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''Blancanieves'' y el ataque terrorista al cine

El cineasta dice que a veces lo feo puede ser hermoso y así lo muestra en la pantalla

GUADALAJARA, JALISCO (04/MAR/2013).- Los cánones de belleza no es algo que preocupe a Pablo Berger. Él dice que a veces lo feo puede ser hermoso y así lo muestra en la pantalla. Porque "Blancanieves", la ganadora de 10 premios Goya, es cruda y bella a la vez. El director español está en Guadalajara para presentar su obra en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG). Ante el público, habló de lo complicado que es financiar una película muda y en blanco y negro --a él le llevó ocho años--; de los retos que implica como director hacer una cinta con estas características y de lo que, al final del día, él considera que es "Blancanieves": "Un ataque terrorista para el cine de hoy".

Ya en privado, el cineasta habló de su experiencia en el rodaje, sus expectativas y los actores con los que compartió esta obra.

-- Con esta película, uno te imagina como un guardián de la estética. ¿Lo eres?

-- Me gustan las cosas hermosas. Me gustan las cosas bonitas, rodearme de objetos; me gusta ir a países y caminar por calles en que hay algo mágico. Pero a veces lo feo puede ser hermoso, yo creo que la estética no puede ser solamente los cánones de la belleza griega. Lo que tengo es curiosidad permanente. En el caso de "Blancanieves" es un viaje a los años 20, a una estética muy concreta. Para mí era importante que todo detalle fue se importante.

No dejó los detalles al "ahí se va". No. Todo fue importante. Los decorados, el vestuario, la peluquería. Por eso se rodeó, dice él, de los mejores. Directores de arte, diseño de vestuario, de foto y de todos los puntos importantes. "Todos ellos han sido nominados a los Goya y yo estoy feliz de que todos han ganado el suyo, o si no casi todos".

Aunque el hablar de estos premios le saca una sonrisa, dice que no son una fórmula absoluta para el éxito: "Los premios significan mucho y significan nada (...) Los Goya tienen mucho poder, significa que la taquilla sube, que se vendE en DVD, que la gente va a verla. Aquí (en México) somos una gran película española, hispano-francesa, hemos cruzado el charco y estamos en las mismas condiciones, (los Goya) no significan nada, cada jurado es nuevo. No vengo a competir, vengo a presentar".

-- Después de "El Artista" y de "Blancanieves", ¿te preocupa que venga una moda sobre el cine mudo y en blanco y negro?

-- No sé si sea la palabra moda, pero sí hay espacio para que se sigan haciendo. Tanto "El Artista" como "Blancanieves" han demostrado que un cine diferente puede interesar al público (...) Muchas veces los directores se olvidan de que el cine es contar (historias) con imágenes, que el cine es una experiencia sensorial, que hay que sentir y no pensar. Si podemos recuperar ese espíritu, yo sería feliz.

Actores hechos a la medida
Además de la fotografía y el ritmo de la película, otro punto a destacar son las actuaciones. Tal fue la claridad que tuvo Pablo Berger, que a algunos actores los llamó directamente, sin necesidad de pruebas. Dos casos claves son el mexicano Daniel Giménez Cacho y la española Maribel Verdú, a quién describe como la madrastra más mala de todas las historias de Blancanieves. Del primero destacó su potencia hacia el personaje, ya que interpretó a un torero que se queda parapléjico y debe expresar todo con los ojos. Para la segunda, es claro: "Maribel es la gran actriz del cine español de su generación".

"Tenía la edad, el físico y es una gran actriz que no tenía nada que demostrar (...) Obviamente yo no le hice ni una prueba, yo le dije "Maribel, por favor, esto es para ti". ¿Qué prueba le voy a hacer a Maribel? ¿O a Daniel Giménez Cacho? Ya están sus películas".

Si bien el tener grandes actores fue fundamental, había otros puntos por cubrir. En la película, la cultura taurina y el flamenco cobran importancia. El padre de Carmen (que es bautizada como "Blancanieves" por un grupo de toreros enanos) es uno de los mejores toreros del mundo y su madre es una cantante de flamenco. Resulta que el director no es seguidor de estos dos oficios, por lo que tuvo que asesorarse para lograr darle un contexto realista a la historia.

-- Dices que es una película cara, ¿qué fue lo más costoso de ella?

-- Hay muchos elementos, las películas de época siempre son costosas. Hay que decorar, son localidades especiales. La película tiene 550 efectos especiales, hay un equipo de 40 o 50 personas en el departamento de posproducción. Hay secuencias en las que hay más de 300 figurantes, ¿tú sabes lo que es vestir, maquillar, dar de comer? Es una película muy muy cara dentro de la industria del cine español. Obviamente los presupuestos de Hollywood son elevados, pero dentro del cine español o del cine europeo es una película muy costosa.

Gusto por los epílogos

El "si yo fuera director" siempre está presente en los espectadores después de ver una película. Con "Blancanieves" también pasa. Algunos dicen --sin dar más detalles al público que no la ha visto-- que hubieran acabado la película antes. Pablo Berger tiene una explicación sencilla: "A mí me encantan los epílogos".

"Me encanta cerrar la película con un final abierto. Ése era un final cerrado (uno que se le propuso al director), una posible interpretación, y yo sé que hay cierto tipo de espectadores al que le hubiera gustado que se hubiera acabado ahí, pero para mí el final de la película es fundamental. La película está ahí, su esencia, ese último plano es fundamental; es lo que hace que la película cobre vida, es como el milagro del cine, porque al final el espectador es el que completa la película, no yo. A mí me encanta que la película siga viva, de ahí el final de "Blancanieves".

Pablo Berger está seguro de haber hecho una película digna de ser vista, y el camino que ha tenido el filme le da la razón. En fin, él está seguro de que su ataque terrorista fue certero.

FRASES

"Yo no creo que la película sea solamente cruda, la película es oscura y luminosa (...) Yo no creo en los cuentos de color de rosa, pero tampoco creo en los cuentos solamente terribles".

"El público de hoy puede digerir mucha más información que el de los años 20, tiene una cultura audiovisual mucho más importante. El ritmo de mi película es posiblemente tres o cuatro veces más rápido que una película de aquella época".

"Esta película no nace como un plan, como una mercadotecnia, el cine es industria y arte, pero antes que industria es arte".

EL INFORMADOR/ROBERTO MEDINA
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