Entretenimiento
Corona Británica, símbolo de unidad nacional
Como jefa de Estado, en la reina confluyen tradición y decisiones para el Reino Unido
Representada por el rey (en este caso reina), la Corona Británica formada en la cabeza por la monarca o soberana Isabel II y el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, funge como jefe de un Estado unitario formado por Gales, Inglaterra, Escocia e Irlanda del Norte.
La Constitución no codificada del Reino Unido establece que el poder político es ejercido en última instancia por el Parlamento, dentro del cual el soberano no es un componente partidario, junto con la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes, así como por el primer ministro y el Gabinete.
Por lo anterior, debido a que la monarquía británica moderna es constitucional, el papel del soberano en la práctica es limitado a funciones no partidarias. Este rol ha sido reconocido desde el siglo XIX.
La Casa de Windsor, previamente llamada Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha, es la casa real del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, desde la muerte de la reina Victoria I de Hannover en 1901.
Un trabajo en conjunto
Isabel II es reina desde 1952. Si bien los poderes del monarca son en teoría amplios, pero no en la práctica, como monarca constitucional, la soberana actúa dentro de las obligaciones de la convención y el precedente, casi siempre ejerce el privilegio real con el acompañamiento del consejo del primer ministro y otros ministros. Éstos, junto al premier, son los responsables de la Casa de los Comunes (elegida de forma democrática), y a través de ella, de la gente.
El soberano, que en un futuro podría ser el ahora príncipe Carlos, asigna y despide al Gabinete y a otros ministros bajo previo consejo del primer ministro. El monarca puede, de forma unilateral, despedir a un primer ministro. El último monarca en remover unilateralmente a uno fue Guillermo IV, que despidió a William Lamb, II vizconde de Melbourne, en 1834. En general, el mandato de un primer ministro llega a su fin sólo en caso de muerte o renuncia.
Los juramentos de lealtad van destinados a la monarca, no al Parlamento o a la nación, además, un himno respalda el poder. Dios salve a la reina (o Dios salve al rey, si el soberano es de sexo masculino), es empleado como himno nacional británico. El rostro del monarca figura, asimismo, en sellos postales, en monedas, y en billetes expedidos por el Banco de Inglaterra. Monedas impresas por otros bancos británicos, como el Banco de Escocia y el Banco de Ulster, no describen a la soberana.
Libertades y restricciones
Símbolo de unidad nacional, la Corona británica es representada por un gobernador general nombrado por la reina con el consejo de ministros del país correspondiente, y con completa independencia del Gobierno.
Recientemente en un pacto secreto, el Gobierno de Londres “arrebató” a la monarquía el control de las finanzas de Palacio, según el diario The Independent.
El “memorando financiero” que establece formalmente la relación entre Palacio y Gobierno impone también drásticas condiciones al empleo que puede hacer la reina de los más 66 millones de dólares que pone a su disposición el Parlamento para pagar al personal a su servicio y los palacios que ocupa.
El Gobierno podría obligar a la reina a reducir sus gastos o incluso a depender exclusivamente de su considerable fortuna personal, heredada de sus predecesores en el trono.
El Parlamento corre con gran parte de los gastos oficiales del soberano, obtenidos de fondos públicos. Una lista enumera la suma que cubre muchos de los gastos, incluyendo aquellos de dotación personal, visitas de Estado y entretenimiento oficial.
Para saber
El himno de Dios salve a la reina es utilizado como canción oficial en países como Reino Unido, Nueva Zelanda, Canadá, Granada, Jamaica, Barbados y Australia, entre otros. A pesar de su popularidad, no se conoce al autor y el compositor del tema.
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