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Compite Paraísos Artificiales en Festival de Cine Tribeca

La película cuenta la historia de una inusual relación de amistad entre dos personas adictas a las drogas

NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS (27/ABR/2011).- Una inhóspita playa en la selva de Veracruz y un campesino local que fuma marihuana inspiraron a la cineasta mexicana Yulene Olaizola a filmar Paraísos Artificiales, una de las pocas películas latinoamericanas incluidas en el Festival de Cine Tribeca.

Olaizola visitó la playa de Jicacal hace tres años cuando viajó al lugar con su amiga Luisa Pardo, la protagonista de la cinta. Allí conocieron a Salomón Hernández, el cuidador de la zona que se dedica a alojar a turistas.

"El lugar me cautivó porque visualmente es increíble, pero tiene como algo muy oscuro en la vida de las personas que viven allí. Es gente que a la menor provocación te cuentan toda su vida. Tienen una necesidad de expresar sus sentimientos muy extraña. Así fue con Salomón" , explicó Olaizola durante una entrevista.

"Paraísos Artificiales", la primera película de la directora de 27 años, es el único filme latinoamericano que compite en la categoría de Narrativa Mundial junto a otros 12 largometrajes. Olaizola es la directora, productora y guionista de esta producción realizada por un grupo de 17 personas y un presupuesto muy limitado.

En la película, Luisa, una adicta a fumar heroína, huye de Ciudad de México y acaba en una remota playa de Veracruz. Allí conoce a Salomón, un viudo alcohólico de 50 años que fuma marihuana y cuida del lugar. El filme narra la inusual relación de amistad entre ambas personas, adictas a las drogas.

"Salomón no la ayuda de ninguna manera muy concreta, pero creo que la gente que está pasando por un proceso de adicción así es gente que está muy sola y que es muy vulnerable" , dijo Olaizola. "Luisa encuentra en Salomón a alguien que le puede hacer compañía y sacarla de su soledad" .

La única actriz profesional en el filme es Luisa, ya que Salomón se limitó a interpretarse a sí mismo y a seguir unas pautas básicas de rodaje que le dictó Olaizola. Ambos protagonistas usan sus propios nombres en el filme. "Todo lo que tiene que ver con Salomón es casi como un documental. El está actuando porque yo le pido que específicamente haga ciertas cosas, pero lo que le estoy pidiendo es lo que hace en su vida cotidiana" , dijo.

"En ningún momento de la película hace algo que no pertenezca a su mundo" . Mi último round, del director chileno Julio Jorquera, compite en Tribeca en la categoría de "View Points" ; mientras que el filme Carne de Neón, del español Paco Cabezas, es mostrado fuera de competición, en la sección "Cinemania" .
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