Entretenimiento
Conflicto de identidad en ''La última muerte''
Intriga, acción y una visión futurista se vierten en la opera prima de David Ruiz Letxe
GUADALAJARA, JALISCO (24/ENE/2012).- ¿Qué pasaría si se autoriza la pena de muerte en México? ¿Será posible alcanzar la clonación legal de órganos? ¿Qué tecnologías permitirán en un futuro erradicar los robos y las extorsiones? Estas tres preguntas pueden no tener una respuesta certera, pero sí un “posible” escenario propuesto por David Ruiz Letxe en su opera prima, La última muerte.
Este thriller psicológico de manufactura mexicana fue el escaparate del nuevo director, pues sus inquietudes y curiosidades en estos temas detonaron en su imaginación una historia que tardó 11 años en ver al espectador de frente en las salas de cine.
Para La última muerte, Letxe concibió un reparto de nombres frescos, “le vas poniendo caras a tus personajes, pero a la hora que tuve que hacer el casting estaba bastante abierto. Yo, por un lado, no quería que los actores fueran demasiado conocidos porque luego pasa que vas a la película por ver actuar a tal actor, no estás metiéndote en la historia”.
Pero Lemon Films, la productora que arropó el primer largometraje de quien ha sido por 15 años productor de videoclips y comerciales de televisión, le sugirió que su protagonista lo interpretara un actor mexicano de trayectoria, y rápidamente saltó un nombre en la mesa: Kuno Becker.
“Cuando él leyó el guion, le encantó y nos dijo ‘cuenten conmigo por favor’, se interesó porque el personaje que le di es bastante complejo, y de entrada, tiene amnesia aguda, entonces no recuerda nada y tiene que pasar por una gama de retos actorales que le encantaron”, extendió Ruiz, mejor conocido como Letxe.
Y si bien el actor fue seducido por el libreto, no le fue fácil adoptar la condición necesaria para dar vida a su personaje, un hombre desorientado que no puede recordar su identidad en el contexto del México de 2035, es decir, donde la tecnología marca la pauta para la acción de la justicia y de todos los servicios.
Crean sus propios avances tecnológicos
El director justifica cada escena de su largometraje: si la historia se desarrolla en el futuro es porque trata de condiciones sociales y tecnológicas que hoy simplemente no existen en el país, y los efectos visuales, también mexicanos, de que echaron mano son para contextualizar al público con ese momento. “Tengo que ser coherente visualmente, por eso apoyamos estos efectos, porque mi película no tiene ‘efectitis’, no está llena de efectos por todos lados improvisados, de a gratis, todo tiene su por qué”.
Y en ese sentido se dio el lujo de echar a andar su imaginación, para desarrollar la tecnología que podría utilizarse en el país en aquél año sin ambicionar demasiado, pues sabe que en 30 años los cambios no son lo suficientemente revolucionarios como para ver automóviles deslizándose en el aire, por ejemplo.
“Lo que nosotros hicimos fue cambiar algunos de los gadgets, algunas de las formas de proceder, por ejemplo, se ve que nadie nunca saca dinero, cuando van a hacer un pago lo hacen con su huella dactilar o con la información de la retina, yo me imagino que el futuro va para allá para evitar robos y fraudes”, agrega el director.
Interactúan con la pantalla verde
En el reparto también figuran Álvaro Guerrero, Carlos Bracho, Alexandra de la Mora, Manolo Cardona y Emilio Guerrero, quienes al verse frente a un proyecto de intriga y acción, poco realizados en el país en el sentido de los efectos especiales, debieron redoblar esfuerzos.
“Para Alexandra de la Mora fue un poquito más complicado porque de repente actúa de la forma clásica, intercambia diálogos con otra persona, pero en el momento en que se hace con una pantalla verde atrás se vuelve un poco complicado”.
Y aunque fue rodada casi en su totalidad en la Ciudad de México y una parte en Argentina, los efectos especiales se montaron en el país, y una vez terminada se presentó en festivales de cine en China, Corea y Milán, donde fue nominada como Mejor edición y Mejor diseño de producción, aunque en México no ha recorrido este camino.
PARA SABER
¿De qué se trata?
