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El fantasma de Jackson, 'Sr. Lorazepam', se cierne sobre el juicio a Murray

Involuntariamente se refirieron al 'Rey del pop' como uno de los narcóticos analizados en el caso

LOS ANGELES, ESTADOS UNIDOS (31/OCT/2011).- Michael Jackson, quien en uno de los momentos más surrealistas del juicio a su médico Conrad Murray por homicidio involuntario fue llamado sin querer "Sr. Lorazepam", ha sido el fantasma que se cierne sobre los procedimientos, que esta semana llegan a su clímax.

Gráficos sobre medicamentos psicotrópicos, expertos enfrentados, soportes para suero y atentos familiares en primera fila: la sala de la Corte Superior de Los Angeles, donde Murray ha sido juzgado las últimas cinco semanas, parecía a veces una clase de farmacología.

"Vamos a tratar con el gran tema de esta sala", dijo el abogado de la defensa Michael Flanagan el jueves pasado. "Conrad Murray ha sido acusado de administrar una dosis de propofol y dejar a su paciente solo. ¿Se puede justificar eso?".

Su testigo estrella, el doctor Paul White, no pudo.

Sin embargo, para eso estaba convocado por la defensa: para refutar la afirmación de la fiscalía de que Murray, un médico nacido en Granada hace 58 años, era culpable del homicidio involuntario del Rey de Pop, fallecido en 2009 por una sobredosis de drogas.

Murray, quien ha permanecido con el rostro sombrío durante el juicio, niega las acusaciones.

Sus abogados, el apesadumbrado Flanagan y su compañero Ed Chernoff, distinguido por blandir su iPad en la sala, han hecho todo lo posible para desafiar los pronósticos y limpiar su nombre, con el argumento de que Jackson era un adicto desesperado que se iba a matar accidentalmente de todos modos.

Han sido ayudados por una espectacular letanía de problemas médicos que Jackson aparentemente sufrió durante años antes de su prematura muerte el 25 de junio de 2009, mientras preparaba una serie de conciertos que daría en Londres.

Incontinencia, insomnio e inestabilidad mental fueron sólo tres de los trastornos médicos de la estrella revelados con dolorosos detalles en el juicio. Los jurados escucharon que Jackson murió debido a un cóctel de sedantes, lorazepam, midazolam y propofol, que tomaba para poder dormir.

También se enteraron de que un catéter condón (una forma de drenar la vejiga a través del pene), un tubo para administrar medicamentos por vía intravenosa y una canícula nasal para oxígeno fueron hallados en el cuerpo de Jackson cuando llegaron los paramédicos. Y vieron las fotos del cadáver desnudo del cantante en una camilla de hospital, cuya exhibición hizo abandonar la sala a sus familiares.

Los padres de Jackson, Katherine y Joe, encabezaron la comitiva familiar presente en el juicio desde el 27 de septiembre, algunos con más frecuencia que otros, y se ubicaban en los bancos de madera reservados en la parte delantera de la sala.

De vez en cuando, intercambiaban algunas palabras con los periodistas sentados detrás de ellos, mientras que los fans de Jackson -ganadores de un sorteo diario de entradas para el puñado de asientos disponibles- eran enviados a la última fila.

El juez Michael Pastor, elogiado por su manejo del juicio, se permitió bromear con los miembros del jurado y el personal del tribunal, pero dejó en claro su severidad: cuando sonó el celular de una admiradora de Jackson, ésta fue escoltada con elegancia fuera de la sala y su teléfono fue confiscado.

Lo primeros testigos incluyeron una camarera y una actriz de Hollywood, novia de Murray, que no pudo contener su emoción de haber conocido a Michael Jackson, incluso al hablar de su muerte.

Una serie de testigos proclamaron cómo Murray les salvó la vida y los atendió de forma gratuita, en declaraciones que hicieron que el médico se secara alguna vez los ojos.

Pero la semana pasada el panorama para Murray se complicó con testimonios médicos de testigos clave sobre lo que éste podría haber hecho, o no habría debido hacer, en la fatídica hora antes de la muerte de Jackson.

Los abogados de Murray, e incluso el juez parecían cansados al final, confundieron varias veces los nombres de expertos en propofol, uno de los cuales supuestamente llamó el otro "cabrón" desde el fondo de la sala.

Flanagan era el que parecía tener más problemas para concentrarse, provocando risas cuando, en medio de otro interminable intercambio de testimonios el viernes, llamó a Jackson "Sr. Lorazepam" - y no se dio cuenta hasta que el juez se lo señaló.

Jackson, apodado de varias maneras durante su vida, incluyendo el famoso Rey del Pop, sin duda sabía de productos farmacéuticos. Pero muchos sospechan que se revolvería en su tumba si escuchara el nuevo sobrenombre.
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