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'El Norteño', un pícaro muy honesto

Edson Zúñiga se presenta en el Teatro Galerías consolidándose como uno de los mejores comediantes de México

GUADALAJARA, JALISCO (16/NOV/2013).- Tal parece que a los tapatíos les gusta llorar, pero de risa. La noche de este sábado las lágrimas y carcajadas retumbaron en el Teatro Galerías luego de que Edson Zúñiga, mejor conocido como "El Norteño", demostrara porque es catalogado como uno de los mejores comediantes de México.

"El Norteño" regresó a la Perla Tapatía con su show "Macho corridos", con el que los asistentes desquitaron el precio del boleto por un par de horas en las que los chistes subidos de tonos reinaron durante toda la velada en la que prevaleció el público femenino, que sin pena y sin bochorno disfrutó de aquellas fanfarrias en su honor.

El comediante no desperdició minutos y en cuanto el público se relajó, los chistes se aventutaron a la mofa de las mujeres al narrar situaciones chuscas en las que las féminas hacen dotes de su habilidad para solucionar problemáticas familiares, pero principalmente, en los momentos íntimos.

La picardía velozmente se adueñó de los oídos mediante la característica voz del "Norteño", que con su acento cantado y chillón afilaba suaves críticas hacia las esposas obsesionadas con la limpieza del hogar, al momento de cocinar y en las reuniones con las amigas.

El tema de las suegras fue infaltable, al igual que las burlas hacia los caballeros y sus peculiares formas de hacer las labores domésticas.

Vestido en sus características botas y tejana, el padre del "Compayito", se acompañó de sus más reconocidas facetas con chistes clásicos que respetuosamente hicieron un recorrido por las nacionalidades, modificando su voz como el país de origen lo ameritara.

Con dos funciones seguidas, el comediante se despidió de Guadalajara, agradecido por el cariño y seguimiento que el aforo tapatío muestra en cada una de sus visitas y diversidad de espectáculos, además de aprovechar para mostrar sus dotes en el canto, donde la picardía y el doble sentido tampoco se hizo esperar.

EL INFORMADOR / NORMA GUTIÉRREZ
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