Entretenimiento
Béla Tarr, conmovido por muestra en la Cineteca
El húngaro se mostró emocionado al ver tanto público joven que lo esperaba para inaugurar la retrospectiva de su obra
CIUDAD DE MÉXICO (23/OCT/2011).- El cineasta húngaro Béla Tarr se mostró conmovido al ver tanto público joven que lo esperaba para inaugurar la retrospectiva de su obra, la cual dio inicio con su último filme "El caballo de Turín", en la Cineteca Nacional.
De acuerdo con los organizadores, el ciclo dedicado al cineasta húngaro estaba listo para efectuarse en 2012, no obstante, al enterarse de que vendría a México como invitado especial en el Festival Internacional de Cine de Morelia, adelantaron todo para que coincidiera en fechas.
Tras una breve presentación, Béla Tarr descendió las escaleras a la altura de la pantalla y tomó el micrófono para dirigirse al público que esperaba: "Debo decirles que para mí es un momento muy conmovedor, porque están ustedes viendo una película en blanco y negro, larga, aburrida, si es un poco triste", apuntó el realizador.
"Pero espero que esta película no los haga sentir tristes sino que les haga sentir poder, ese es mi deseo para ustedes, lo deseo con todo nuestro amor", agregó antes de iniciar la proyección de la última película que realizó y con la cual cerró 34 años como cineasta.
El filme parte de un suceso ocurrido en Turín en 1889, en el que el filósofo Friedrich Nietzsche corrió a proteger a un caballo de los latigazos de su dueño, marcando así, el inicio de su locura que lo mantuvo bajo el cuidado de su madre y hermanas por 10 años.
Sin tratarse de una película que aborde este aspecto del filósofo alemán o su contexto, el director Béla Tarr se centró en la reflexión sobre el caballo a partir de la historia de sus dueños, un padre y su hija, quienes se enfrentan a una dura tormenta desde su humilde casa de campo.
Con pocos diálogos y a lo largo de seis días, el peso insoportable de la vida es observado a través de la rutina de los protagonistas, en la que una joven mujer se levanta para buscar agua en el pozo, preparar la comida que consiste en papas cocidas, lavar ropa y estar pendiente del calentador, mientras su padre mira la tormenta desde su ventana y corta leña.
Con el paso del tiempo, el caballo dejará de comer mientras la violencia de su dueño se intensificará al igual que el clima y el ambiente que los rodea.
Gracias a "El caballo de Turín", Tarr conocido por emplear tomas largas e ininterrumpidas, fue galardonado con el Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlín.
Del 22 de octubre al 2 de noviembre, la Cineteca Nacional presentará esta retrospectiva del renombrado director de cine, guionista y actor húngaro, ganador del premio al Mejor Director en el Festival de Cannes de 2005.
La muestra se conforma de 10 largometrajes y tres cortos en 35 mm, con los que se realizará un recorrido por su carrera cinematográfica con la proyección de filmes como "El intruso" , "Gente prefabricada", "Almanaque de otoño", "Macbeth", "Viaje por la llanura/La condena", "Las armonías de Werckmeister" y "Prólogo/El hombre de Londres".
De acuerdo con los organizadores, el ciclo dedicado al cineasta húngaro estaba listo para efectuarse en 2012, no obstante, al enterarse de que vendría a México como invitado especial en el Festival Internacional de Cine de Morelia, adelantaron todo para que coincidiera en fechas.
Tras una breve presentación, Béla Tarr descendió las escaleras a la altura de la pantalla y tomó el micrófono para dirigirse al público que esperaba: "Debo decirles que para mí es un momento muy conmovedor, porque están ustedes viendo una película en blanco y negro, larga, aburrida, si es un poco triste", apuntó el realizador.
"Pero espero que esta película no los haga sentir tristes sino que les haga sentir poder, ese es mi deseo para ustedes, lo deseo con todo nuestro amor", agregó antes de iniciar la proyección de la última película que realizó y con la cual cerró 34 años como cineasta.
El filme parte de un suceso ocurrido en Turín en 1889, en el que el filósofo Friedrich Nietzsche corrió a proteger a un caballo de los latigazos de su dueño, marcando así, el inicio de su locura que lo mantuvo bajo el cuidado de su madre y hermanas por 10 años.
Sin tratarse de una película que aborde este aspecto del filósofo alemán o su contexto, el director Béla Tarr se centró en la reflexión sobre el caballo a partir de la historia de sus dueños, un padre y su hija, quienes se enfrentan a una dura tormenta desde su humilde casa de campo.
Con pocos diálogos y a lo largo de seis días, el peso insoportable de la vida es observado a través de la rutina de los protagonistas, en la que una joven mujer se levanta para buscar agua en el pozo, preparar la comida que consiste en papas cocidas, lavar ropa y estar pendiente del calentador, mientras su padre mira la tormenta desde su ventana y corta leña.
Con el paso del tiempo, el caballo dejará de comer mientras la violencia de su dueño se intensificará al igual que el clima y el ambiente que los rodea.
Gracias a "El caballo de Turín", Tarr conocido por emplear tomas largas e ininterrumpidas, fue galardonado con el Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlín.
Del 22 de octubre al 2 de noviembre, la Cineteca Nacional presentará esta retrospectiva del renombrado director de cine, guionista y actor húngaro, ganador del premio al Mejor Director en el Festival de Cannes de 2005.
La muestra se conforma de 10 largometrajes y tres cortos en 35 mm, con los que se realizará un recorrido por su carrera cinematográfica con la proyección de filmes como "El intruso" , "Gente prefabricada", "Almanaque de otoño", "Macbeth", "Viaje por la llanura/La condena", "Las armonías de Werckmeister" y "Prólogo/El hombre de Londres".
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