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Balance de cintas mexicanas en cartelera

Paso a paso, la industria fílmica nacional se arma de nuevas propuestas, aunque sus integrantes afirman que aún hay camino que recorrer

GUADALAJARA, JALISCO.- El cine mexicano puede dar dos noticias acerca de este 2008: la buena, estrenó más que el año pasado; la mala, convocó a menos público.

Y es que en los últimos 12 meses hubo 47 lanzamientos, siete más que los generados en 2007. Pero fue visto por 10.7 millones de espectadores, tres menos que en el mismo periodo.

“Durante los años pasados, si comparábamos el número de copias y su promedio de asistentes, la cifra era alta, pero este año descendió”, dice Alma Rosa García, directora de la cadena exhibidora Cinemex.

Para el anecdotario nacional, se puede decir coloquialmente que “hubo de todo”. La más taquillera fue La misma Luna, con 2.5 millones de asistentes. Pero hubo otras como Ópera, de Patricio Riveroll, que atrajo a tres mil, aunque, claro, con sólo seis copias. Algunas como el thriller Bajo la sal, con el estudio Warner México atrás de ella, apenas y rebasó la marca del medio millón de espectadores.

“Salió en una época (octubre) en la que los secuestros y la violencia estaban en todos los medios de comunicación y la gente no quería irse a deprimir”, considera Leonardo Zimbrón, miembro de la productora. Aún así, de acuerdo con Marina Stavenhagen, directora del Instituto Mexicano de Cinematografía, las cintas nacionales representaron 7% del mercado.

Reconocen carencias

No todos los cineastas le echan la culpa a las circunstancias que rodean al lanzamiento de las películas. Por ejemplo, el problema, dice Christian Valdelievre, productor de Sexo, pudor y lágrimas y Lake Tahoe, es que hubo proyectos malos: “Me preocupa el tema de la calidad. Si se están sacando 50 filmes al año es obvio que no todas van a ser buenas, ningún país lo hace, pero hay que cuidar al público mexicano que está regresando a ver nuestro cine”.

Este fue el primer año, luego de un acuerdo entre exhibidores y productores, que un título mexicano garantizaba dos semanas en cartelera.

En la primera, la sala era totalmente para él. Durante la segunda, dependiendo de la taquilla, podría compartirla con otro título extranjero. “Pero no todo debemos dejárselo al público”, apunta Gerardo Naranjo, quien con Voy a explotar, participó en Venecia: “A los cineastas mexicanos nos toca emocionar a la gente para que vaya. Debemos contar historias que atraigan”.

Debido a la avalancha de estrenos, hubo varios que iniciaron en el Distrito Federal para salir luego al interior de la República. Incluso hubo semanas donde se estrenaban tres títulos al mismo tiempo, como fue el caso de Pamela, por amor, 40 días y Bajo Juárez, la ciudad devorando a sus hijas.  

La frase:

“A los cineastas mexicanos nos toca emocionar a la gente para que vaya. Debemos contar historias que atraigan”
Gerardo Naranjo, cineasta

• La misma Luna, de Patricia Riggen, arrasó en la cartelera nacional, rompiendo marcas de recaudación (más de 70 millones de pesos en México y 2.6 millones de dólares en Estados Unidos) y asistencia.
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