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Deadpool destruye la censura

Los estudios Fox se la 'juegan' al presentar la aventura de un héroe poco convencional

GUADALAJARA, JALISCO (12/FEB/2016).- El “amante número 1 de las chimichangas” por fin llega a las salas de cine. El director Tim Miller nos presenta a un nuevo “Deadpool”, que promete alejarse de la autocensura y explotar todo el humor negro, sarcasmo y violencia que tanto caracterizan al personaje nacido en Marvel. Ryan Reynolds repite el papel que en 2009 desarrolló para “X-Men Orígenes: Wolverine”, sólo que ahora lo hace con el pie derecho.

Por allá del año 2000, cuando la nueva ola del cine de superhéroes comenzaba a surgir con la saga de “X-Men” de Bryan Singer, y continuaba con sus dos secuelas —además de la película en solitario de “Wolverine”—, los estudios Fox recibieron algunas críticas por la suavidad con la que trataron al personaje interpretado por Hugh Jackman. El salvajismo y sadismo que caracterizan a “Logan” en los cómics fue sustituido por una furia común y hasta cierto sentido de paternidad para con otros mutantes. Aún así, “Wolverine” se volvió famoso en el cine y hasta ahora es uno de los personajes favoritos de los fanáticos del género.

Pero “Deadpool”, él es otra historia. Se trata de uno de los personajes más irreverentes de las historietas. Hablador sin remedio, sarcástico y violento, es uno de los chicos malos de Marvel, pero no un villano. No es un superhéroe, pero tampoco una amenaza. Su compleja personalidad lo coloca en el ámbito de los antihéroes, aquellos entes ficcionales que bien pueden realizar actos heroicos pero considerados carentes de ética para los demás. Son quienes normalmente actúan para beneficio propio o con intenciones no precisamente bondadosas. Así es “Deadpool” en su versión impresa y, por fortuna, ahora lo es en el cine.

Rompen barreras


Mientras que normalmente, algún filme polémico lucha contra la censura, Fox se arriesga contra la autocensura y da un giro al canon por demás establecido del género de superhéroes, al entregar a un Deadpool que mantiene la naturaleza de su contraparte impresa.

El estudio prefirió satisfacer a los fanáticos más asiduos, aunque esto le costará una limitada segmentación de su público. Esto significó decirle “adiós” a los niños y adolescentes que buscan ver una película de superhéroes. Mientras que en Estados Unidos alcanzó la clasificación R (para mayores de 18 años), en México fue clasificada como B-15, no obstante, el metraje es el original y sin ninguna clase de limitación.

La falta de censura van aún más allá de lo sexual, grosero y violento que puede ser el contenido. Fox también decidió no dejar pasar las referencias a otras películas y proyectos que incluso no pertenecen a su estudio. Sí, la película cuenta con más referencias que la escuchada en sus avances: “Y por favor no me pongan un súper traje verde o animado”, con relación a la poco exitosa película de 2011 “Linterna Verde”, perteneciente a la casa rival, DC Comics.

Campaña viral, arma secreta

El éxito de una película normalmente se mide de manera proporcional a su campaña de publicidad. Durante meses, la gente detrás del marketing de “Deadpool” demostró su destreza al momento de vender su película y tomaron cada detalle de la personalidad del personaje para aprovecharlo de cualquier manera.

Imágenes conmemorativas del día de la mujer, Acción de Gracias, Halloween, Navidad, tráilers temáticos, emojis, cínicos carteles, burlas a otras películas, comerciales de galletas, promoción de equipos de futbol y una cantidad enorme de humorística publicidad invadieron las redes sociales y las calles de diversas ciudades.

Fue tal el protagonismo de la campaña viral que poco se conocía de la trama y los personajes. Un arma de doble filo ya que parecía alejar la atención de la película y sólo centrarla en el personaje, sin embargo, al parecer todo funcionó conforme al plan y atrajó los reflectores a un personaje como el mercenario con la gran boca que en años anteriores pudo haber pasado desapercibido al nivel de “Guardianes de la Galaxia” o el “Escuadrón Suicida”.

¿De qué va la trama?


“Un gran poder, lleva una gran irresponsabilidad”, frase escrita directamente para Wade Wilson, mercenario de barrios bajos que encuentra el amor con una prostituta de nombre Vanessa Carlysle. Su vida comenzaba a tornarse feliz hasta el momento en que un cáncer terminal invadió su hígado, pulmones, próstata y cerebro.

Como parte de un proceso experimental, Ajax realiza pruebas sobre Wade para activar su mutación. Con un éxito parcial, nuestro protagonista recibe el poder de sanar sus heridas y regenerar partes enteras de su cuerpo, sin embargo, el proceso de experimentación deforma la piel de todo su cuerpo hasta lucir como un “mapa topográfico de Utah”, según su amigo y cómplice Jack Hammer.

EL INFORMADOR / JONATHAN ALCARAZ
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