En el año 2035 un hombre sufre un accidente que deviene en amnesia. Es trasladado al hospital, pero al no ser reconocido por el Banco Mundial de Información Persona, inmediatamente levanta sospechas en las autoridades, quienes desenfrenadamente se dedican a buscar su identidad e historia… al igual que aquél hombre.
Este thriller psicológico de manufactura mexicana fue el escaparate del nuevo director, pues sus inquietudes y curiosidades en estos temas detonaron en su imaginación una historia que tardó 11 años en ver al espectador de frente en las salas de cine.
Para La última muerte, Letxe concibió un reparto de nombres frescos, “le vas poniendo caras a tus personajes, pero a la hora que tuve que hacer el casting estaba bastante abierto. Yo, por un lado, no quería que los actores fueran demasiado conocidos porque luego pasa que vas a la película por ver actuar a tal actor, no estás metiéndote en la historia”.
Pero Lemon Films, la productora que arropó el primer largometraje de quien ha sido por 15 años productor de videoclips y comerciales de televisión, le sugirió que su protagonista lo interpretara un actor mexicano de trayectoria, y rápidamente saltó un nombre en la mesa: Kuno Becker.
“Cuando él leyó el guion, le encantó y nos dijo ‘cuenten conmigo por favor’, se interesó porque el personaje que le di es bastante complejo, y de entrada, tiene amnesia aguda, entonces no recuerda nada y tiene que pasar por una gama de retos actorales que le encantaron”, extendió Ruiz, mejor conocido como Letxe.
Y si bien el actor fue seducido por el libreto, no le fue fácil adoptar la condición necesaria para dar vida a su personaje, un hombre desorientado que no puede recordar su identidad en el contexto del México de 2035, es decir, donde la tecnología marca la pauta para la acción de la justicia y de todos los servicios.
Crean sus propios avances tecnológicos
El director justifica cada escena de su largometraje: si la historia se desarrolla en el futuro es porque trata de condiciones sociales y tecnológicas que hoy simplemente no existen en el país, y los efectos visuales, también mexicanos, de que echaron mano son para contextualizar al público con ese momento. “Tengo que ser coherente visualmente, por eso apoyamos estos efectos, porque mi película no tiene ‘efectitis’, no está llena de efectos por todos lados improvisados, de a gratis, todo tiene su por qué”.
Y en ese sentido se dio el lujo de echar a andar su imaginación, para desarrollar la tecnología que podría utilizarse en el país en aquél año sin ambicionar demasiado, pues sabe que en 30 años los cambios no son lo suficientemente revolucionarios como para ver automóviles deslizándose en el aire, por ejemplo.
“Lo que nosotros hicimos fue cambiar algunos de los gadgets, algunas de las formas de proceder, por ejemplo, se ve que nadie nunca saca dinero, cuando van a hacer un pago lo hacen con su huella dactilar o con la información de la retina, yo me imagino que el futuro va para allá para evitar robos y fraudes”, agrega el director.
Interactúan con la pantalla verde
En el reparto también figuran Álvaro Guerrero, Carlos Bracho, Alexandra de la Mora, Manolo Cardona y Emilio Guerrero, quienes al verse frente a un proyecto de intriga y acción, poco realizados en el país en el sentido de los efectos especiales, debieron redoblar esfuerzos.
“Para Alexandra de la Mora fue un poquito más complicado porque de repente actúa de la forma clásica, intercambia diálogos con otra persona, pero en el momento en que se hace con una pantalla verde atrás se vuelve un poco complicado”.
Y aunque fue rodada casi en su totalidad en la Ciudad de México y una parte en Argentina, los efectos especiales se montaron en el país, y una vez terminada se presentó en festivales de cine en China, Corea y Milán, donde fue nominada como Mejor edición y Mejor diseño de producción, aunque en México no ha recorrido este camino.
PARA SABER
¿De qué se trata?
En el año 2035 un hombre sufre un accidente que deviene en amnesia. Es trasladado al hospital, pero al no ser reconocido por el Banco Mundial de Información Persona, inmediatamente levanta sospechas en las autoridades, quienes desenfrenadamente se dedican a buscar su identidad e historia… al igual que aquél hombre.