Entretenimiento
Damián Alcázar, fiel al cine mexicano
El actor destaca porque le gusta contar historias y habla de un futuro que no promete pero que espera
Alcázar es un tanto increíble. Nació en Michoacán en 1953 y al día de hoy ha ganado siete premios Ariel, sí... siete –el reconocimiento más importante en industria nacional–, y lo que es mejor aún, él sigue tan sencillo, un hombre perfectamente capaz de deshacerse del ego adulador de haber trabajado en una megaproducción como "Crónicas de Narnia" para volver a su tierra y trabajar como le gusta; contando historias que interesan, que lo retan, aunque en ocasiones –como en le caso de algunas televisoras– gane menos. Un actor al que ningún director se impone, es decir, se hace cargo del personaje en todas sus esferas.
Vino a Guadalajara a presentar, al lado de la directora tapatía Kenya Márquez, "Fecha de caducidad", así como la obra "Misery" con Itatí Cantoral. Ha trabajado en películas como "Chicogrande" –la cual le augura varios premios– de Cazals. Memorable su actuación en "Crónicas", dirigida por Sebastian Cordero; formó parte del elenco de la histórica película "El crimen del padre Amaro", histórica por su temática y por su éxito, (en este filme debutó Ana Claudia Talancón), Las vueltas del Citrillo también de Cazals, así como la maravillosa, pura y dura trilogía de Luis Estrada compuesta por obras como "La ley de Herodes", "Un mundo maravilloso" y "El infierno".
“La ley de Herodes”
Hay que recordar que es una de las cintas más reconocidas en nuestro país, acerca de ella se dice que influyó en la decisión de voto en el año 2000.
Como anécdota, Damián se encontraba en el Festival de Cine Francés en Acapulco cuando le informaron que la película no se iba a estrenar. El aviso llegó tarde y a última hora, dicen que dijo el entonces director de Imcine Amerena. Efectivamente la cinta quedó fuera. Y efectivamente, pensó Alcázar, era un acto de censura. Pero asistió con el equipo al sitio de exhibición, tomó el micrófono e informó a los franceses ahí presentes lo que pasaba, Victoria Abril hizo la traducción y la concurrencia comenzó a gritar: “Liberté”. "La ley de Herodes" se exhibió al día siguiente.
Damián Alcázar quería seguir trabajando con Luis Estrada para el público mexicano, quería seguir enterándose de la visión tan “certera” que el director compartió acerca de nuestro país. Un país que vive un momento especial. A este creativo, tiene más de 25 años como actor, el Festival de Cine de Morelia le rindió homenaje en su pasada edición a fines de 2011. Sólo acepta los papeles que le gustan y dicen sus colegas que es una persona excepcional.
Presente en el FICG 27 Alcázar tiene en vilo a su público, mismo que ya vio "Chicogrande", un interesante western que aborda el momento aquel en 1916 cuando el Ejército mexicano se aventuró en territorio estadounidense buscando al mismísmo Pancho Villa.
El trabajo del director Felipe Cazals es reflexivo y, por supuesto, remite a lo histórico. Arroja algunas preguntas en torno a personajes tan especiales como lo fueron Villa y el mismo Zapata.
En una entrevista con tucineportal.com, Alcázar destacaba que el "western" es un género poco abordado en el cine nacional y llegó a comparar a Cazals con Kurosawa. “Considero que en el western clásico los personajes carecen de complejidad, pero pienso que Felipe Cazals sí sabe dársela”.
Y si de cosas complejas hablamos, llegamos hasta la película de la tapatía Kenya Márquez, "Fecha de caducidad", un filme esperadísimo en esta ciudad porque fue donde nació y donde se desarrolla la historia que se cuenta. En esta cinta actúan –entre otros grandes actores– Ana Ofelia Murguía y Damián Alcázar, quien señaló que la directora tiene una “mirada de la realidad "naif" y oscura”. La película tardó en cristalizarse ni más ni menos que 10 años y en su estreno local, abarrotó el Teatro Diana. Entre otras cosas, mencionaba Kenya en la rueda de prensa, la inclusión en una escena de una cabeza le resultaba “un absurdo” en los tiempos primicios del filme. Sin embargo, en ese momento Alcázar retomó el micrófono y enfatizó serio, como queriendo que a todos los presentes nos quede muy claro: “Es un absurdo”.
Historias van y vienen. Pero sus colegas le reconocen su entrega. Damián es un tipo serio, de tono ingenuo. Un verdadero ejemplo de oficio actoral, con respeto por lo grande y lo pequeño. Un creador que por su humildad parece invencible. Un preocupado, un generoso. Uno de esos actores que tiene México y de los que dan mucho orgullo.
— Actuar ¿para qué?
— Para seguir manifestándonos, para seguir contándole a la gente de nuestras propias historias, las que nos interesan a todos.
— ¿Por qué te interesó contar historias?
— La importancia de contar historias tiene que ser siempre, antes era la tradición oral, después los cuentistas, después por escrito, luego el teatro, los juglares, ahora el cine y la televisión. Vale la pena contar nuestras historias, porque son de nosotros y son interesantes.
— ¿Por qué esta historia en “Fecha de caducidad”?
— Porque habla de un núcleo de personas, que normalmente no son protagonistas en nuestro cine y en la televisión. Son grandes vidas, dentro de lo sencillo que nos pueda parecer. Son personas complejas y con una vida absoluta y plena.
— ¿Hay una diferencia entre contar historias en teatro, cine y televisión?
— Hay diferencia en la manera de contarlos. Es normal, son medios diferentes, se requiere de diferentes técnicas y estrategias para la narración. A mí me gusta hacer las tres cosas, pero con el cine estoy en amasiato absoluto.
— Y aparte el cine te adora...
— Sí, sí.
— El Patio de tu casa es México. ¿Cómo está ese Patio?
— Está hecho un tiradero por la gente irresponsable de la limpieza, pero no me refiero a la limpieza que este señor, abanderado del partido azul está intentando hacer, porque no está haciendo ninguna limpieza, está haciendo un regadero de sangre. Está atroz el patio de mi casa, hay que sanearlo con voluntad y sin el canibalismo de la gente que se está apoderando de las mejores cosas de este país.
— ¿Quién sí para la silla presidencial?
— López Obrador, sin duda.
Dolores Tapia
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