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Cindy Crawford, a prueba del tiempo

La estrella de las pasarelas durante los años noventa trasciende a nuevas áreas profesionales

ESTADOS UNIDOS.- Cada década tiene un rostro que la define, y los años noventa tuvieron en Cindy Crawford a la máxima exponente de la belleza en la llamada “Generación X”.

Cabello castaño, alta, labios carnosos, ojos almendrados, cuerpo espectacular y un lunar característico eran las cualidades que a simple vista tenía la que muchas veces fue llamada “la mujer más hermosa del planeta” cuando se subía a la pasarela. Pero tras esa espectacular pantalla existe una mujer que siempre tuvo claro que la belleza es efímera y únicamente el talento permanece.

A diferencia de otras compañeras de generación, Crawford no se bajó de las pasarelas sin saber que hacer con su vida. Ahora desempeña un doble papel, como madre y empresaria, mientras que las ofertas de modelar siguen allí, aunque ella acepta que es momento para que nuevas caras se muestren al público.

Cambia glamour por bebés

La imagen de la poderosa figura de Crawford, irradiando sensualidad en desfiles de moda parisinos o italianos se ha transformado en los de una amorosa madre que se la piensa antes de dejar a sus hijos, aunque acepta que el trabajo la tienta de manera constante. “Me gusta estar ocupada.

La satisfacción que obtengo trabajando me convierte en una mejor persona, y por añadidura, en una mejor mamá”, explica la modelo, que considera de paso a la maternidad como la principal motivación en la mujer contemporánea: “Me siento muy afortunada de trabajar dos días a la semana. Pero el tener hijos te hace considerar todas las cosas desde una perspectiva muy diferente, ser muy selectiva. Por ejemplo, ya no volvería a aparecer en la revista de Playboy, porque tengo un hijo de diez años que se da cuenta de muchas cosas”.

A tal grado llega Cindy a atender a sus hijos, que siente que al menos “70 por ciento de la educación de un hijo en casa depende de la mamá, al menos en mi casa. Soy yo la que está al tanto de cosas como la escuela, tareas, juegos y las fiestas de cumpleaños. He dado entrevistas mientras le hago de comer a mi familia, así que sé de lo que hablo (risas)”.

Orgullosa de lo que ha hecho, afirma que tiene muy poco que añorar de su etapa como la modelo más solicitada del mundo. “Tengo 43 años, ya no me siento como de 25 y aun así, creo que no estoy nada mal para mi edad”.

Señora empresaria

Hay otro cambio interesante en la vida de Cindy Crawford, y es que ahora en vez de imponer la moda en el guardarropa, ahora lo hace en la sala. Este año lanzó su nueva colección de muebles y adornos domésticos a través de varias tiendas en Estados Unidos.

Sonriente, recuerda que al comenzar su faceta como empresaria, la gente tenía una imagen muy equivocada de quien era ella: “Llegaba a las juntas de planeación y todos me miraban muy nerviosos. Pensaba que era una fiera sensual, como la que veían posando en revistas para caballeros (risas). Pero he cambiado mucho en los últimos 13 años, y francamente así me gusta mi vida”.

La frase:
“Lamento si alguien se decepciona pero hasta las modelos tenemos celulits”
Cindy Crawford, empresaria

EL INFORMADOR/Juan Francisco González Rodríguez
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