Entretenimiento
''Bajo cero'' hace escala en el Diana
Con la actuación de Helena Rojo, Laura Flores y Alejandro Camacho, el montaje transportó al público a un gélido viaje
GUADALAJARA, JALISCO (13/MAY/2011).- La noche del miércoles, en la primera de las cuatro funciones programadas de la obra Bajo cero en el Teatro Diana, el público mostró opiniones divididas con respecto al impacto del espectáculo, sin embargo en su mayoría coincidió en que la fuerte carga dramática impuesta por Alejandro Camacho fue la que se llevó la noche.
Con sobria escenografía y vestuario, adecuados a la trama que propone la adaptación de un texto británico escrito por Bryony Lavery, la producción arrancó en punto a las 19:12 horas. Fue Flores interpretando a Nadia quien salió a escena entre aplausos y con problemas de audio, pues su micrófono permaneció apagado e hizo pensar que el drama transcurriría a capella, hasta que un par de minutos después se hizo el sonido.
La consagrada Helena Rojo interpretó a Amanda, una psicóloga investigadora de mentes criminales, mientras el afamado Camacho encarnó a un iracundo hombre atormentado por un pasado hostil, y quien utilizó sus recursos histriónicos, entre ellos su potente voz.
Contadas fueron las risas que los personajes lograron extraer del público, en el que predominaban visible y avasalladoramente los adultos. Sollozos, lamentos y reproches en la historia que cada actor revivía es lo que llevó a bajo cero la temperatura en el teatro, y quizá fue lo mismo que mantuvo estáticos a los asistentes.
EL INFORMADOR/ VIOLETA MELÉNDEZ
Con sobria escenografía y vestuario, adecuados a la trama que propone la adaptación de un texto británico escrito por Bryony Lavery, la producción arrancó en punto a las 19:12 horas. Fue Flores interpretando a Nadia quien salió a escena entre aplausos y con problemas de audio, pues su micrófono permaneció apagado e hizo pensar que el drama transcurriría a capella, hasta que un par de minutos después se hizo el sonido.
La consagrada Helena Rojo interpretó a Amanda, una psicóloga investigadora de mentes criminales, mientras el afamado Camacho encarnó a un iracundo hombre atormentado por un pasado hostil, y quien utilizó sus recursos histriónicos, entre ellos su potente voz.
Contadas fueron las risas que los personajes lograron extraer del público, en el que predominaban visible y avasalladoramente los adultos. Sollozos, lamentos y reproches en la historia que cada actor revivía es lo que llevó a bajo cero la temperatura en el teatro, y quizá fue lo mismo que mantuvo estáticos a los asistentes.
EL INFORMADOR/ VIOLETA MELÉNDEZ
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