Entretenimiento
Bill Rovzar, dedicado al cine
El productor tiene en puerta el estreno de la cinta El soldado Pérez, mientras inicia varios proyectos ahora en inglés
En un juego de palabras con su apellido, hay quien le dice “Rovstar”. A Bill Rovzar le encanta salir en las revistas del corazón y si uno observa las fotografías que ha subido a la red su agencia de Relaciones Públicas, bien podría pasar como un modelo: traje impecable, corbata roja al estilo desaliñado, cabello corto y zapatos modernos. También hay imágenes de él como chef, vestido todo de negro o saboreando una copa de vino.
Sus relaciones sentimentales han ofrecido material para programas de chismes. Sostuvo amoríos con la actriz Ana Claudia Talancón, a quien conoció durante el rodaje de Matando Cabos y con la conductora Claudia Lizaldi.
Hace dos años, sin embargo, sentó cabeza. Lo atrapó Sara Maldonado, una estrella de Televisa, a quien terminó por proponerle matrimonio y con quien vive actualmente en Los Ángeles, California.
Guillermo Rovzar, Billy para los cuates, nació hace 33 años en la ciudad de México. Es sobrino de Emilio Azcárraga, presidente y dueño de Televisa, el consorcio de comunicaciones más importante de Latinoamérica y del que su familia, Diez Barroso, llegó a ser uno de los brazos importantes.
Tiene dos hijos producto de su matrimonio anterior, a quienes venera. De hecho dice que una de las mejores cosas que le ha pasado con el tiempo es disfrutar y comprender lo que es ser padre.
Camino en solitario
En 2003, este seguidor fanático del América irrumpió en el cine nacional, junto con su hermano Fernando, como productor de cine. Su única experiencia era haber estudiado cine en Nueva York. Eso y la que le dio el rodaje de La leyenda del Zorro (1997), protagonizada por el español Antonio Banderas, en donde fue asistente.
Ahí estaba feliz. Iba de un lado a otro cada día de rodaje. A sus amistades les decía que algún día él sería dueño de una película. Bueno, al menos, el que tomaría las decisiones importantes.
Pasaron todavía algunos años para lograr su objetivo. Se involucró primero en la producción de videoclips de artistas como Fobia, Julieta Venegas, Éric Rubín, La Quinta Estación y Belinda.
Pero nunca dejó su sueño cinematográfico. Quienes lo conocen no dudan en decir que Billy es como uno de esos niños que tiene muchos deseos para una sola vida. A diferencia de otros, él puede cumplir muchos de los sueños que tuvo.
Así fundó Lemon Films, con la que hizo Matando Cabos, a pesar de que una semana antes de arrancar el rodaje no tenían ni un centavo en el banco. Contrario a su carácter extrovertido de ahora, Billy no lo fue tanto durante ese rodaje. Su hermano Fernando era quien daba las entrevistas tratando de explicar el proyecto fílmico que iniciaba con dos amigos que escondían en la cajuela de su auto a un prominente hombre de negocios.
Si alguien se acercaba un día a la locación, podría haber visto a “Rovstar” con libreta y hojas llenas de números en la mano. Sumaba, restaba, multiplicaba y checaba listas. Nada podía salírsele de control. Después de todo, los 25 millones de pesos que costaba la película no le pertenecían. Era de los inversionistas que habían confiado en él.
¿Si la familia influyó para que le dieran dinero? Nunca lo ha negado. Pero sí hace una aclaración: su parentezco les ayudó a que algunos les abrieran las puertas, el resto dependió de ellos.
El hecho es que la cinta recaudó lo suficiente para quedar tablas con quienes fueron sus socios de proyecto. Algunos se fueron y otros regresaron para apoyarlo en Kilómetro 31, cinta que ostenta el cuarto lugar de películas taquilleras mexicanas de todos los tiempos.
Otros proyectos
Hace un año, junto con su hermano, ideó un reality televisivo para encontrar a un nuevo productor de cine. Ocupó el rodaje de El soldado Pérez, de próximo estreno, para que él condujera un programa en el cual cada semana se eliminaba a un competidor. Mientras el elenco del filme trabajaba bajo las órdenes de Beto Gómez (El sueño del caimán), Billy se iba a un lugar del set para grabar el programa.
