Entretenimiento
El Hell & Heaven Metal Fest convoca a 15 mil almas
Con Megadeth como estelar y 62 agrupaciones más, Calle 2 fue testigo de una jornada de más de 12 horas de música
GUADALAJARA, JALISCO (21/NOV/2011).- Con todo y que de última hora cancelaron dos de las bandas principales que reforzaban el cartel del Hell & Heaven Metal Fest, Overkill y Monspell, los fieles metaleros que se dieron cita el sábado a Calle 2 se vieron recompensados al final del día con la pujante actuación de Megadeth, de la cual estaban todos sedientos.
Antes que la estelar banda estadounidense de trash metal pisara el escenario principal, 62 agrupaciones locales, nacionales e internacionales ya habían hecho lo suyo desde mediodía, distribuidos en los cinco escenarios montados que denotaban jerarquías, pues la dimensión entre el más pequeño y el principal era monumental.
Aunque hubo diferente flujo de asistentes de indumentaria oscura conforme avanzaba la jornada, llegó al tope con Megadeth, liderada por el pelirrojo Dave Mustaine, quien junto a sus cómplices reunió a 15 mil metaleros, según estimaciones de Protección Civil.
En el Heaven Stage, el entarimado más importante, desfiló Mayan con su gothic metal, la estridente Fear Factory, Maligno, Lizzy Borden, Tristania, Kataklysim y Destrucción, y dado la ausencia de Overkill y Moonspell, el turno de Megadeth se adelantó una hora y media.
Mientras tanto, el caudal oscuro que recorría el festival estaba conformado mayoritariamente por jóvenes, quienes a la usanza de los nómadas buscaban sentirse cómodos con los sonidos que ofertaba cada banda en su respectivo entarimado, pues aunque todos golpeaban los bajos, baterías y trituraban guitarras, sus voces, presencia e implementos adicionales corrían por cuenta de cada agrupación.
Uno de los puntos comunes entre los músicos principalmente extranjeros, fueron las cabelleras largas, rubias y castañas que se agitaban sin control y ocultaban el rostro de su dueño, fungiendo como un atractivo visual más sobre el escenario.
Subculturas, familias y hasta vampiros
El Metal Fest fue punto de encuentro de la comunidad tapatía adepta no sólo a la música pesada sino a estilos de vida e ideologías afines, no había límite de edad ni de entrega. Se vio desde la familia completa con su pequeña de cuatro años a los hombros de papá, saltando y agitando la cabeza al ritmo de agresivas guitarras, hasta personalidades emblemáticas.
Fue el caso de la Mujer Vampiro, que sorprendió a su llegada y levantó revuelo a su paso por el festival, pues Mary José Cristerna, su nombre real, es considerada una de las mujeres con más cantidad de modificaciones corporales en el mundo, título que le ha dado fama internacional.
Las personas a su alrededor inmediatamente la reconocieron y se acercaron a ella pidiendo fotos, que no otorgó a todos, y es que Mary, quien por cierto es tapatía, llama la atención por los implantes que se ha colocado en la cabeza a manera de cuernos, también de colmillos y por la infinidad de tatuajes que luce en cada parte de su piel.
“Vine a hacer acto de presencia, a apoyar la escena y a descansar, traigo invitación de los organizadores”, expresó rodeada de curiosos, “me da gusto (la realización del festival) porque ya estamos cada vez más como en Europa, ahí vamos”.
Los estragos
Los efectos de reunir a 15 mil adeptos que disfrutaron por más de 12 horas metal puro no se hicieron esperar. Al caminar a lo largo de Calle 2 era imposible no patear vasos de cerveza, latas, resbalarse con bolsas de frituras o peor aún, pisar o tropezarse con algún joven agotado que se rindió en pleno camino.
Algunos sólo acostados, conscientes y alertas, disfrutando a Megadeth desde la lejanía, sin posibilidad de mirarlos, mientras había otros cuantos dormidos o inconscientes también tendidos en el suelo que no reaccionaban al movimiento ni al ruido, objetos de flashes mas no de una mano.
Antes que la estelar banda estadounidense de trash metal pisara el escenario principal, 62 agrupaciones locales, nacionales e internacionales ya habían hecho lo suyo desde mediodía, distribuidos en los cinco escenarios montados que denotaban jerarquías, pues la dimensión entre el más pequeño y el principal era monumental.
Aunque hubo diferente flujo de asistentes de indumentaria oscura conforme avanzaba la jornada, llegó al tope con Megadeth, liderada por el pelirrojo Dave Mustaine, quien junto a sus cómplices reunió a 15 mil metaleros, según estimaciones de Protección Civil.
En el Heaven Stage, el entarimado más importante, desfiló Mayan con su gothic metal, la estridente Fear Factory, Maligno, Lizzy Borden, Tristania, Kataklysim y Destrucción, y dado la ausencia de Overkill y Moonspell, el turno de Megadeth se adelantó una hora y media.
Mientras tanto, el caudal oscuro que recorría el festival estaba conformado mayoritariamente por jóvenes, quienes a la usanza de los nómadas buscaban sentirse cómodos con los sonidos que ofertaba cada banda en su respectivo entarimado, pues aunque todos golpeaban los bajos, baterías y trituraban guitarras, sus voces, presencia e implementos adicionales corrían por cuenta de cada agrupación.
Uno de los puntos comunes entre los músicos principalmente extranjeros, fueron las cabelleras largas, rubias y castañas que se agitaban sin control y ocultaban el rostro de su dueño, fungiendo como un atractivo visual más sobre el escenario.
Subculturas, familias y hasta vampiros
El Metal Fest fue punto de encuentro de la comunidad tapatía adepta no sólo a la música pesada sino a estilos de vida e ideologías afines, no había límite de edad ni de entrega. Se vio desde la familia completa con su pequeña de cuatro años a los hombros de papá, saltando y agitando la cabeza al ritmo de agresivas guitarras, hasta personalidades emblemáticas.
Fue el caso de la Mujer Vampiro, que sorprendió a su llegada y levantó revuelo a su paso por el festival, pues Mary José Cristerna, su nombre real, es considerada una de las mujeres con más cantidad de modificaciones corporales en el mundo, título que le ha dado fama internacional.
Las personas a su alrededor inmediatamente la reconocieron y se acercaron a ella pidiendo fotos, que no otorgó a todos, y es que Mary, quien por cierto es tapatía, llama la atención por los implantes que se ha colocado en la cabeza a manera de cuernos, también de colmillos y por la infinidad de tatuajes que luce en cada parte de su piel.
“Vine a hacer acto de presencia, a apoyar la escena y a descansar, traigo invitación de los organizadores”, expresó rodeada de curiosos, “me da gusto (la realización del festival) porque ya estamos cada vez más como en Europa, ahí vamos”.
Los estragos
Los efectos de reunir a 15 mil adeptos que disfrutaron por más de 12 horas metal puro no se hicieron esperar. Al caminar a lo largo de Calle 2 era imposible no patear vasos de cerveza, latas, resbalarse con bolsas de frituras o peor aún, pisar o tropezarse con algún joven agotado que se rindió en pleno camino.
Algunos sólo acostados, conscientes y alertas, disfrutando a Megadeth desde la lejanía, sin posibilidad de mirarlos, mientras había otros cuantos dormidos o inconscientes también tendidos en el suelo que no reaccionaban al movimiento ni al ruido, objetos de flashes mas no de una mano.
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