Entretenimiento
El mapa sonoro de Julieta Venegas
La cantante expone su filosofía creativa y se confiesa como una amante de la experimentación
Venegas llegó a Guadalajara el lunes para comenzar con la breve gira de promoción de Los momentos, su disco más reciente, donde expone una serie de reflexiones sobre la vida, el amor y la soledad. “Sentía que ya era hora de lanzarlo”, afirma en entrevista. “Desde el año pasado estuve trabajando en él, y lo que más me costaba era encontrar el tiempo para grabarlo”.
Julieta ha hablado del disco en las últimas semanas de forma exhaustiva y ha trascendido de todo: Que si es una placa triste, por qué eligió Te vi como sencillo, que si es un material que invita a la reflexión, que si está marcado por su maternidad o que si cambió demasiado su estilo. Ella pasa por alto todos esos comentarios. “No soy conceptual en lo que hago. Sobre la marcha siempre me entero de qué tipo de disco es el que me interesa hacer. Voy descubriendo su forma, sus sonidos. Son cosas que no pienso mucho antes, creo que el punto de partida en cualquier disco es escribir”.
La cantante acepta llevar la plática en otro rumbo, ir más allá del producto terminado. Julieta Venegas relata la creación de Los momentos desde su esqueleto. Expone su pasión por la escritura, su desprecio por el reciclaje y su capacidad, casi sobrenatural, por encontrar el cómplice perfecto para la construcción de cada proyecto que emprende.
—¿En qué momento llegó a tu mente la sensación de que ya era hora de grabar un disco nuevo?
—Siempre me dan ganas de escribir otra vez, y siempre es curioso el descubrir qué es lo que va a pasar en el estudio. La verdad no lo tengo claro nunca, y creo que eso es parte del encanto, entrar a grabar y que no sepa qué es lo que va a suceder, sé que ocurrirá algo, pero ignoro el resultado. Es un proceso muy padre.
—Entonces, cuando entras el estudio, lo único que tienes claro es que no quieres que lo que salga de allí sea parecido a lo que ya habías hecho.
—Exacto. De mi primer disco hasta éste, lo que me interesa ha sido jugar con contrastes. Si ya utilicé ciertos instrumentos, ciertos timbres o ciertos temas, siento la necesidad de explorar otro camino. Lo que sea, menos lo que ya conozco. Mi motor es la curiosidad, es probar qué pasa si hago esto distinto, el qué pasa si sumo aquello o resto lo otro.
—Escribir es una palabra constante en tu vida, ¿qué encuentra en ello que te fascina?
—Para mí, el proceso de escribir es fantástico. A veces estoy escribiendo tres canciones distintas, que terminan pegadas en una sola. Me encanta la idea de entretejer e hilar los temas. Escribir es algo que hago a diario. Cuando escribo un disco no paro durante dos meses al menos, hasta que tengo suficiente material como para comenzar a hacer demos y entrar al estudio.
—Participas en todos los procesos creativos del disco (composición, musicalización, producción, grabación), ¿cuál es la tarea que encuentras más difícil de hacer?
—El darme tiempo (risas). Darme un momento para escribir, eso es lo más difícil. Lo que trato de hacer es no pensar demasiado, simplemente escribir.
—¿Lo que salga?
—¡Lo que salga! A veces puede ser horrible, a veces increíble, pero lo importante es escribir, sin parar. De allí siempre surgen cosas… aunque de repente salen textos como muy malos (risas). Pero escribir es algo delicioso, me encanta.
—¿Cómo te sentiste trabajando con Yamil Rezc (productor) para esta placa?
—Le dije que necesitaba más que un productor, un cómplice, alguien con quien trabajar ideas, alguien que me ayude a probar cosas. Es una dinámica donde yo llego a cierto punto creativo pero necesito a alguien que me ayuda a rebotar ideas. Creo que nos complementamos muy bien.
—¿Es fácil toparse con cómplices así?
—Por suerte, siempre he tenido quien me haga ese contrapeso. Me he topado con productores muy padres. Gustavo Santaolalla en los dos primeros discos, y en los últimos tres con “Cachorro” López. De verdad, ahora que lo pienso, he tenido mucha suerte con la gente que he podido colaborar. Todavía no he hecho un disco que yo escuche y piense “chin, ¿qué hice? (risas)”.
Síguenos en