Entretenimiento
El Museo Raúl Anguiano inaugura muestra que abarca diversas técnicas
Esta exposición del tapatío Fernando Palomar estará en el Museo Raúl Anguiano hasta el próximo 9 de noviembre
Fernando Palomar utiliza para denominar "el hecho de que estoy en la mitad del camino". Las expectativas de vida contemporánea, dice el creador de 41 años, sentencian que la edad promedio que alcanzan los seres humanos en la actualidad son los ocho decenios.
Para dar una idea generalizada de este paradigma vitalicio a través del arte y mostrar de manera simbólica un recorrido por la primera mitad de su vida, Palomar solicitó una de las salas del Museo Raúl Anguiano en la que aún se encontraba montada la museografía de una antigua exhibición arquitectónica.
Con la disposición de este espacio, agrega el artista, "la mitad de la exposición ya estaba realizada".
El espacio, que ofrece una travesía en espiral entre luz y oscuridad, albergará hasta el próximo 9 de noviembre I/II, una prueba del "arte infantiloide psedoconceptual" de Palomar, compuesta de graffiti, video, instalación, escultura y arte objeto.
Hace cuatro años, cuando el artista sintió que el primer 50% de su existencia estaba por concluir, se le ocurrió pedirle al graffitero Frase que escribiera sobre láminas metálicas -ahora impregnadas de óxido- una oración de La divina comedia, de Dante Ailighieri: "Llévame a mitad del camino en nuestra vida cuando me vi en medio de una oscura selva fuera de todo camino recto".
"La divina comedia es una súper obra de arte que habla del humano de diversas maneras, pero no es que haya escogido la novela como tal, sino que el enunciado representa muy bien mi estado actual", señala Palomar, también dirigente y fundador de la Oficina para Proyectos de Arte (OPA).
"Casi todo mi trabajo tiene que ver con historia antigua; siempre me pregunto si los que lo ven saben en realidad de dónde provienen todas esas ideas -continúa el artista-. Es una mezcla de lo urbano con lo antiguo, la alta cultura con las cotidianidades citadinas".
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UADALAJARA, JALISCO.- Uno de dos, un medio, uno sobre dos. Éstos son los formulismos que el artista plástico tapatío
Para dar una idea generalizada de este paradigma vitalicio a través del arte y mostrar de manera simbólica un recorrido por la primera mitad de su vida, Palomar solicitó una de las salas del Museo Raúl Anguiano en la que aún se encontraba montada la museografía de una antigua exhibición arquitectónica.
Con la disposición de este espacio, agrega el artista, "la mitad de la exposición ya estaba realizada".
El espacio, que ofrece una travesía en espiral entre luz y oscuridad, albergará hasta el próximo 9 de noviembre I/II, una prueba del "arte infantiloide psedoconceptual" de Palomar, compuesta de graffiti, video, instalación, escultura y arte objeto.
Hace cuatro años, cuando el artista sintió que el primer 50% de su existencia estaba por concluir, se le ocurrió pedirle al graffitero Frase que escribiera sobre láminas metálicas -ahora impregnadas de óxido- una oración de La divina comedia, de Dante Ailighieri: "Llévame a mitad del camino en nuestra vida cuando me vi en medio de una oscura selva fuera de todo camino recto".
"La divina comedia es una súper obra de arte que habla del humano de diversas maneras, pero no es que haya escogido la novela como tal, sino que el enunciado representa muy bien mi estado actual", señala Palomar, también dirigente y fundador de la Oficina para Proyectos de Arte (OPA).
"Casi todo mi trabajo tiene que ver con historia antigua; siempre me pregunto si los que lo ven saben en realidad de dónde provienen todas esas ideas -continúa el artista-. Es una mezcla de lo urbano con lo antiguo, la alta cultura con las cotidianidades citadinas".
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