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Bohemia con 'El Salmón'

Andrés Calamaro se instaló en el Teatro Diana para ofrecer una velada especial

GUADALAJARA, JALISCO (30/NOV/2016).- Si canta o no afinado, si va al mismo tempo y compás, no importa. Andrés Calamaro sabe cómo complacer al público, como mantenerlo cautivo y deseoso de más.
 
El llamado "Salmón" argentino regresó a Guadalajara y se instaló en el Teatro Diana para ofrecer una velada especial a modo de acústico y memorar aquellas canciones que lo han consolidado sobre los escenarios internacionales. Calamaro, puntual y vestido de gala, inauguró su repertorio con "La libertad" y aunque al inició del recital sólo se limitó a desear buena noche a los asistentes que llenaron al foro, el cantante no dudó en soltar aquellos temas emblemáticos de su carrera como "Algo contigo", melodía que generó la ovación del público que seguía las notas del argentino al ritmo de las percusiones, contrabajo y piano.
 
Poco importó el orden que Calamaro dio a su recorrido musical, Andrés rescató desde aquella "Copa rota", entonó a todo pulmón "La milonga del trovador", rindió homenaje a José Alfredo Jiménez al despecho de "Que te vaya bonito".
 
El público aplaudió, gritó, mandó besos y halagos, brindó de cerca y a la distancia con el cantautor. Calamaro se mantuvo fiel al micrófono, a su ritmo, marcando el compás de los coros de la audiencia que, aprovechando las transiciones entre canción y canción, emprendían porras al folclor de ¡Olé, olé, olé, Andrés... Olé, olé, olé, Salmón!, pedían aquellas infaltables, los temas que van al final y los que no le perdonarían al nacido en Buenos Aires en 1961.
 
El tiempo transcurría y Calamaro seguía sin expresar mayor palabras al público más que la presentación de los músicos acompañantes, pues a poco más de una hora de iniciado el espectáculo, el compositor tampoco se acercó al filo del escenario para convivir de más cerca a la audiencia, aunque aquellos que pagaron los mil 200 pesos por estar en la primera fila, vieron más en corto la reverencia que "El Salmón" ofreció al arrodillarse en el escenario y dar pasó a uno de los coros más perfectos de la noche cuando "Tuyo siempre" hizo acto de presencia.
 
Las faenas toreras tampoco faltaron y en compañía de la filarmónica, Calamaro alborotó más cuando llegó el tiempo de "El tercio de los sueños" y la audiencia gritara "¡Torero, torero, torero!"
 
Aunque el concierto transcurrió sin incidentes, el argentino previamente había estipulado una serie de requisitos para que su actuación en el recinto no fuera alterada por algún acto desfavorable del público y así atentar contra la continuidad y tranquilidad del show.
 
"Estamos ofreciendo conciertos acústicos, con un trío de piano, contrabajo y percusiones. Ofrecemos nuestra mayor elegancia posible, sensibilidad y un grado de intimidad. También queremos una cuerda de respeto que nos reúna en una misma dirección: celebrar conciertos y recitales para escuchar... sin interferir en la concentración de los demás entre el público ni distraer a nadie arriba y/o abajo del escenario".
 
Ya en la recta final del show, Calamaro enlistó "Estadio Azteca", y las más clásicas "Paloma" y "Flaca", y tras una breve ausencia sobre el escenario dejando que el tradicional ruego del público por un par de canciones más, Andrés retornó con "Media Verónica" y "Crímenes perfectos".

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