Entretenimiento

El drama capta la atención en Berlín

La falta de democracia romana retratada en Coriolanus y un desastre nuclear puesto en V Subbotu destacan en la jornada

BERLÍN, ALEMANIA (15/FEB/2011).- El Coriolanus de Shakespeare, reciclado por Ralph Fiennes, sacudió a la Berlinale, con una versión libre del militar inquebrantable convertido en enemigo del pueblo en la Roma de hoy, compartiendo la jornada de competencia con V Subbotu sobre ese sábado de 1986 en que se resquebrajó Chernobyl.

Coriolanus dividió opiniones -en parte, porque no todo el mundo confiesa abiertamente la impenetrabilidad del texto de Shakespeare-, mientras que V Subbotu, de Mindadze, fue recibida por los medios como presunto “candidato a premio” en la edición número 61 del Festival Internacional de Cine de Berlín.

Traducir a Shakespeare

Trasladar a Shakespeare y la falsa democracia romana a las guerras de nuestros días no es tarea fácil, por mucho que ayude el impecable inglés shakespeariano de Fiennes y Vanessa Redgrave. Tampoco lo es traducir al lenguaje actual la tragedia del militar capaz de ganar todas las batallas, pero no el corazón del plebeyo, a merced de patricios manipuladores decididos a convertir su torpe discurso de soldado en desprecio hacia el pueblo.
Fiennes lo intentó en el filme donde debuta como director y ejerce además de protagonista. Coriolanus se mueve entre fragores de guerra y ejercicios de declamación, entre vehículos policiales sofocando al pueblo y duelos a muerte contra el enemigo insurgente.

“A Shakespeare podemos darle muchas lecturas. La Roma de entonces estaba sacudida por el hambre, la revuelta popular era una revuelta por el pan, como muchas de las que vivimos hoy”, sostuvo Fiennes, quien acudió acompañado por Redgrave y Gerard Butler.

El Coriolanus de Shakespeare y sus recelos hacia el mundo romano “nos ayudan a formularnos provocadoras preguntas, como el sentido de la democracia, la capacidad de ciertos políticos para malversarla y el papel del poder militar”, añadió el actor y director.

Redgrave, impecable como la madre del Coriolanus más militarizada que su propio hijo, fue recibida en Berlín como el gran dama que es, mientras que Fiennes se vio algo eclipsado por la presencia de su rival en la cinta, el atractivo Gerard Butler.

“No crecí leyendo a Shakespaere, pero veo en él algo más que esas tragedias ancladas en un mundo que ya no existe. Son textos inmersos en personajes con una fuerza interior que nos siguen sacudiendo”, afirmó con pasión Butler.

El combate del Coriolanus con el cráneo ensangrentado y luchando a cuchilladas con el Aufidius de Butler es uno de los hitos del filme, como lo es el duelo persistente entre la brutal mirada de Fiennes y los impactantes ojos azules de Butler.

Catástrofe a la vista

Tras la sacudida de Fiennes llegó el turno de V Subbotu (Innocent saturday), de Alexander Mindadze, un filme que sitúa al espectador en el 26 de abril de 1986 cuando estalló la mayor catástrofe atómica de la historia nuclear civil.

Un joven funcionario del Partido, Valery, está ahí cuando todo ocurre. Huye a todo correr carretera arriba, mientras responsables políticos y técnicos optan por silenciar lo que se avecina.

Se desarrolla a partir de ahí un vertiginoso catálogo de lo que no se debe hacer ante una catástrofe nuclear: primero, dejarse llevar por el pánico; segundo, perder el tiempo en nimiedades.

Lo primero que hace el muchacho es ir en busca de su chica, una mujer capaz de que se les perdone torpeza tras torpeza. Su intención es salir de la ciudad antes de que se extienda la noticia de la inminente catástrofe nuclear.

La chica pierde el pasaporte, luego se le quiebra el tacón en la huida hacia la estación, y no se le ocurre nada mejor que ir a una zapatería por otro par de zapatos.

De ahí salta a un banquete nupcial, entre borrachos amigos del muchacho empeñados en besarla; ella se coloca al frente de una banda de música con sus zapatos nuevos para animar la fiesta, a lo que siguen más y más amigos igualmente bebidos que convierten a Valery en suplente del baterista.
Todo, en un ambiente de caos sólo comparable con el nivel de radiación desencadenado por Chernobyl, rodado cámara al hombro y con la inmediatez de quien parece realmente saber por dónde salir de ahí.
Síguenos en

Temas

Sigue navegando