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Bill Murray, más santo que nunca
El actor regresa como St. Vincent, un viejo gruñón que, pese a todo, alegrará la vida de un niño
Bill Murray interpreta a Vincent, un viejo gruñón, ligeramente dipsomaniaco, solitario, con problemas económicos y que sólo soporta la presencia de Daka (Naomi Watts), una inmigrante de Europa del este a quien se califica como una “dama de la noche”, con todo y que este personaje muestra una creciente panza por su embarazo.
Con este peculiar perfil, a nadie le pasaría por la cabeza que Vincent entablaría amistad con sus nuevos vecinos: Maggie (Melissa McCarthy), una madre que atraviesa por un complicado divorcio y su hijo Oliver (Jaeden Lieberher). Maggie trabaja en un hospital, con horarios complicados para atender a su hijo. Vincent no duda en capitalizar la situación, al ofrecerse como niñero: sus actividades a cargo del infante serán apuestas en el hipódromo y cómo defenderse del acoso escolar, entre otras.
En un principio la relación entre el niño y Vincent parece tan inverosímil como una amistad entre Wilson y Daniel el travieso: de hecho, la escena en que se conocen Vincent y Oliver es un guiño a la emblemática tira cómica. Conforme se revela la historia detrás de los personajes el espectador verá que las apariencias engañan, al abundar sobre el pasado privado.
El director de “St. Vincent” es Theodore Melfi, cuya carrera en el séptimo arte ha sido más abundante como productor. Este es su segundo largometraje con los créditos de director, luego de su obra de “1999 Winding Roads”. El cineasta ha lanzado cuatro cortometrajes.
Más cine de amistades “imposibles”
El cine es un laboratorio que nos muestra cómo funcionan las relaciones humanas. "St. Vincent" se une a una tradición de filmes que dan cuenta de los extraños procesos que cimientan una amistad, por más incompatibles que parezcan. Jóvenes y veteranos, misántropos y personajes extrovertidos, en muchas películas vemos ese enfrentamiento de personalidades tan dispares como el agua y el aceite, pero que terminan narrando una historia en conjunto que conmueve a los cinéfilos.
> “Perfume de mujer” (1992, dir. Martin Brest). La historia de un invidente encarnado por Al Pacino, a quien cuida un joven estudiante (Chris O’Donnell). Juntos emprenden un viaje a Nueva York que representará descubrimiento y aprendizaje. Debido a su participación en esta pieza Al Pacino recibió el Oscar como mejor actor.
> “El perfecto asesino” (1994, dir. Luc Besson). En 1994 Natalie Portman era una niña: este fue su primer largometraje, con el rol de una niña cuya familia es asesinada. Su vecino, un personaje aislado interpretado por Jean Reno, decide no dejarla en el abandono y se convierte en su tutor. La pequeña aprenderá a usar las armas para luego buscar vengarse de los criminales que mataron a sus parientes.
> “Mente indomable” (1997, dir. Gus Van Sant). Matt Damon y Robin Williams protagonizaron una amistad inimaginable: un joven trabajador (Damon) que asiste a la universidad, no para estudiar, sino para trabajar, pese a que posee una inteligencia superior, motivo por el cual uno de los maestros (Williams) decide ser su mentor, aunque el joven sea de un trato muy difícil.
> “Mejor imposible” (1997, dir. James L. Brooks). En esta cinta Jack Nicholson interpreta a un obsesivo compulsivo con miles de manías que no pretende esconder, además de ser un misántropo declarado. Greg Kinnear lleva el rol de su vecino. El grupo de amigos lo completa una madre soltera que trabaja como mesera, papel de la actriz Helen Hunt.
> "Amigos” (2011, dir. Olivier Nakache y Eric Toledano). Basada en hechos reales, la película francesa “Amigos” (2011, dir. Olivier Nakache y Eric Toledano) muestra a vida de un parapléjico (François Cluzet) que no soporta el trato con las enfermeras, y cómo entra en contacto con un inmigrante (Omar Sy) necesitado de trabajo, sin experiencia cuidando enfermos, pero dispuesto a soportar cualquier mal humor.
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