Entretenimiento
''Diente por diente'' trae humor negro al festival
El director de la cinta dice que al ser la inseguridad un tema vigente en el país hace que la película no pierda vigencia
GUADALAJARA, JALISCO (09/MAR/2012).- Si una película se centra en la problemática social de un momento determinado puede correr el riesgo de perder vigencia cuando llegue a su exhibición, preocupación que los realizadores de la cinta "Diente por diente", del director debutante Miguel Bonilla, tenían en cuenta y trataron de exponer de la mejor manera.
“Cuando yo estaba escribiendo este guión había un pico de noticias de Ciudad Juárez, del Ejército, se hablaba de un Estado fallido, llegué a pensar que a lo mejor de aquí a que se estrene ya no es vigente, lo bueno es que aquí la violencia y la inseguridad no se acaban”, reflexiona Bonilla provocando las risas de los protagonistas de su opera prima, Alfonso Borbolla y Darío Ripoll.
El argumento de su filme se centra en Pablo Kramsky (Barbolla), un gris reportero de nota roja que luego de ser víctima de un robo a su casa habitación decide crear un personaje que hace justicia por su propia mano, y al mismo tiempo, gana primicias para su trabajo editorial.
“Perdimos la capacidad de asombro, ya lo normal es que seamos víctimas de la delincuencia. Visto de manera muy clavada, tiene que ver con la concepción que el mexicano tiene de la muerte. Siempre hemos jugado con la muerte y nunca le hemos dado una importancia tan grave”, diserta Alfonso, el protagonista.
Para echar a andar esta historia, Miguel no vio mejor medio que la comedia negra, un humor muy aceptado entre los nacionales. “No quiero que sea una película de denuncia social; dura, en donde decimos que estamos hartos de la inseguridad, no. Me quería reír y reflejarnos en muy poquitos personajes, en muy poquitas ocasiones”, agrega el director.
“Cuando yo estaba escribiendo este guión había un pico de noticias de Ciudad Juárez, del Ejército, se hablaba de un Estado fallido, llegué a pensar que a lo mejor de aquí a que se estrene ya no es vigente, lo bueno es que aquí la violencia y la inseguridad no se acaban”, reflexiona Bonilla provocando las risas de los protagonistas de su opera prima, Alfonso Borbolla y Darío Ripoll.
El argumento de su filme se centra en Pablo Kramsky (Barbolla), un gris reportero de nota roja que luego de ser víctima de un robo a su casa habitación decide crear un personaje que hace justicia por su propia mano, y al mismo tiempo, gana primicias para su trabajo editorial.
“Perdimos la capacidad de asombro, ya lo normal es que seamos víctimas de la delincuencia. Visto de manera muy clavada, tiene que ver con la concepción que el mexicano tiene de la muerte. Siempre hemos jugado con la muerte y nunca le hemos dado una importancia tan grave”, diserta Alfonso, el protagonista.
Para echar a andar esta historia, Miguel no vio mejor medio que la comedia negra, un humor muy aceptado entre los nacionales. “No quiero que sea una película de denuncia social; dura, en donde decimos que estamos hartos de la inseguridad, no. Me quería reír y reflejarnos en muy poquitos personajes, en muy poquitas ocasiones”, agrega el director.
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