Entretenimiento
Deborah Ríos percibe un México positivo
La actriz, de rostro fuerte y carácter dulce, dice tener conceptos claros y metas definidas
Deborah es una mujer de un rostro fuerte, pero de carácter dulce. Sencilla. Clara. Sin bolas en la cabeza. Le pregunto cuál es su idea de Guadalajara y señala que “la gente es muy pura, como transparente. Es distinta”. Luego habla de la familia y lo hace con amor. Dice que es muy fácil que el público de la televisión olvide a sus protagonistas, pero aun así todo es parte de la carrera. Deborah recuerda la importancia de las pequeñas cosas, genera confianzas, hace lo que es y mira para adelante.
En "No siempre lloverá" interpreta a la neurótica Mercedes. La historia está basada en hechos reales y tiene que ver con la violencia y el maltrato. Deborah Ríos regresa hoy a la Ciudad de México, luego de un par de semanas de arduo trabajo, le gustó participar en este filme por la historia que nos cuenta y porque dice querer que el público se sienta orgulloso del cine mexicano, mismo que señala, era bastante aburrido.
“Me impactó la historia de No siempre lloverá y luego me enteré que era real, y conocer a la niña a la que yo maltrato en la película... ya de grande, fue muy fuerte”. La cinta cuenta la historia de Aurora, una niña que al perder a su madre es entregada a su tía Mercedes, junto con sus hermanos, ante la incapacidad de su propio padre para resolverse.
Por lo pronto el director y las actrices (Acosta y De los Riscos) tratarán de terminar las escenas restantes durante estas semanas, Ríos terminó satisfecha y con ganas de ver a sus hijos.
— ¿Quién es “Mercedes”?
— Una mujer frustrada, amargada que siento que no encontró el amor, que sufrió mucho, siente pero no lo demuestra. Y todo lo que sufrió en su infancia viene a repercutir. El odio es un amor frustrado, es un amor no conseguido y descarga todo su enojo en una niña.
— ¿Crees que la infancia es una forma de destino?
— No. La infancia es algo que vives sin pedirlo, te lo dan tus padres. Aún los padres no saben qué infancia le van a dar a sus hijos. Ellos se dan a entender cómo pueden, educan cómo pueden.
— ¿Cómo ves la educación en México?
— La educación es baja. En México la educación en escuelas públicas está muy mal. En algunas de paga es muy buena, pero es inalcanzable para cierto nivel económico.
— Y la importancia del arte...
— Cuando yo iba a la secundaria era la única que quería estar en el taller de teatro. Los que estaban iban por echar la flojera, yo creo que es muy importante. A mis hijos yo les leo diario. En México no estamos acostumbrados a leer, uno puede conocer y viajar con la lectura. Aunque físicamente no estés, la mente es super poderosa.
— ¿Por qué teatro?, ¿para qué sirve?
— A mí me ha ayudado a vivir cosas, que no podría haber vivido nunca. Te ayuda a soñar. El papel de Mercedes en la película, es muy rica. Es algo que te permite hacer cosas que no puedes hacer de manera normal. Te ayuda a decir cosas, a liberarte.
— Y ¿el cine?
— En cine lo que cuenta la historia es la edición.
— La gente piensa que es alrevés
— No, jamás. La estrella es la historia y la edición. Punto. Y en televisión sí es el actor, y es otro ritmo.
— Claro, por eso yo podría decir que es el actor.
— No... es otro ritmo. Todo es para ayer. En cine todo es más lento y detallado. En tele es hacer, hacer, hacer.
— ¿Dónde están las historias que te interesa contar?
— Yo creo que no está en ningún lado, está dentro de mí. Porque tienes razón, aún la fotonovela te da otra cosa. Lo que yo quiero contar está dentro de mí, en mis sueños.
— ¿Qué sueñas?
— En un mundo color de rosa.
— ¿En serio?
— Si todos estuviéramos en amar, en cuidar, este mundo sería otro.
— ¿Cómo compaginas este mundo con el México de hoy?
— Hay destellos lindos. Es difícil compaginar y a veces muy doloroso.
— Es como si hubiera dos realidades y de pronto se juntaran...
— Lo ideal sería ver todo en la misma perspectiva. A veces en algunos momentos puedes ver ese mundo rosa, con el que sueñas...
— ¿Eres feliz?
— Sí, soy muy feliz aunque podría serlo más(...) Una niña crece con un sueño como casarse con un príncipe azul y yo recuperé ese sueño y tengo un esposo maravilloso y unos hijos que son mi gran felicidad. Yo me siento muy feliz en el mundo en el que estoy. Y lo que veo también me duele y afecta.
— El Patio de tu casa es México ¿Cómo está ese Patio?
— México es un lugar muy especial, en primer lugar fue el país que acogió a mis padres que eran argentinos. Ellos amaban este país, pero también es importante saber que México es un país noble, rico y desaprovechado. Es sumamente rico. Es increíble que los extranjeros saben más de México que uno mismo.
— Que finalmente es un poco no conocernos a nosotros mismos.
— Es eso. Yo soy mexicana y mi hermano también, y a veces, teniendo familia extranjera, es difícil sentirte como en casa, porque teniendo raíces aquí no estás agarrada. Pero eso lo tengo que construir yo con mi esposo y con mis hijos, ellos son mexicanos, mi raíz. El Patio de mi casa es hermoso.
— ¿Quién sí para la silla presidencial?
— Bueno, a mí no me gusta meterme mucho en eso. Pueden votar por alguien y cuando está ese alguien, es el peor. Yo creo que quien esté en esa silla debe amar a México y dejar sus sueños personales y mirar los sueños del país.
— ¿Qué sueñas?
— Mi sueño de niña era casarme de blanco y lo logré. Y mi sueño era ver en la cena de Navidad una mesa grande. A mí me encanta la convivencia de abuelos con nietos, que ahora ya se ha perdido un poco.
Dolores Tapia
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