Entretenimiento
Colin Farrell confiesa sus miedos
El actor irlandés presentó hoy en el Festival de Cine de Roma la película “Pride and Glory” de Gavin O’Connor
ROMA, ITALIA.- El actor de origen irlandés Colin Farrell confesó ayer que haber interpretado a Alejandro Magno en la película homónima de Oliver Stone en 2004 le ha llegado a desesperar aunque, después de todo, asegura que lo volvería a hacer.
“Alejandro Magno me llegó a desesperar. No pensaba que la película pudiera tener tantas críticas”, dijo Farrell en una rueda de prensa tras la proyección hoy en el Festival de Cine de Roma de la película Pride and Glory, de Gavin O’Connor.
Farrell, de 32 años, explicó que le llevó “mucho tiempo superar la crisis” que le generaron esas críticas, pese a lo cual dijo que “fue una experiencia bellísima que volvería a hacer”.
Para el actor, que en Pride and Glory interpreta el papel de Jymmy, un policía de Nueva York, “Alejandro Magno fue una especie de purificación. Una lección importante. Sentía todo el peso de la escena sobre mí”.
Aun así, insistió en destacar que “fue una experiencia bellísima, con la que viajé por tres continentes... La sabiduría debería ser que una vez terminada la película uno se olvide de lo que viene después. Yo, en cambio, me bebí el cáliz amargo hasta el final”.
Para Farrell, “una de las trampas peores para un actor es la de identificarse con el propio trabajo”, algo que dijo le ha ocurrido “durante siete años seguidos”.
“Hacía un largometraje detrás de otro y no lograba comprender la suerte que tenía. Se hacen elecciones pensando en el hecho de que el personaje te gusta, sin pensar si después puede gustar al público”, sostuvo el intérprete de Miami Vice.
“Alejandro Magno me llegó a desesperar. No pensaba que la película pudiera tener tantas críticas”, dijo Farrell en una rueda de prensa tras la proyección hoy en el Festival de Cine de Roma de la película Pride and Glory, de Gavin O’Connor.
Farrell, de 32 años, explicó que le llevó “mucho tiempo superar la crisis” que le generaron esas críticas, pese a lo cual dijo que “fue una experiencia bellísima que volvería a hacer”.
Para el actor, que en Pride and Glory interpreta el papel de Jymmy, un policía de Nueva York, “Alejandro Magno fue una especie de purificación. Una lección importante. Sentía todo el peso de la escena sobre mí”.
Aun así, insistió en destacar que “fue una experiencia bellísima, con la que viajé por tres continentes... La sabiduría debería ser que una vez terminada la película uno se olvide de lo que viene después. Yo, en cambio, me bebí el cáliz amargo hasta el final”.
Para Farrell, “una de las trampas peores para un actor es la de identificarse con el propio trabajo”, algo que dijo le ha ocurrido “durante siete años seguidos”.
“Hacía un largometraje detrás de otro y no lograba comprender la suerte que tenía. Se hacen elecciones pensando en el hecho de que el personaje te gusta, sin pensar si después puede gustar al público”, sostuvo el intérprete de Miami Vice.
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