Entretenimiento
Diana Bracho con objetivos claros
Para Diana Bracho el escenario es un espacio sagrado, al que sólo acude una vez que tiene dominado al personaje
GUADALAJARA, JALISCO.- Diana Bracho ha pasado su vida en los escenarios, mas no por ello se dice confiada y enfatiza que la disciplina es parte de sus técnicas de trabajo, ya sea en el cine, en el teatro o en la televisión, áreas en las que se ha hecho de papeles destacados y con los que se ha ganado el respeto del público. “No hay nada peor que acomodarse, ni en la vida ni en el trabajo, te hundes, el cambio de medios ayuda mucho”.
Y es que el problema de muchos actores en México radica en la credibilidad de sus capacidades con respecto al terreno en el que se mueven, es decir, aquellos que cobran fama en la pantalla chica se les tiene una confianza casi nula en el desempeño de personajes en la pantalla grande o en montajes teatrales, sin embargo Diana es de las pocas actrices que se da el lujo de tener éxito en los tres espacios.
Fuego en la sangre es su telenovela más reciente, en la que compartió créditos con Adela Noriega y Eduardo Yáñez, trama que tuvo una gran aceptación, pero pocos olvidan su actuación en la exitosa historia de Cuna de Lobos, misma que volverá a la pantalla con una nueva adaptación y en la que no está interesada en participar. “Aunque Cuna de Lobos me encantó y fue mi entrada a las telenovelas no la volvería hacer, pero creo que si conservan la esencia será una buena producción”.
Su trabajo en el teatro
La actriz no tiene problema en admitir que la televisión le encanta y que la serie con segunda temporada Locas de amor la grabará a finales de año con Daniel Giménez Cacho, Jimena Ayala, Cecilia Suárez e Ilse Salas, esto una vez que concluya su actual compromiso en la obra Todos eran mis hijos, donde al lado de Fernando Luján, Silvia Navarro, Mario Loría, Alpha Acosta, Osvaldo Benavides, Miguel Pizarro, María Aura y Martín Altomaro figura en la cartelera del Centro Cultural Helénico de la Ciudad de México, y los días 9 y 10 de marzo se presentará en el Teatro Diana con cuatro funciones.
“Kate es una mamá en la posguerra que ante todo quiere salvar a la familia. No es una mentirosa, pero oculta verdades que la llevarán a un final trágico”, comenta Bracho sobre su papel en el montaje que desde octubre pasado se presenta en el Distrito Federal y el que está ansiosa por presentar en Guadalajara.
“Amanezco con los ojos hinchados por el desgaste físico que implica este montaje”, confiesa la actriz, y asegura que lo que la lleva a dar el “sí” a los proyectos tiene que ver con el conjunto de factores que ella considera esenciales. “Todo tiene que ver, la obra, el director, el resto del reparto y el personaje por supuesto, sin olvidarme de la producción; por eso creo que Todos era mis hijos es un proyecto redondo, porque es un texto de Arthur Miller, la dirección de Francisco Franco y la producción de Jorge y Pedro Ortiz de Pinedo”.
Su técnica actoral
Sobre la forma de abordar los papeles en el teatro, Diana Bracho expresa que se trata de un espacio completamente diferente al cine o a la televisión, no obstante en ninguna de las áreas elige verse. “No me gusta ver los personajes desde afuera, en las películas por ejemplo, en el corte todos corren al monitor a verse y yo me siento en otro lado. No me quiero ver, porque eso me obligaría a salirme y a verme desde afuera, entonces diría ‘creo que este no es mi ángulo bueno, o qué pasa con esta arruga’, por eso trabajo con la gente que confío, sé que un director sabe lo que quiere”.
Finalmente, Diana, quien cuenta con una larga lista de cintas en su currículum y que en el Festival Internacional de Cine estrenará Martín al amanecer, asegura que no necesita tiempo para desprenderse de los personajes. “No me llevo los personajes a mi casa, ni me llevo mi casa al teatro, siempre digo que nunca vengo al escenario a tirar mi basura, esa la tiro en mi casa. Es una disciplina que he logrado desarrollar a través del tiempo, cuando lloro no lo hago echando mano de mis problemas personales, sino que sufro la situación, porque me queda claro que estoy al servicio de un personaje”.
