas con una carrera exitosa, ¿actuar para qué?
—Actuar es un oficio que me ha hecho conocerme, conocer el alma humana y ganar mis centavos. Es quizás lo que más me gusta hacer porque ese tiempo que transcurre en el mundo de la ficción, estando físicamente dentro de la ficción, es de las cosas más adictivas que conozco. ¿Actuar para qué? Por placer... aunque me haya ganado la vida con eso.
—El Patio de tu casa es México, ¿cómo está ese patio?
—Hay mucho que escombrar, muertos que encontrar, dolor que consolar, justicia que buscar y mucha, muchísima gente que conocer y que está haciendo el trabajo. Hay que dialogar mucho para ponerse de acuerdo sobre cómo lo queremos limpiar y ordenar. Es un patio que a pesar de su mal estado, muy pocos quieren abandonar. O lo arreglamos o nos lo quita el caos, nos lo quita el dolor.
—De Sólo con tu pareja a El Santos vs La Tetona Mendoza, ¿qué hay en medio?
—La mitad de mi vida, solamente.
—¿En qué te veremos el próximo 2013?
—Debutaré como director de una serie para el Canal Once. Se llamará Crónica de castas y el protagonista es el barrio de Tepito. En la segunda mitad del año, rodaré una película con la argentina Lucrecia Martel.
—Si pudieras armar una campaña de sensibilización exprés, ¿qué harías?
—Propondría una ley que obligue a los legisladores a financiarla y a los medios de comunicación a donar espacios para su difusión.
—¿Cómo nutres la materia artística y la acción social? ¿Cómo convives con eso? ¿Cómo se ayudan estas acciones en ti, se alimentan?
—Cuando he colaborado en acciones sociales he recibido una energía muy importante, he conocido gente extraordinaria que se vuelve ejemplo para mí. He recuperado la esperanza y he conocido un México que me llena de orgullo. Además todo eso incide directamente en la manera de cargar algunas frases que digo al actuar, tienen un fondo y una vibración producto de todas esas experiencias.
—¿Quiénes crees que son los mexicanos que hay que voltear a ver (actores, directores, escritores, políticos, etcétera)?
—A los que no roban, a los que abren puertas, a los que dialogan, a los que no tienen miedo, a los que defienden la tierra y los saberes tradicionales.
FRASE
“Las transformaciones deberán iniciar este 2013 o seguiremos acumulando tensión y violencia”.
Daniel Giménez Cacho, actor.
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