Desde hace unos meses vive en Los Ángeles. Allá junto con su primo Emilio Diez Barroso está comenzando a producir películas en inglés, con talento extranjero. La primera de esta nueva etapa fue Shelter, con Julianne Moore.
Sus relaciones sentimentales han ofrecido material para programas de chismes. Sostuvo amoríos con la actriz Ana Claudia Talancón, a quien conoció durante el rodaje de Matando Cabos y con la conductora Claudia Lizaldi.
Hace dos años, sin embargo, sentó cabeza. Lo atrapó Sara Maldonado, una estrella de Televisa, a quien terminó por proponerle matrimonio y con quien vive actualmente en Los Ángeles, California.
Guillermo Rovzar, Billy para los cuates, nació hace 33 años en la ciudad de México. Es sobrino de Emilio Azcárraga, presidente y dueño de Televisa, el consorcio de comunicaciones más importante de Latinoamérica y del que su familia, Diez Barroso, llegó a ser uno de los brazos importantes.
Tiene dos hijos producto de su matrimonio anterior, a quienes venera. De hecho dice que una de las mejores cosas que le ha pasado con el tiempo es disfrutar y comprender lo que es ser padre.
Camino en solitario
En 2003, este seguidor fanático del América irrumpió en el cine nacional, junto con su hermano Fernando, como productor de cine. Su única experiencia era haber estudiado cine en Nueva York. Eso y la que le dio el rodaje de La leyenda del Zorro (1997), protagonizada por el español Antonio Banderas, en donde fue asistente.
Ahí estaba feliz. Iba de un lado a otro cada día de rodaje. A sus amistades les decía que algún día él sería dueño de una película. Bueno, al menos, el que tomaría las decisiones importantes.
Pasaron todavía algunos años para lograr su objetivo. Se involucró primero en la producción de videoclips de artistas como Fobia, Julieta Venegas, Éric Rubín, La Quinta Estación y Belinda.
Pero nunca dejó su sueño cinematográfico. Quienes lo conocen no dudan en decir que Billy es como uno de esos niños que tiene muchos deseos para una sola vida. A diferencia de otros, él puede cumplir muchos de los sueños que tuvo.
Así fundó Lemon Films, con la que hizo Matando Cabos, a pesar de que una semana antes de arrancar el rodaje no tenían ni un centavo en el banco. Contrario a su carácter extrovertido de ahora, Billy no lo fue tanto durante ese rodaje. Su hermano Fernando era quien daba las entrevistas tratando de explicar el proyecto fílmico que iniciaba con dos amigos que escondían en la cajuela de su auto a un prominente hombre de negocios.
Si alguien se acercaba un día a la locación, podría haber visto a “Rovstar” con libreta y hojas llenas de números en la mano. Sumaba, restaba, multiplicaba y checaba listas. Nada podía salírsele de control. Después de todo, los 25 millones de pesos que costaba la película no le pertenecían. Era de los inversionistas que habían confiado en él.
¿Si la familia influyó para que le dieran dinero? Nunca lo ha negado. Pero sí hace una aclaración: su parentezco les ayudó a que algunos les abrieran las puertas, el resto dependió de ellos.
El hecho es que la cinta recaudó lo suficiente para quedar tablas con quienes fueron sus socios de proyecto. Algunos se fueron y otros regresaron para apoyarlo en Kilómetro 31, cinta que ostenta el cuarto lugar de películas taquilleras mexicanas de todos los tiempos.
Otros proyectos
Hace un año, junto con su hermano, ideó un reality televisivo para encontrar a un nuevo productor de cine. Ocupó el rodaje de El soldado Pérez, de próximo estreno, para que él condujera un programa en el cual cada semana se eliminaba a un competidor. Mientras el elenco del filme trabajaba bajo las órdenes de Beto Gómez (El sueño del caimán), Billy se iba a un lugar del set para grabar el programa.
Desde hace unos meses vive en Los Ángeles. Allá junto con su primo Emilio Diez Barroso está comenzando a producir películas en inglés, con talento extranjero. La primera de esta nueva etapa fue Shelter, con Julianne Moore.
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