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El cine más destacado es el independiente:Trueba

El realizador expone sus conceptos sobre la actualidad cinematográfica

GUADALAJARA, JALISCO (04/MAR/2013).- Son pocos los directores españoles lo suficientemente solicitados por la prensa como para hablar tres horas consecutivas sobre su trabajo. Se podrían enumerar con los dedos de una mano los apellidos más prominentes, y el nombre de Fernando Trueba saldría siempre en las votaciones de todo medio.

Lo que hace diferente a este director es que a él no le gustan los reflectores. Él mismo lo acepta: Adora el silencio, la paz, la quietud, y sobre todo, la soledad. Por eso, no se explica cómo la vida lo ha puesto una y otra vez bajo los reflectores, con la atención del público sobre él, y con la responsabilidad de hablar horas y horas ante micrófonos y cámaras. “Es parte del trabajo”, acepta con un resoplido.

Fernando Trueba llegó a Guadalajara para presentar ''El artista y la modelo'', largometraje en blanco y negro donde se aleja de su usual tono cómico para exponer una serie de inquietudes personales; desde su relación con la escultura y la pintura, pasando por la naturaleza etérea del cuerpo femenino. La encarnizada lucha del protagonista de la cinta por encontrar la inspiración día con día, es una sensación que el realizador conoce muy bien. No acepta que sea su película más personal, pero si es donde más se nota su voz.

Ganador del premio Oscar en 1993 por ''Belle Époque'', Trueba llegó a Guadalajara para participar en la apertura del FICG, donde ofreció una Master Class dentro del Talent Campus y asistió a una función de gala. Es meticuloso en extremo y buen conversador de sobremesa, aunque Trueba prefiere reconocerse con otro atributo: “Soy lento”.

“Me tardo cuatro veces más haciendo las cosas. Me aplica perfecto la expresión española de que ‘Mareo mucho la perdiz’. A mi edad ya es muy tarde para cambiar. Soy así, y me acepto como soy”.

El cine actual, los nuevos talentos, el consumo de películas y su turbulenta relación con la televisión son los tópicos que ahora abordará.

—¿Es más fácil ser director ahora, con el abaratamiento de la tecnología y los esquemas de apoyo para los nuevos talentos?

—Yo diría que es difícil de otra manera. En mi época había ciertas dificultades, y los que comienzan ahora tienen otras. Son situaciones muy distintas, la tecnología ha cambiado, pero también la exhibición y la distribución. Es cierto, hay cambios, hay muchas ayudas ahora (aunque con la crisis de España se hicieron un poco menos), se estimulan las primeras películas, pero también es un mundo más complicado, una industria que está en transición.

—¿Esta situación crea un ambiente de desaliento entre los realizadores?

—No lo creo, porque a pesar de todo se están haciendo cosas buenas, interesantes. A lo mejor que no trasciende tanto, no son conocidas, pero el cine más destacado se está haciendo allí, en el circuito independiente.

—¿Le preocupa la preponderancia del cine comercial frente a otros estilos o propuestas?

—Creo que la gente ha sido totalmente desinformada y manipulada por la publicidad, el dinero y todas estas cosas para consumir ese tipo de cine. Los tienen idiotizados viendo películas violentas, estúpidas, que no tratan de nada.

—Hace un par de días dijo que le gustaba creer que el cine estaba entrando en una nueva era. ¿A dónde cree que vaya?


—No lo sé. Lo que sí, es que mí me gustaría que esta especie de videojuego en el que se ha convertido la mayor parte del cine comercial desapareciera. Que se volvieran a contar historias, a hablar de personajes”.

—¿Se acabó el cine que a usted le gustaba?

—No. Claro que se siguen haciendo películas buenas en todas partes, pero creo que ahora hay demasiado de ese cine de usar y tirar, un cine hecho rápido, del momento, de la moda, de lo que se lleva en cada momento.

—¿Qué cosa le gustaría desterrar del Séptimo Arte?

—Me gustaría que desapareciera ese abuso que se hace de la violencia, que de forma continua se utiliza en las películas. Entiendo que la violencia tiene que estar, y que es parte de la sociedad, ¡vamos!, forma parte de la literatura desde la Iliada de Homero. Pero lo que vemos ahora es un franco abuso. El morbo por el sexo también. El cine siempre ha tenido una relación enferma con el sexo, con el cuerpo. Mi película más reciente (''El artista y la modelo'') es una excepción en ese sentido.

—¿Le preocupaba que alguien viera con morbo “El artista y la modelo”?


—Siempre digo que he hecho una película donde el cuerpo desnudo humano está presente todo el tiempo, pero yo he intentado no hacer eso que se ve en las películas normalmente, que me parece horrible, donde parece que están anunciando medias, o tampones, o no sé qué. Hay un tratamiento al cuerpo que es totalmente aberrante, ya sea por lo feo, o por lo esteticista y falso.

—Usted alguna vez aseguró, textualmente: “He vivido buena parte de mi vida en hoteles y nunca he encendido un televisor. Tengo treinta años de no hacerlo y no le veo la necesidad”. ¿Sigue sin encender la tele?

“Hay cosas buenísimas en televisión, que se han hecho y que se están haciendo. Series como 'The Wire', que es lo único que he visto en televisión últimamente, me ha encantado. Pero no soy de mirarla. Me gusta leer, me gusta escuchar mucho el silencio, estar callado, estar solo o estar conversando con mis amigos. Esos son los placeres de mi vida. Pero ver ese objeto no entra en ellos. No me gusta.

—¿Por qué?

—La televisión me parece que es un objeto muy feo. Cuadrado, con diseño feo, con botones toscos, que en cuanto te descuidas quitan el programa que observas por una carrera de coches, o sale un tipo matando a alguien. No sé, no me gusta el objeto, lo siento como algo feo. Vivimos en un mundo donde hay objetos muy bonitos, y otros que son muy feos. Y la televisión es fea.

FRASE

"Espero durante el próximo año acabar de escribir varios guiones. También acabo de sacar un disco que produje, y tengo otro en espera que ya produje hace tiempo".

Fernando Trueba, cineasta.
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