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El arte de vivir al máximo

La actriz afirma que sus decisiones, afortunadas y erróneas, le han permitido crecer a nivel profesional y personal

El arte de vivir al máximo
GUADALAJARA, JALISCO (11/JUN/2012).- ¿Existe el guión perfecto? Los actores lo buscan con la misma obsesión que un cazador de tesoros lo hace con un cofre lleno de oro. Pero en ambos casos, la misión podría resultar muy larga o sin fortuna. Eso lo sabe bien Ludwika Paleta, una actriz cuya carrera comenzó en la infancia y que muy de vez en cuando se encuentra con este tipo de “tesoros”.

Nacida en Polonia pero avecindada en México desde que era una niña, Ludwika recién visitó la Perla Tapatía como parte del elenco de la puesta en escena Espejos, que se presentó con gran éxito en la capital del país y que marca uno de sus trabajos más afortunados en los escenarios, de acuerdo a la propia artista, cuya carrera también tiene momentos destacados en el cine y, sobre todo, en la televisión.

“Me siento muy bien, con mucho trabajo, con muchos viajes encima. Con muchos días de poco sueño, pero a la vez muy contenta”, afirma Paleta, con una sonrisa discreta mientras entrecierra los ojos azules. La carga laboral pesada y el ser constante blanco de las revistas de chismes provocaron que la actriz sea mesurada al momento de declarar. Entre menos se expone públicamente, menos interpretaciones erróneas. Sin embargo, la cortesía sigue presente en cada una de sus palabras.

—Los actores en México señalan que aunque los proyectos son cada vez más ambiciosos a nivel de producción, sigue siendo difícil encontrar buenos guiones. ¿Compartes esa idea?

—Creo que sí es difícil encontrar un buen guión. No sé si sea afortunado que en los últimos años se hayan adaptado tantas historias buenas, pero extranjeras, a los escenarios de nuestro país. Y lo digo porque aquí hay mucho talento. Grandes directores, grandes actores, pero lo que no es común son los buenos guiones.

—¿Te ha tocado estar involucrada en proyectos donde el guión sea malo?

—Sí, me ha pasado, muchas veces.

—¿Y qué pasa cuando fin te topas con un buen guión?

—Cuando lo encuentro, lo hago, lo cuento, lo digo, lo impulso. De repente  algunos piensan que hacer un buen proyecto es cosa de tener buenos actores, buenos directores, buenos guiones, y creo que no y sí.

Es el conjunto de todas estas cosas. Cada elemento depende del otro. No veo cómo un buen actor puede brillar con un mal texto, y no veo cómo un buen director puede sacarle todo el potencial a un mal actor.

—¿Es fácil encontrarte con buenas historias en el cine o la televisión?

—No es común. En el cine no me he topado con ninguna película que yo diga ‘caray, esta sí salió redondita’. Si no fue porque le faltaron buenos actores, o buena dirección, entonces se debe a que no hubo buena producción, o la gente no la vio.

Además, casi siempre en estos proyectos te enfrentas a muchas adversidades. Lo que aprendí es que al final del día es el amor por la profesión lo que nos mantiene en el camino, y este tipo de retos son los que hacen el viaje más interesante.

—¿Encontraste en “Espejos” la historia que buscabas?

—Sí. Tal vez no es  propio que yo lo diga, porque estoy dentro del proyecto, pero Espejos es una obra de ésas que creo que combina un buen texto con buenas actuaciones, con una buena dirección, una buena producción. Son historias bonitas que uno como espectador quiere ir a ver al teatro.

—Comenzaste tu carrera siendo una niña, ¿cómo calificas los proyectos que hiciste en el pasado?

—Creo que en general soy muy generosa conmigo misma y trato de hacerlo mejor cada vez. Obviamente sí, hay cosas que veo, proyectos que ya hice, y pienso ‘chin, ¿en qué estaba pensando?’, o ‘qué mal me veía’, o que ‘mala decisión tomé’, pero uno no puede negar lo que ya hizo, ese camino que elegí determina lo que soy ahora, para bien o para mal.

—¿No te arrepientes de nada?


—No. Quizá de haber hecho otras cosas, no estaría donde estoy ahora. A veces se toman decisiones buenas y no tan buenas. Pero por haber tomado las malas, uno termina agarrando el camino que le corresponde. Se debe aprender de los fracasos. Si todo sale bien, ¿qué se puede aprender?, ¿qué nos haría crecer?

—Además de la actuación, ¿tienes otra inquietud artística que te gustaría explorar?

—Me gusta mucho cantar. Me gustaría hacerlo en el marco del teatro musical. También me encanta bailar… son cosas que me gustaría hacer, no lo tengo planeado, pero tampoco descarto la posibilidad.

—¿Cómo definirías a Ludwika Paleta?

—Como una mujer que se la ha pasado bien en la vida. Que ha disfrutado, que ha vivido de todo, bueno, malo y regular. Experimentado ‘a full’, como dicen (risas). Sólo se está una vez aquí, hay que hacer que valga la pena.



TRABAJOS SELECTOS

Sus principales novelas


Abismo de pasión (2012).

Los exitosos Pérez (2009).

Mujer de madera (2004).

María la del barrio (1995).

El abuelo y yo (1992).

Carrusel (1989).


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