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Damián Alcázar, un actor rebelde

La nueva propuesta de Felipe Cazals se estrena este viernes, inspirada en hechos de la Revolución Mexicana

CIUDAD DE MÉXICO (26/MAY/2010).- Damián Alcázar, el cura guerrillero en El crimen del padre Amaro o el hombre que ponía en entredicho al sistema político mexicano en La ley de Herodes, ahora en Chicogrande combate y derrota a los estadounidenses, en la única ocasión en que el pueblo mexicano le ha ganado a un invasor extranjero.

En Chicogrande, la nueva película del realizador Felipe Cazals (Canoa y El apando), Alcázar interpreta a un integrante de la llamada División del Norte, quien hace todo lo posible para llevar a un médico a la cueva en donde se encuentra resguardado el general Francisco Villa, herido tras la incursión en Columbus.

La misión es aún más peligrosa, porque toda una compañía estadounidense anda en busca del revolucionario. En la vida real, aquella expedición militar jamás tuvo éxito porque los soldados de Estados Unidos fueron burlados por todos los pobladores, a quienes intentaban sobornar para que informaran sobre el paradero del jefe revolucionario.

Siempre la lealtad a Pancho Villa triunfó por encima de todos los dólares o pesos que se les ofrecían. “(La burla) Está implícita, es lealtad hacia ti mismo, a lo que eres. En este caso, sin decirlo, se les está diciendo: ‘no te digo nada’… y vete”.

Este actor, de 57 años de edad, es conocido como uno de los más combativos en la esfera del cine nacional, así que no es raro haber sido elegido para darle vida a uno de los héroes anónimos que se dieron en 1916.

Chicogrande es originalmente un cuento de Ricardo Garibay, pero todos los personajes que se verán existieron, están en los documentos, en las memorias de los generales estadounidenses, pero sin darles su verdadero nombre, asegura el realizador Felipe Cazals.
La película debió filmarse hace 32 años, pero tres meses antes del rodaje, una llamada telefónica de Margarita López Portillo, hermana del entonces presidente de la República, detuvo el proyecto argumentando, de acuerdo con Cazals, que iba a mostrar la malsana costumbre de un país invasor.

Para esta nueva aventura, Damián Alcázar y el resto del elenco practicó equitación y montó a caballo por varios días durante el rodaje. “¡Y me llegué a caer unas cinco veces! Pero somos actores, en el momento que me subía al caballo tomaba a Chicogrande, no era yo, y así ya no me daba miedo”, cuenta el michoacano.

Defiende sus ideas
Damián Alcázar rebasaba los 30 años de edad cuando le comunicó a sus compañeros de teatro en Veracruz que iría a la Ciudad de México para intentar hacer cine y, por supuesto, un buen número de bromas le cayeron de inmediato.

Le recordaron que ya Alonso Echánove (La vida conyugal) se había ido buscando lo mismo y era más guapo y alto que él. Años antes, cuando apenas tenía 23 años, un compañero del Centro Universitario de Teatro (CUT) le comentó que ninguno de los dos serían jamás los actores que México esperaba.

“Esa vez dije: ‘¿a qué se refiere?, el que es actor lo es y punto, nadie lo espera’. Luego, cuando pasó lo de Veracruz, tampoco lo entendía. Empecé tarde en esto de la actuación, ya madurito. Tenía 23 años cuando entré a estudiar a Bellas Artes, me fui a la Veracruzana a los 28 y regresé al DF a los 33. Finalmente tú eres lo que haces y para mí la actuación no es una chamba, es un modo de vivir, una forma de ser , siempre hay que estarse exigiendo”.

- Te tocó iniciar una época en donde se hacían muy pocas películas y no duraban nada en cartelera. ¿Tuviste la idea de dejar el cine?
- Si me hubiera movido el negocio, hubiera renunciado al cine y no era así. Hago cine por una necesidad de revertir todo lo que veo en la gente y tener un diálogo, el cine es un medio formidable, es cultura, hace que la gente se divierta, disfrute y piense. El éxito de nosotros fue poder regresar al público, que nos había abandonado, a ver cine mexicano.

- La impresión que das es de ser un actor muy combativo y varios de tus personajes así son.
- Uno no tiene cosas combativas, sino que es un mexicano consciente.
Soy un hombre de emociones y de ahí es que paso a los hechos, por eso es que estoy enojado, hasta colérico, contra la situación imperante.

- Eres exigente con tu trabajo, ¿de cuál te arrepientes, en el sentido de que no - diste lo que se esperaba de ti?
- Debo ver una película cinco veces para ser objetivo y de repente veo escenas en donde digo que hubiera estado mejor, pero el hubiera no existe. Todo es una visión subjetiva mía, siempre estuvo el maestro Cazals ahí y no se le escapa nada, si no le gustara, no la aceptaría. EL

Favorito en el doblaje
En breve, Alcázar comenzará el doblaje de la película Ana, dirigida por Carlos Carrera (El crimen del padre Amaro), en donde interpretará al papá de la protagonista. “Aunque no sé exactamente cómo es el personaje, porque apenas voy a tener una lectura del guión, pero estoy emocionado por la invitación”, expresa.

La primera vez que Alcázar aceptó prestar su voz a un personaje de película fue cuando se le invitó a doblar al español a Sirius Black en Harry Potter y el prisionero de Azkabán, dirigido por el mexicano Alfonso Cuarón. Recientemente se le escuchó como uno de los perros en Up, la película de Pixar. “Muchos dicen que no me reconocen y claro, porque no es mi voz, sino la del perrito”.
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