Entretenimiento
Cierran a tambor batiente las Fiestas de Octubre
La banda sinaloense La Arrolladora ofrece concierto en el Auditorio Benito Juárez
GUADALAJARA, JALISCO (06/NOV/2012).- Más de 22 mil personas disfrutaron por más de dos horas y media de una velada que la agrupación de René Camacho regaló durante la clausura de las Fiestas de Octubre, en el Auditorio Benito Juárez.
No que en el inmueble no cupiese ni un alfiler más. Caderas al aire. Arriba, abajo, de lado. Brazos que estrujaban espaldas para dar inicio al baile. Los brincos y los gritos de los músicos alentaron al público que pedía las canciones más movidas.
La moda gobernó. Las damas tapatías vistieron sus mejores ajuares con brillos al por mayor en pantalones, chamarras, blusas, bisutería, sombreros vaqueros y las acampanadas uñas. De las cabelleras lacias, no quedó más que el sudor que se soltó como fiebre una vez que Jorge Luis y José Isidro —vocalistas de la banda— salieron al escenario para retumbar al pie de los clarinetes y tubas sus éxitos.
Entre ''La suata'', ''Ya no te buscaré'' y ''Cabecita dura'', La Arrolladora Banda El Limón arrancó con la fiesta que cerraba un episodio más del auditorio.
En las gradas se coreaba ''Huele a peligro'' y ''Cuéntame''. Las gargantas cantaban: “Ya te olvidé. Es más, cómo dijiste que te llamas...”, mientras los tragos de cerveza incrementaban los ánimos por escuchar las melodías más dolorosas, “las de ardido”, gritaban un trío de sombrerudos con los brazos levantados.
Los vocalistas complacieron. Al filo del escenario se acercaron. Uno más fue a parar hasta las rejas que separaban el ruedo de las gradas para cantar entre la gente. Al rato, un grupo de mujeres subió a la tarima para bailar.
Todos querían compartir el micrófono. Los empujones por estar más cerca del escenario no cedieron. No importaba nada más que ver de cerca a los músicos de la banda oriunda de Sinaloa.
Los corridos empezaron, y con ello, los efectos sonoros que evocaban el estruendo de balas al aire. Cada estrofa era cantada sin error.
Hubo de todo. Sonrisas y lágrimas. Pero los gritos ensordecedores no callaban. La Arrolladora Banda el Limón interpretó la mayoría de su discografía, a la par que agradecía el aclamo del público tapatío.
AMBIENTE
Euforia por la banda sinaloense
La Arrolladora complació a su público. Sus integrantes compartieron una noche llena de alegría y euforia con sus seguidores.
No importaron los pisotones y empujones que se desataron cuando Jorge Luis y José Isidro, vocalistas de la banda salieron al escenario para cantar sus éxitos. Al final, los tapatíos quedaron con buen sabor de boca.
No que en el inmueble no cupiese ni un alfiler más. Caderas al aire. Arriba, abajo, de lado. Brazos que estrujaban espaldas para dar inicio al baile. Los brincos y los gritos de los músicos alentaron al público que pedía las canciones más movidas.
La moda gobernó. Las damas tapatías vistieron sus mejores ajuares con brillos al por mayor en pantalones, chamarras, blusas, bisutería, sombreros vaqueros y las acampanadas uñas. De las cabelleras lacias, no quedó más que el sudor que se soltó como fiebre una vez que Jorge Luis y José Isidro —vocalistas de la banda— salieron al escenario para retumbar al pie de los clarinetes y tubas sus éxitos.
Entre ''La suata'', ''Ya no te buscaré'' y ''Cabecita dura'', La Arrolladora Banda El Limón arrancó con la fiesta que cerraba un episodio más del auditorio.
En las gradas se coreaba ''Huele a peligro'' y ''Cuéntame''. Las gargantas cantaban: “Ya te olvidé. Es más, cómo dijiste que te llamas...”, mientras los tragos de cerveza incrementaban los ánimos por escuchar las melodías más dolorosas, “las de ardido”, gritaban un trío de sombrerudos con los brazos levantados.
Los vocalistas complacieron. Al filo del escenario se acercaron. Uno más fue a parar hasta las rejas que separaban el ruedo de las gradas para cantar entre la gente. Al rato, un grupo de mujeres subió a la tarima para bailar.
Todos querían compartir el micrófono. Los empujones por estar más cerca del escenario no cedieron. No importaba nada más que ver de cerca a los músicos de la banda oriunda de Sinaloa.
Los corridos empezaron, y con ello, los efectos sonoros que evocaban el estruendo de balas al aire. Cada estrofa era cantada sin error.
Hubo de todo. Sonrisas y lágrimas. Pero los gritos ensordecedores no callaban. La Arrolladora Banda el Limón interpretó la mayoría de su discografía, a la par que agradecía el aclamo del público tapatío.
AMBIENTE
Euforia por la banda sinaloense
La Arrolladora complació a su público. Sus integrantes compartieron una noche llena de alegría y euforia con sus seguidores.
No importaron los pisotones y empujones que se desataron cuando Jorge Luis y José Isidro, vocalistas de la banda salieron al escenario para cantar sus éxitos. Al final, los tapatíos quedaron con buen sabor de boca.
Síguenos en