Entretenimiento
Cámara perdida es devuelta gracias a fotografías
Un honrado ciudadano que encontró la cámara cerca de un arroyo en el parque Adirondacks, hizo las veces de detective para devolverla a su propietario
NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS (06/AGO/2012).- Una cámara fotográfica perdida hace tres años en un arroyo del estado de Nueva York está a punto de ser devuelta a su propietario gracias a la búsqueda detectivesca del hombre que la encontró.
John Noerr, residente de la ciudad de Poultney, en el estado de Vermont, halló la cámara en julio en un arroyo del parque de Adirondacks.
De acuerdo con el periódico Post-Star de la ciudad de Glens Falls (http://bit.ly/Mc6uqE), la tarjeta de memoria de la cámara tenía 581 fotografías que Noerr pudo estudiar para encontrar al dueño.
Muchas de las imágenes parecían tomadas en la ciudad de Nueva York. Una mostraba a una mujer sentada frente a una casa con el número 327. En otra se veía un letrero de calle que decía 3rd Street.
Noerr recurrió a Google para encontrar el lugar, que está en el distrito de Brooklyn. Indagó expedientes fiscales para dar con el propietario de la casa y aprovechó las redes sociales para ponerse en contacto con la familia.
El dueño de la cámara, Michael Comeau, dice que arde en deseos de volver a tenerla en sus manos.
John Noerr, residente de la ciudad de Poultney, en el estado de Vermont, halló la cámara en julio en un arroyo del parque de Adirondacks.
De acuerdo con el periódico Post-Star de la ciudad de Glens Falls (http://bit.ly/Mc6uqE), la tarjeta de memoria de la cámara tenía 581 fotografías que Noerr pudo estudiar para encontrar al dueño.
Muchas de las imágenes parecían tomadas en la ciudad de Nueva York. Una mostraba a una mujer sentada frente a una casa con el número 327. En otra se veía un letrero de calle que decía 3rd Street.
Noerr recurrió a Google para encontrar el lugar, que está en el distrito de Brooklyn. Indagó expedientes fiscales para dar con el propietario de la casa y aprovechó las redes sociales para ponerse en contacto con la familia.
El dueño de la cámara, Michael Comeau, dice que arde en deseos de volver a tenerla en sus manos.
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