EL INFORMADOR/ Altagracia Lizardo Medina
Todos eran mis hijos / Teatro Diana / 9 y 10 de marzo, 19:00 y 21:30 horas / Boletos de 200 a 400 pesos / Disponibles en el sistema Ticketmaster
Y es que el problema de muchos actores en México radica en la credibilidad de sus capacidades con respecto al terreno en el que se mueven, es decir, aquellos que cobran fama en la pantalla chica se les tiene una confianza casi nula en el desempeño de personajes en la pantalla grande o en montajes teatrales, sin embargo Diana es de las pocas actrices que se da el lujo de tener éxito en los tres espacios.
Fuego en la sangre es su telenovela más reciente, en la que compartió créditos con Adela Noriega y Eduardo Yáñez, trama que tuvo una gran aceptación, pero pocos olvidan su actuación en la exitosa historia de Cuna de Lobos, misma que volverá a la pantalla con una nueva adaptación y en la que no está interesada en participar. “Aunque Cuna de Lobos me encantó y fue mi entrada a las telenovelas no la volvería hacer, pero creo que si conservan la esencia será una buena producción”.
Su trabajo en el teatro
La actriz no tiene problema en admitir que la televisión le encanta y que la serie con segunda temporada Locas de amor la grabará a finales de año con Daniel Giménez Cacho, Jimena Ayala, Cecilia Suárez e Ilse Salas, esto una vez que concluya su actual compromiso en la obra Todos eran mis hijos, donde al lado de Fernando Luján, Silvia Navarro, Mario Loría, Alpha Acosta, Osvaldo Benavides, Miguel Pizarro, María Aura y Martín Altomaro figura en la cartelera del Centro Cultural Helénico de la Ciudad de México, y los días 9 y 10 de marzo se presentará en el Teatro Diana con cuatro funciones.
“Kate es una mamá en la posguerra que ante todo quiere salvar a la familia. No es una mentirosa, pero oculta verdades que la llevarán a un final trágico”, comenta Bracho sobre su papel en el montaje que desde octubre pasado se presenta en el Distrito Federal y el que está ansiosa por presentar en Guadalajara.
“Amanezco con los ojos hinchados por el desgaste físico que implica este montaje”, confiesa la actriz, y asegura que lo que la lleva a dar el “sí” a los proyectos tiene que ver con el conjunto de factores que ella considera esenciales. “Todo tiene que ver, la obra, el director, el resto del reparto y el personaje por supuesto, sin olvidarme de la producción; por eso creo que Todos era mis hijos es un proyecto redondo, porque es un texto de Arthur Miller, la dirección de Francisco Franco y la producción de Jorge y Pedro Ortiz de Pinedo”.
Su técnica actoral
Sobre la forma de abordar los papeles en el teatro, Diana Bracho expresa que se trata de un espacio completamente diferente al cine o a la televisión, no obstante en ninguna de las áreas elige verse. “No me gusta ver los personajes desde afuera, en las películas por ejemplo, en el corte todos corren al monitor a verse y yo me siento en otro lado. No me quiero ver, porque eso me obligaría a salirme y a verme desde afuera, entonces diría ‘creo que este no es mi ángulo bueno, o qué pasa con esta arruga’, por eso trabajo con la gente que confío, sé que un director sabe lo que quiere”.
Finalmente, Diana, quien cuenta con una larga lista de cintas en su currículum y que en el Festival Internacional de Cine estrenará Martín al amanecer, asegura que no necesita tiempo para desprenderse de los personajes. “No me llevo los personajes a mi casa, ni me llevo mi casa al teatro, siempre digo que nunca vengo al escenario a tirar mi basura, esa la tiro en mi casa. Es una disciplina que he logrado desarrollar a través del tiempo, cuando lloro no lo hago echando mano de mis problemas personales, sino que sufro la situación, porque me queda claro que estoy al servicio de un personaje”.
EL INFORMADOR/ Altagracia Lizardo Medina
Todos eran mis hijos / Teatro Diana / 9 y 10 de marzo, 19:00 y 21:30 horas / Boletos de 200 a 400 pesos / Disponibles en el sistema Ticketmaster
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