Entretenimiento
El difícil viaje de la fama
La cantante estadounidense irrumpe en el agitado mundo del espectáculo aunque añora una vida más tranquila
Es aficionada al desarrollo tecnológico y sensible a las problemáticas sociales, por lo que gusta de esos temas, al grado de tener inquietudes por participar en actividades comunitarias; pero de pronto su vida se ha vuelto a la farándula, al mainstream y cuanto más allá va, más parece reservarse.
El misterio que envuelve su vida privada se ha convertido en condimento de su vida pública. En el marco de su primer concierto en Europa, el fin de semana pasado, se dio tiempo de atender algunas entrevistas, algo inusual en ella.
—¿Fumas mucho?
—Si tengo un show, sí. Porque a veces me pongo un poco nerviosa. El viernes no lo estaba, pero todo el mundo me lo estaba preguntando y empecé a inquietarme...
—Es el primer concierto en Europa, ¿por qué España?
—En las entrevistas que he dado aquí no han mentido, siento que me respetan. Estuve en Santander cuatro meses cuando tenía 16 años, tengo amigos aquí y me siento muy bien.
—¿Crees que se ha mentido mucho sobre ti?
—Sí, a veces. Por dinero, por tener buenos titulares. Yo no daba entrevistas porque no tengo mucho que decir. Pero antes de que hubiera dado ninguna, ya había un montón de cosas escritas sobre mí. Es sensacionalismo, lo de siempre.
—El misterio que has fomentado a tu alrededor no ha ayudado, ¿no crees?
—¡No sé! Pero no ha sido intencionado, sólo que era una persona tranquila. Ahora ya no sé qué hubiera sido mejor.
—¿Es duro que te llamen cada día producto prefabricado?
—Sí. Me importa por mi música y las letras, que me he tomado mucho tiempo en hacer. También por mi familia, me preocupa que piensen que tengo problemas o que lean esas cosas terribles. Tenemos una gran vida juntos y no quiero que mi reputación me convierta en algo inútil para algunas personas que quiero. Estoy muy involucrada en mi comunidad de Nueva York prestando algunos servicios desde hace 10 años y no quiero que eso cambie, que ya no sea de ayuda. Y bueno, esas críticas te hacen sentir muy incómoda.
—¿Te arrepientes de algo?
—Escribí exactamente lo que pasaba en mi vida. Pero quizá sí me hubiera gustado que todo fuera más fácil, como he dicho, soy muy tranquila.
—¿Y esa obsesión con la autenticidad? ¿No parece necesario hoy justificar un personaje en el pop?
—Piensan que soy un personaje porque me cambié el nombre, pero es sólo eso. He intentado vivir una vida exactamente ajustada a mí. Y si parece un personaje es porque hago las cosas exactamente como quiero. Pero eso a la gente no le parece bien, porque les resultas distinto. Bueno, y lo eres: no salgo, no bebo, no escucho música pop... Pero Elizabeth y Lana del Rey son la misma.
—Llevas un crucifijo. ¿Eres católica?
—Sí, y voy a la iglesia. Pero intento entender a Dios según mis propias experiencias. Cuando de repente ves que tus ídolos dicen cosas desagradables de ti, cuando ves que la gente a quien has leído y has honrado no te respeta, te transformas en otra persona. Ya no vives para los demás, sólo para ti y tu inspiración. Creo en un Dios al que he llegado personalmente. Pero llevo esta cruz (colgada en el cuello) porque me gustan los diamantes (se ríe).
—Llegas a Europa en pleno desmoronamiento. ¿Te preocupa la crisis?
—Pienso en ello cada día. Me preocupa más que mi reputación. No hay una manera real de salir de esto, somos demasiados y estamos quedándonos sin recursos. Sigo mucho las investigaciones de Richard Branson en el espacio, avances en nanotecnología, nuevos recursos... Es a lo que dedico mi tiempo.
—¿Echas de menos tu vida anterior?
—Echo de menos cosas que hacía en Nueva York para la comunidad, porque si sólo vives para ti no tiene sentido. Y eso es lo negativo de ahora.
—No negarás que ser una estrella tiene cosas buenas.
—Lo que quería era el respeto de otros escritores, porque es lo que me gusta hacer. Quería amigos artistas y personas interesadas en el progreso, en la tecnología, en buscar soluciones a problemas. No los he encontrado. Estaría bien si fuera un viaje tranquilo, pero no lo ha sido.
El País
PARA SABER
El éxito viral
Lana del Rey es una cantante que tiene mucho que agradecerle a las redes sociales. En internet fue donde comenzó su éxito luego de compartir algunas de sus creaciones, las cuales fueron bien recibidas por diferentes personas en Estados Unidos, y alrededor del mundo también. Lo que llama la atención es que, Video Games, el video que la catapultó, lo grabó ella misma con una web cam, sin más elementos que su creatividad, su música y su letra. Eso le bastó y le sobró para comenzar una trayectoria metórica, que hoy la pone en algunos de los escenarios o festivales más importantes a escala internacional.
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